Donald Trump pretende eliminar los planes de reducción de consumo y emisiones que se aprobaron durante el gobierno de Barack Obama. Scott Priutt, actual administrador de la Agencia de Protección Ambiental de EEUU (EPA), ha asegurado que estos planes “no son adecuados y deben revisarse”.
Se trata de una decisión política que ha causado un gran revuelo en el país norteamericano, ya que la nueva propuesta podría minar los avances en el proceso de erradicar las emisiones de gases contaminantes en las ciudades, favoreciendo la situación de la industria y de las petroleras.
El Ejecutivo del expresidente norteamericano Obama aprobó en 2012 una regulación que establecía que todos los vehículos debían contaminar 163 g de CO2 de media por milla (1,6 km, aprox.) a partir de 2025. De este modo, se pretendía mejorar la calidad del aire en las zonas más afectadas por la polución y evitar la emisión de cerca de 570 toneladas de estos gases a la atmósfera en el año 203o.
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En su día, el plan tuvo una gran acogida entre la población. Sin embargo, esta decisión no tuvo el mismo éxito entre las empresas fabricantes del sector, que han acudido, representadas por la Alianza de Fabricantes de Automóviles estadounidense (AMA) al nuevo presidente para reclamar una anulación de este proyecto.
Tal y como confesó Priutt, se eliminarán los objetivos de 2012, explicando que “la EPA en el Gobierno Obama aplicó supuestos que no se atenían a la realidad y estableció normas excesivamente bajas”.
La guerra comercial que se está llevando a cabo entre Estados Unidos y China podría afectar directamente a dos de las empresas automotrices alemanas más importantes del sector: BMW y Mercedes-Benz .
Después de que el Gobierno de Trump propusiera imponer unos aranceles más elevados sobre las importaciones chinas, el país asiático pretende tomar represalias. Algo que afectaría directamente a estas compañías germanas, ya que existen diversas cadenas de suministro y procesos de producción en los que ambos países se ven implicados.
De hecho, según informan en Automotive News (basándose en las conclusiones de la compañía de estudios de mercado Evercore ISI), la sede de BMW en Spartanburg (Carolina del Sur) se enfrenta a unas pérdidas de 965 millones de dólares ( 780.700.000 euros, aproximadamente), al igual que Daimler, que se expone a un golpe de 765 millones de dólares (618.600.000 €) en la fábrica que Mercedes Benz tiene en Vance (Alabama).
Estamos ante un conflicto que podría llegar a afectar a toda la industria, pero sobre todo a los productos de estas empresas que se fabrican en EEUU, ya que, en su mayoría, se exportan a China.