Hemos tenido la oportunidad de probar la sexta generación del Volkswagen Polo, recientemente presentada, con dos acabados y motorizaciones diferentes. El primero de ellos es el acabado Advance asociado al propulsor de gasolina 1.0 TSI de 95 CV, mientras que el segundo es la mecánica diésel 1.6 TDI de 95 CV junto al acabado Sport. Te contamos lo que más nos gustado, y también lo que menos, del Polo 2017.
La sexta generación del Polo comenzó a producirse el pasado 17 de julio en la planta de producción de Landaben (Pamplona) como viene ocurriendo con este modelo de forma ininterrumpida desde 1984 con el inicio de la fabricación de la segunda generación en Navarra.
Este nuevo modelo convertirá además a la fábrica, que ha producido más de 8 millones de vehículos en su historia, en la principal planta de producción del Polo, pues únicamente será fabricado en Brasil y Sudáfrica y, más tarde, en China.
El Polo VI se asienta sobre la plataforma modular de Volkswagen MQB A0, utilizada por otros vehículos del grupo como el Arona, el Ibiza o el Fabia, cuya consecuencia directa es el incremento del tamaño del vehículo, que gana unos 8 centímetros de largo para alcanzar los 4,05 metros de longitud.
La habitabilidad también se ve incrementada con los 9 centímetros más de batalla hasta los 2,56 metros de longitud, lo que le acerca más a las cotas del Golf, cuya batalla es de 2,62 metros. También la anchura y la altura se incrementan. Esto también se nota en el interior de las plazas traseras, donde una persona de 1,90 metros puede viajar cómodamente con espacio sobrante para la cabeza.
Otra de las novedades de esta nueva generación del Polo será la inclusión en la gama de un propulsor 1.0 TGI de gas natural comprimido con 90 CV de potencia y que también será producido en la fabrica navarra.
Junto a esta mecánica alternativa encontraremos dos propulsores de gasolina (cuatro potencias a elegir) y uno diésel con dos escalas de potencia. Estas dos opciones diésel vendrán dadas por el bloque 1.6 TDI con potencias de 80 y 95 CV, esta última disponible con DSG.
La oferta de gasolina comienza con los motores atmosféricos 1.0 MPI de 65 y 75 CV y continúa con el bloque 1.0 TSI de 95 y 115 CV. Estos dos últimos estarán disponibles con transmisión automática de doble embrague DSG.
El tope de gama estará representado por el motor de ciclo otto 2.0 TSI de 200 CV que utilizará el futuro Polo GTI, que verá la luz a finales del mes de noviembre con caja automática DSG (el manual llegará en 2018).
De serie, este nuevo GTI incluirá digital cockpit con pantalla de 11,7 pulgadas, tren de rodaje deportivo, bloqueo electrónico del diferencial, spoiler trasero en negro brillante o llantas de 17 pulgadas.
Chasis. Uno de los grandes culpables de la mejora del comportamiento dinámico del Polo es este elemento estructural cuyos subelementos cuentan con uniones mediante masillas en vez de las típicas soldaduras, lo que permite lograr una mayor rigidez y una unión más estanca que redunda en una gran insonorización del interior, incluso en los modelos diésel.
Respecto a los modelos probados, estos muestran unas cualidades dinámicas sobresalientes para el segmento en el que se mueve el Polo. El chasis deja entrever que acepta mucha más potencia. La estructura MQB A0 le ha sentado muy bien al Polo, y cuando lo mezclemos con el bloque 2.0 TSI del GTI junto al chasis deportivo, que presenta ajustes específicos y amortiguadores estabilizadores con carrocería 15 mm más baja… ¡la combinación puede ser explosiva!
Motores. Ambos propulsores tienen un comportamiento muy notable. El bloque 1.0 TSI de 95 CV se muestra algo perezoso hasta las 2.000 vueltas, pero después el carácter del Polo cambia completamente y cuenta con una mecánica que es capaz de estirarse y estirarse para entregar toda la potencia que necesitemos. En ese momento, el coche parece tener más caballos de los que homologa.
