Hace unos meses la Guardia Civil nos recordaba en redes sociales la necesidad de viajar con nuestras mascotas convenientemente aseguradas con sistemas de transporte y arneses homologados. Y lo hacía con un dato: “En una colisión a 60 km/h, un perro de 20 kg puede golpearte como si pesase 250 kg”.
Ponía énfasis así no solo en la necesidad de que el animal viaje de forma segura para evitarle lesiones mayores sino porque podría convertirse en un objeto suelto en el habitáculo que golpee a alguno de los ocupantes con el riesgo de provocar lesiones graves.
En el siguiente vídeo de YouCar mostramos cómo responden algunos sistemas de retención de animales en caso de accidente, tanto de los seguros como de los no seguros. Las diferencias son evidentes. Y los daños a los que se expone a nuestra mascota, también. En el vídeo utilizan peluches con pesos similares a los de los animales.
Desde el Race nos ofrecen diversas recomendaciones sobre cómo debemos llevar nuestros animales en el habitáculo. En primer lugar deben estar bien sujetos, empezando por un buen sistema de arneses que estén sujetos a los cinturones de seguridad o los anclajes Isofix.
Además, recomiendan emplear arneses para la sujeción del cuerpo y no collares pues en el desplazamiento del animal en caso de accidente se podría llegar provocar lesiones en el cuello o incluso ahorcar.
También recomiendan el uso de rejillas divisorias, algo destinado principalmente al espacio del maletero. Así, no solo se aleja a la mascota del puesto de conducción, evitando así posibles distracciones durante el manejo del vehículo, sino que eliminaría la posibilidad de que ante una frenada brusca el animal llegue a las posiciones delanteras.
No valdría cualquier rejilla pues tendría que ser lo suficientemente rígida para soportar el peso del animal cuando se propulsa. Mismo caso sucede con los transportines. Sí, son de plástico. Sí, están anclados a los cinturones de seguridad. Sí, tienen una trampilla metálica con su seguro. Pero en caso de accidente, este habitáculo se podría deformar hasta el punto de romperse, lanzando el cuerpo del animal contra alguno de los ocupantes.
Estos transportines, si son de gran tamaño, su lugar es el maletero situado junto a los respaldos traseros, mientras que si son de pequeño tamaño se podría contemplar la posibilidad de ubicarlos en el espacio de los pies de las plazas traseras.
La última opción para el transporte de mascotas son los cajones que se colocan en la zaga del coche, sobre la bola de remolque. Aunque tampoco vale cualquiera. Deben estar homologadas y bien fijadas sobre las sujeciones pues, en caso de colisión, será este cajón directamente el que reciba el golpe.
En caso de no cumplir con la normativa de sujeción de animales, el conductor se expone a una multa de 100 euros si viaja sin ningún tipo de sujeción, mientras que se eleva a 200 euros si el animal se encuentra en las inmediaciones del conductor.