Con el 2020 ya estrenado, recuperamos un vídeo que la DGT lanzó en sus redes sociales hace unos días donde repasaba sus 60 años de historia y recordaba algunos de los hitos logrados por la agrupación. En el vídeo da las gracias por el trabajo realizado por todos, y promete seguir haciéndolo por la seguridad de todos. El vídeo resulta curioso, no solo por conocer los hitos de la institución, sino por ver las imágenes antiguas, cómo funcionaba hace unas décadas y cómo lo hace ahora.
Cabe recordar que la DGT nació en 1959, aunque entonces se llamó Jefatura Central de Tráfico. Lo hizo de la mano de la Ley de Regulación de la Competencia en materia de Tráfico lo que permitió también la creación de la Agrupación de Tráfico de Guardia Civil, entidad que sigue existiendo, mantiene el nombre y que es la encargada hoy día de la vigilancia de nuestras carreteras.
Sin embargo, el actual Centro de Información de Tráfico de la DGT no se inauguró hasta 1984. Desde aquí se buscaba controlar las 24 horas de los 365 días del año nuestras carreteras para que resultara más fácil y eficaz tramitar las urgencias y las asistencias necesarias en toda la geografía nacional.
Solo cuatro años después del inicio de su andadura constituyó el primer cuerpo de helicópteros destinados a funciones de vigilancia y rescate. En total eran seis las unidades que sobrevolaban nuestras carreteras y acumularon una media de 500 horas de vuelo cada uno.
Desde el primer momento comenzó el conteo de los accidentes y las víctimas pero hubo que esperar hasta 1971 para que publicaran el primer mapa de puntos negros.
Su dedicación llegó a las altas instancias y en 1975 implementó la creación de la primera ley que hizo obligatorio el uso del cinturón de seguridad en carretera. Sin embargo, hubo que esperar hasta 1992 para que esta obligación se extendiera también a la ciudad mientras que no fue hasta principios de siglo cuando llegó esta obligatoriedad a las plazas traseras.
También ayudó a crear el primer Plan Nacional de Seguridad Vial que llevó la educación vial a las aulas de los colegios a partir de 1979.
No solo se preocuparon por los coches, también por las motos. En 1981 estableció la obligatoriedad de utilizar el casco en toda motocicleta y ciclomotor con un motor superior a los 125 cm3. Estas tuvieron que esperar a 1992 para que también lo tuvieran que utilizar.
En 1981 llegaron los primeros test de alcoholemia, algo que no impidió que el número de víctimas mortales se fuera incrementando hasta que 1989 marcara la cifra máxima de víctimas en carretera. Si hoy día soñamos con rebajar la cifra de 1.500 fallecidos al año, en aquella ocasión cerramos el año con 9.344 muertos. El aumento del número de vehículos en nuestras carreteras en la década de los 80 fue un caldo de cultivo que provocó esta lacra.
Fue entonces cuando la DGT cambió sus campañas publicitarias. Comenzó a mostrar accidentes y heridos, la crudeza de las consecuencias de una mala disposición al volante. Eran anuncios duros que no fueron entendidos por todos, aunque consiguieron el fin que perseguían.
Dentro del habitáculo todos debían estar bien atados. Así, en 1992 llega la obligación de usar el cinturón de seguridad también en las ciudades y la de utilizar sillitas infantiles para niños.
Desde la DGT se dieron cuenta de que uno de los problemas que teníamos en nuestro país era el longevo parque automovilístico por lo que en 1997 promovieron el primer Plan Prever para la renovación de vehículos por unos nuevos más seguros.
No contentos con todo lo logrado, en 2006 llegó el carné por puntos que sumaba a la sanción económica la resta de puntos de un carné no físico que podía tener, como consecuencia última, la retirada del permiso de conducir. Solo un año después, en 2007, se incluyó la pena de cárcel para los delitos de velocidad, alcohol y para quienes condujeran sin permiso, algo que desde el año anterior resultaba mucho más fácil.
Y, viendo que el mayor número de víctimas mortales se producían en carreteras secundarias, promulgó la rebaja del límite de velocidad en estas de 100 km/h a 90 km/h.
El nuevo reto de la DGT es la restricción a la circulación de los vehículos más contaminantes. Así, en 2015 creó un sistema de distintivos medioambientales que han tomado algunas ciudades como referencia para regular el acceso a algunas zonas. El objetivo es decarbonizar el aire que respiramos en las grandes urbes.
Uno puede estar de acuerdo o no en el trabajo que realiza la DGT, o en el modo en como lo realiza, pero la realidad la muestran dos gráficas que se exponen al final del vídeo. En 1959 había unos 859.000 coches, por los más de 35 millones que hay hoy día, mientras que entonces había alrededor de 2,2 millones de carnet de conducir por los 27 millones que hay hoy día.
En 1959, el primer año en el que se contaron las víctimas se produjeron 1.678 fallecidos en nuestras carreteras por los 1.806 que hubo el año pasado. La cifra más baja de víctimas se logró en 2013 con 1.680 fallecidos, momento en el que comenzaron a incrementarse los ratios nuevamente.
Sin embargo, en 2019 se espera que estas cifras vuelvan a bajar. Por el momento no hay nada oficial, pero a unos días de concluir 2019, todo apuntaba a que se conseguiría.