Toyota compra Daihatsu, un total del 100 por cien de las acciones que antes se cifraba en un 51 por ciento. Mediante un intercambio de acciones, que se espera finalice en agosto de este mismo año, ambos fabricantes unen fuerzas aprovechando la especialización de Daihatsu y la tecnología proveniente de Toyota.
Daihatsu, que se especializa en coches pequeños como los “kei-cars”, aportará a la otra firma un saber hacer que permitirá crear coches con un ahorro de espacio mayor. Precisamente, con la incorporación de tecnologías híbridas y baterías para sistemas eléctricos, los fabricantes buscan maximizar el espacio a través de técnicas de construcción más eficientes.
Toyota, por su parte, como el mayor fabricante mundial de automóviles, pondrá sobre la mesa la tecnología de movilidad que lleva ya años desarrollando. Sus híbridos, y puede que su tecnología de hidrógeno, serán dos grandes fuentes de conocimiento para la pequeña marca japonesa.
Además de tecnologías y métodos de producción, entre las dos marcas se van a compartir redes comerciales e infraestructura. Es un punto importante que permite a ambos fabricantes introducirse en nuevos mercados donde antes no militaban, sin necesidad de crear una nueva red de distribución.
Desde ahora los modelos más pequeños de Toyota tendrán un desarrollo de Daihatsu, por lo que en los próximos años podemos esperar una mayor presencia del primero en el segmento “kei-car”. Del mismo modo, servirá para que los futuros sistemas híbridos en modelos pequeños sean más eficientes en materia de espacio. Los habitáculos, que generalmente se ven afectados en este tipo de coches, serán los grandes beneficiados.
Sin embargo, ambos fabricantes apuestan por la diferenciación. A pesar de la compra total de Daihatsu por parte de Toyota, los dos aseguran que cada una tomará su propio camino en términos de estilo o de “target”. Al fin y al cabo ambas marcas tienen gamas muy alejadas la una de la otra, por lo que la colaboración entre ambas se centrará en elementos que no se verán a simple vista.