Al placer de conducción contribuía también una buena dirección junto a una perfecta caja de cambios, la típica de la marca con recorridos cortos y precisos. Ha hecho todo un placer realizar cambios de marcha en la carretera revirada en la que hemos podido rodar, precisamente cerca de la fábrica de Navarra.
El modelo diésel 1.6 TDI de 95 CV muestra más aplomo que su homólogo de gasolina. Gracias a un par de hasta 250 Nm, esta versión 4 cilindros estira incluso mejor que su compañero, y sumado a una buena puesta a punto de la suspensión, que permite un gran equilibrio entre un buen paso por curva sin balanceo y la comodidad, hacen de esta versión tope de gasóleo una muy buena opción.
Infoentretenimiento y conectividad. Otro de los planos en el que el Polo se renueva profundamente es en el apartado de la conectividad. Con nuestras dos unidades pudimos ver las diferencias entre los sistemas de infoentretenimiento. De serie, el acabado básico Edition incluye una pantalla Composition Colour de 6,5 pulgadas, mientras que el resto de acabados incorporan la Composition Media o la Discover Media con navegación, ambas de 8 pulgadas.
Otro de los elementos de serie es el cuadro de instrumentos analógico, aunque los acabados más altos podrán optar por incorporar el nuevo digital cockpit de Volkswagen (totalmente personalizable), ya que el Polo es el primer modelo que se lanza con esta nueva generación. Su tamaño es de 11,7 pulgadas.
A esto se añaden los servicios App-Connect, que se encuentran de serie desde el acabado Advance, conectividad para el smartphone (Apple CarPlay, Android Auto y Mirror Link), servicios de asistencia en línea y todo el elenco de sistemas de asistencia a la conducción: ACC, frenada de emergencia en ciudad, sensor del ángulo muerto, asistente de salida de aparcamiento, Front assist, Park assist, sistema de detección de peatones o de detección de fatiga entre otros.
Personalización. El nuevo Polo sigue la senda que últimamente imprimen los fabricantes de vehículos a sus nuevos modelos, con una marcada paleta de personalización. Para ello, el modelo incluirá hasta 14 colores (8 de ellos inéditos) que podrán trasladarse incluso al interior, varios paquetes de diseño como el R-Line (existirán por separado el interior y exterior) y diseños de llantas de hasta 18 pulgadas.
Plástico de las puertas. Con un interior tan cuidado y bien presentado, especialmente en el caso del acabado Sport con interior a juego con el tono naranja de la carrocería, el plástico que recubre el interior de las puertas no termina de encajar en la estética y calidad del interior del Polo.
Otros pequeños detalles. Aunque es difícil sacar defectos a este coche, sí que hay algunos detalles menores que se echan en falta. Pequeñas cosas como la falta de asideros en el techo para el copiloto y el resto de pasajeros o la ausencia de tapizado en una zona del portón trasero, que incluso deja algún cable a la vista.
Precios del Volkswagen Polo 2017 en España | ||||
Combustible | Acabado | Motor | Potencia | Precio* |
Gasolina | Edition | 1.0 MPI | 65 CV | 14.745 € |
Edition | 1.0 MPI | 75 CV | 15.305 € | |
Edition | 1.0 TGI (GNC) | 90 CV | 19.625 € | |
Advance | 1.0 MPI | 75 CV | 16.055 € | |
Advance | 1.0 TSI | 95 CV | 17.035 € | |
Advance | 1.0 TSI DSG | 95 CV | 18.705 € | |
Sport | 1.0 TSI | 95 CV | 17.795 € | |
Sport | 1.0 TSI DSG | 95 CV | 19.465 € | |
Sport | 1.0 TSI | 115 CV | 18.495 € | |
Sport | 1.0 TSI DSG | 115 CV | 20.165 € | |
GTI | 2.0 TSI | 200 CV | n.d. | |
Diésel | Advance | 1.6 TDI | 80 CV | n.d. |
Advance | 1.6 TDI | 95 CV | n.d. | |
Sport | 1.6 TDI | 95 CV | n.d. | |
Sport | 1.6 TDI DSG | 95 CV | n.d. | |
*Los precios del modelo se muestran sin los correspondientes descuentos por campañas y financiación. |