La empresa fabricante de automóviles japonesa da un paso más en la carrera hacia los coches autónomos, desarrollando una tecnología que les permita comunicarse entre ellos. De este modo, han anunciado que empezarán a comercializar estos “coches que hablan” a partir de 2021 en EEUU (a pesar de haber retirado sus vehículos sin conductor de las carreteras de ese país, de momento).
Según informan en Automotive News, se trata de una tecnología basada en un sistema inalámbrico de corto alcance, que les permitirá compartir datos entre sí, siempre que guarden una distancia inferior a 300 metros.
De este modo, los coches autónomos de Toyota podrán informar a los demás sobre su localización, su velocidad, la dirección que siguen e, incluso, avisar sobre alguna incidencia de seguridad. El objetivo de todo ello es ampliar la actuación de los vehículos por sí mismos, para que puedan conocer al detalle y en tiempo real los datos de su entorno y avisar a los demás de su presencia, simulando la comunicación que puede existir entre dos conductores de coches convencionales.
Al parecer, Toyota pretende que esta tecnología esté presente en la mayoría de sus vehículos en los próximos años. Aunque, según expone El Mundo, todavía no ha especificado qué modelos serán los primeros en llevarla o si formarán parte del equipamiento de serie o un extra.
A pesar de que es un avance innovador, es importante destacar que no son los únicos que trabajan con esta tecnología. Audi también ha puesto el foco en la comunicación entre los coches autónomos, creando unos vehículos que pueden entenderse con los semáforos.
Además, habría que destacar que desde los primeros años de la década de los 80 hemos sido testigos de cómo las marcas empezaban a desarrollar coches que se pudieran comunicar con el conductor. Se trata de modelos avanzados a su tiempo, que marcaron la diferencia en el mercado. Si quieres saber cuáles son, echa un vistazo a las siguientes imágenes….
Andrew Coetzee, vicepresidente del grupo de Planificación y Estrategia de Toyota, aseguró que esta iniciativa de la marca no solo pretende seguir fomentando el desarrollo de los coches autónomos, sino que, además, quiere ser el ejemplo para otras marcas fabricantes de vehículos del mundo.
Se pretende conseguir que estos sistemas de corto alcance se extiendan a todos los automóviles del mercado. Pero, para ello, también reclaman que las normas se adapten a sus avances. De hecho, el Departamento de Transporte de EEUU ya está contemplando adoptar una propuesta que regule esta “comunicación”.
En 2016, la administración de Obama fijó un plazo para su introducción con vistas a 2020. Una propuesta en la que, además, se establecía que todos los coches tendrían que comunicarse en “la misma lengua”, independientemente del país en el que se hubieran fabricado. Sin embargo, es un tema que no ha seguido adelante desde que Donald Trump accedió a la presidencia.
Además, otro punto en el que todavía habrá que mejorar es la velocidad a la que se transmite la información. A día de hoy, es de 10 veces por segundo, pero se espera que se reduzca para que los coches autónomos tengan mayor margen de actuación.