Toyota acudirá al Salón del Automóvil de Tokio con tres prototipos de propulsión eléctrica que definirán el futuro de la marca y que contarán con un sistema de inteligencia artificial (AI) que les permitirá entender y aprender del conductor.
Esta serie de prototipos está conformada por tres unidades. El primero de ellos es el Toyota Concept-i presentado en el CES de Las Vegas, al que se han añadido el Toyota Concept-i RIDE de movilidad universal y el Toyota Concept-i WALK, un vehículo de movilidad para zonas peatonales.
Este modelo visto a principios de año en Estados Unidos cuenta con una tecnología que entiende a las personas y aprende de ellas, además de un sistema de conducción automatizada que proporciona seguridad y tranquilidad a los pasajeros.
El habitáculo tiene una silueta futurista y un sistema HMI avanzado (interacción entre humanos y máquinas). Este sistema determina las emociones y el nivel de atención leyendo las acciones, expresiones y el tono de voz y, adicionalmente, compara información general con noticias de la web o la actividad de redes sociales.
Con todo ello, la tecnología logra entender la fiabilidad del coche y del conductor, por lo que puede tomar el control del vehículo a través de una conducción automatizada en el momento en que entienda, por ejemplo, que el conductor está superado por una situación peligrosa o de gran estrés.
La firma nipona tiene previsto realizar pruebas en carretera con vehículos equipados con este tipo de funciones para 2020. Particularmente, este Concept-i tiene una autonomía eléctrica de aproximadamente 300 kilómetros.
Este segundo modelo de pequeñas dimensiones tiene especialmente en cuenta a las personas en sillas de ruedas e incluye puertas de alas de gaviota, un asiento deslizante universal eléctrico y un mando único que elimina la necesidad de volante y pedales. Tiene capacidad para dos ocupantes.
Gracias a la disposición de los asientos y las funciones de conducción automatizada le hacen perfecto para cualquier persona, por lo que es ideal también para el uso de servicios compartidos. Su autonomía es de entre 100 y 150 kilómetros.
Ideado para zonas peatonales, con sus tres ruedas y el mecanismo de distancia entre ejes variable para mejorar la estabilidad, cuenta con unas dimensiones equivalentes a las de un peatón que camina.
Al igual que los otros dos modelos, entiende al conductor a partir de la conversación con el agente de inteligencia artificial y los datos obtenidos de sensores en los mandos, con los que guía al conductor a una situación segura en función de las circunstancias. Si detecta algún peligro, avisa al conductor y adopta las medidas correctoras oportunas de forma automática. Su autonomía eléctrica es de entre 10 y 20 kilómetros.
