Todavía es necesario que las marcas actualicen y mejoren los coches autónomos para que puedan desempeñar su labor eficazmente. Es decir, para que no necesiten la interacción humana en los desplazamientos. Pero también es importante establecer una nueva regulación que los ampare y determine de quién es la responsabilidad en caso de un accidente. Todo ello, indica que aún faltan unos años para que se conviertan en una opción de movilidad real. Algo que, sin duda, será un reto mucho más difícil de conseguir si la desconfianza de los usuarios sigue extendiéndose.
Por ejemplo, Tesla lleva unos meses en el punto de mira por los problemas que presentan sus coches autopilotados. Ya han protagonizado diversos accidentes en las carreteras internacionales y, aunque afortunadamente no se han producido víctimas mortales, a día de hoy se pone en duda su utilidad y la seguridad que aportan a los clientes.
¿Se puede confiar en los coches autónomos de Tesla?
La compañía norteamericana no vive su mejor momento. Las críticas a su tecnología autónoma se han generalizado en las redes sociales y, en cierto modo, esto ha repercutido a la imagen de Tesla y a su economía. Lo último en salir a la luz es un vídeo en el que se pone a prueba uno de sus Model S autónomos, midiendo su capacidad de reacción ante un imprevisto y, por lo que se ve, no supera la prueba; no logra detenerse cuando se le presenta un obstáculo del tamaño de un vehículo.
Para realizar este test, incluyeron en la vía un vehículo falso. Es decir, una maqueta del mismo tamaño de un coche para ver si el tesla lo reconocía como tal. Pusieron el Model S en circulación, siguiendo a otro automóvil y aunque todo parecía normal, cuando el coche que le precedía esquivó el “coche falso” el Tesla no detectó el obstáculo y se estrelló contra él.
De este modo, se confirmaría que los sistemas del Autopilot de la marca norteamericana todavía no están preparados para circular. Un coche autónomo debe detenerse o esquivar los diferentes obstáculos de la vía y en este caso no sucede así. Aunque, también es cierto que no se trataba de un vehículo real y que el conductor es quien tiene la responsabilidad de reaccionar si el coche no es capaz de hacerlo. Pues, por el momento, no cuentan con el nivel máximo de autonomía.