Volkswagen se empeña en adentrarse en todos y cada uno de los segmentos disponibles en el mercado. O crearlos. En esta ocasión se sumerge en el disputado marco de los SUV compactos, por debajo del Tiguan, con un modelo que huele a superventas. Ponemos a prueba el nuevo Volkswagen T-Roc.
Sorprende. Sí, es una apreciación que no va habitualmente referida a un Volkswagen. El diseño del T-Roc es una revolución en el seno de la marca, un vehículo que ha sabido evolucionar los valores estilísticos de la firma y trasladarlos al mundo SUV sin parecerse a sus hermanos de gama.
Seamos francos, a simple vista no es un clon del Tiguan, tampoco del Touareg (que tendrá relevo el próximo año), sino que sigue una senda propia cargada de personalidad. Las luces diurnas integradas en el paragolpes (de serie en Sport) son la ‘mirada’ que lo caracteriza así como los faros en continuación de la parrilla.
Mide 4,23 metros de largo, es algo más pequeño que el Golf, pero también juega con una carrocería ancha y algo más alta. La altura libre al suelo no destaca precisamente, aunque el aspecto general lo introduce de lleno en el llamado estilo SUV.
Si no fuera suficiente, añade protecciones plásticas, una marcada línea de cintura y grandes pasos de rueda, una línea cromada que recorre el techo y el tan de moda techo flotante. Este puede ir a contraste, de hecho, ofrece dos opciones, blanco y negro.
Por su parte, las llantas de 17 pulgadas llegan de serie con el acabado más básico Advance, de diferentes diseños según acabado. Hay tres, Advance, Advance Style y Sport. Estos dos últimos dan paso al techo bitono.
El Volkswagen T-Roc emplea la plataforma MQB del Golf, pero su habitáculo coge la inspiración del Polo. Casi calcados, aporta un toque juvenil y colorido nunca antes visto en un producto de la firma. Me gusta.
No hay un solo plástico mullido, ni en la parte superior del salpicadero ni de las puertas ( criticable cuando en el Golf sí), lo que empeora la calidad al tacto, pero el montaje es extremadamente sólido y está bien muy ejecutado. El resultado es un interior acogedor, donde destaca un salpicadero muy voluminoso que imprime la falsa sensación de introducirnos todavía más en el puesto de conducción.
En lo que a personalización se refiere, hay cuatro colores a elegir para las molduras. Si bien pueden resultar cargantes, pues constituyen buena parte del salpicadero, elevan enormemente la calidad visual del conjunto.
La habitabilidad es una de las características clave. No es el más espacioso de su categoría, no al menos el más modulable, pero sí uno de los que más maletero ofrece. Son 445 litros en versiones de tracción simple y 392 litros con tracción total.
Es espacioso, al menos para pasajeros de menos de 1,90 metros de altura. Todas las plazas ofrecen una postura más erguida que el Golf, pero igualmente cómoda. La espuma de los asientos es, en todo caso, un pelín blanda.
En lo que a la fila trasera se refiere, hay hueco para tres, preferiblemente dos. El pasajero central se sienta en un asiento sin forma, más duro y con un túnel central muy voluminoso. Las plazas laterales son cómodas y amplias. Curiosamente parecen más aprovechables por altura que por longitud, al contrario que muchos de sus rivales.
Lo más destacable en el apartado tecnológico es la nueva pantalla digital Volkswagen Digital Cockpit para el cuadro de mandos. Es más pequeña que la hasta ahora conocida (11,7 frente a 12,3 pulgadas), pero ofrece, además de mayor resolución, una personalización más amplia. Ahora por fin permite la visión del navegador al completo y hay numerosas opciones nuevas al gusto del conductor. Se muestra más información a la vez, lo que mejora el reparto y aprovechamiento de la misma. Está reservada al acabado Sport.
Por su parte, todos los T-Roc viene de serie con el equipo multimedia Composition Media con pantalla táctil de 8 pulgadas. El funcionamiento es muy correcto e integra de serie Android Auto y Apple CarPlay. A opción queda el equipo Discover Media de misma medida pero con funciones de navegación.
En resto queda a manos del catálogo de asistentes a la conducción, con un control de velocidad de crucero adaptativo que aparece de serie, así como el Lane Assist. Los faros en tecnología LED se reservan al Sport, así como la cámara de visión trasera.
Hay cuatro paquetes de equipamiento adicionales. Los Advance y Advance Style disponen de los paquetes Comfort (Light Assist, portón del maletero eléctrico y cámara trasera), Dynamic (tren de rodaje deportivo, selector de modos de conducción y barras de techo plateadas) y Sound (sistema de sonido Beats, radio digital y control por voz). A este último compartido con el Sport se suma, en exclusiva para este último el Travel (asientos delanteros térmicos, portón del maletero eléctrico y apoyos lumbares delanteros). Todos cuestan 900 €.
El Golf es la referencia en cuanto a comportamiento y equilibrio para Volkswagen, y por eso se han fijado en él para la puesta a punto del T-Roc. En realidad, casi parecen haberlo replicado. Su mayor altura apenas compromete la dinámica, más todavía tratándose de un SUV.
La suspensión trabaja formidablemente, verdaderamente bien. No es seca, pero controla muy bien los balanceos, lo que eleva la confianza a la hora de afrontar curvas. No es, en todo caso, un vehículo excitante; sí ágil y fácil de llevar. Exactamente la misma respuesta que un Golf. Es, a su vez, cómodo. Se presta a largos trayectos.
De momento a España llegan tres motores, un 1.0 TSI de 115 CV, un 2.0 TDI de 150 CV y un 2.0 TSI de 190 CV. Más adelante llegarán el TDI de 115 CV, el gasolina de 150 CV y el diésel de 190 CV, además de mayor gama de cajas de cambio y tipo de tracción.
Por ahora hemos probado el TDI de 150 CV con cambio DSG de 7 relaciones y el sistema de tracción total 4Motion. Es una opción muy interesante, más todavía si fuera asociada al cambio manual y a la tracción simple. Llegará.
Por el momento es una alternativa que devuelve un consumo en torno a 6,5 l/100 km, de buena respuesta y excelente refinamiento. De hecho, este último apartado me parece mejor logrado que en el TSI de 190 CV, el otro que hemos probado. Acelera más, pero también gasta considerablemente más. Coquetea con los 8,5 /9 l/100 km.
Es una opción, esta última, con pocas ventas previstas en España. En realidad, el más demandado según Volkswagen España no está aún a la venta. Será el TSI de 150 CV, y es que el Golf ya vende más gasolina que diésel.
En todo caso, a falta de completar la gama, el TDI de 150 CV es una alternativa más que lógica. Sin embargo, el TSI de 115 CV puede ser una propuesta lógica si no se buscan prestaciones y sí precio.
El T-Roc tiene un precio en España que parte de 23.875 €, una suma elevada si lo comparamos con sus competidores más próximos. Sin embargo, Volkswagen ha cuidado el equipamiento de partida, además de partir sí o sí de un motor de 115 CV. El resto generalmente se asocia a un motor de acceso de menor potencia. A finales de año habrá más versiones y motores disponibles.
Precios del Volkswagen T-Roc en España | |||||
Acabado | Combustible | Motor | Tracción | Transmisión | Precio |
Advance | Gasolina | 1.0 TSI 115 CV | Delantera | Manual 6 velocidades | 23.875 € |
| Advance Style | 1.0 TSI 115 CV | Delantera | Manual 6 velocidades | 24.475 € | |
Sport | Diésel | 2.0 TDI 150 CV | Total 4MOTION | Automático DSG 7 velocidades | 34.615 € |
