Sale a la luz una nueva alianza ligada al desarrollo de los coches autónomos. Esta vez, es la empresa nipona quien ha decidido avanzar en el negocio de los coches autoconducidos con una inversión de 500 millones de dólares (428 millones de euros). Se trata de una iniciativa que busca conseguir una posición competitiva en el sector y, a la vez, “llevar al mercado el transporte compartido autónomo como servicio de movilidad”.
Según han informado desde la compañía, este desembolso ayudará a reforzar lazos con Uber Technologies Inc., integrando la tecnología de ambas empresas en vehículos Toyota . Una flota de coches que formarán parte de la red de automóviles de Uber y que, si todo sigue según lo previsto, se desplegará en 2021. Además, bautizarán este servicio como Autono-MaaS y lo más seguro es que sus Toyota Sienna sean la base del diseño de estos modelos autónomos.
Es difícil distinguir cuál es la empresa que obtiene más beneficios con este nuevo acuerdo. Como hemos mencionado, Toyota conseguirá avanzar en el desarrollo de sus coches autónomos, intentando ponerse al nivel de otras compañías que han dado más pasos como Mercedes-Benz o Volkswagen . Pero, en realidad, es una alianza que también supone un soplo de aire fresco para Uber.
Los accidentes que han sufrido algunos de sus coches autónomos han mermado su credibilidad y, por tanto, sus ingresos. De hecho, se calcula que sus pérdidas llegaban a los 600 millones de dólares a finales del último trimestre.
Por tanto, esta considerable inyección monetaria conseguirá que puedan seguir mejorando sus productos. Eso sin contar con que podrán realizar pruebas en Japón. Algo que ampliará sus bases de datos y mejorará los logaritmos que utilizan para mover a los coches sin conductor. Precisamente una labor que ya no hacían en otros lugares de EE. UU. como San Francisco (California), Arizona o Pittscburgh (Pensilvania), desde que uno de sus coches atropelló a una mujer en Tempe, Arizona, con un fatal desenlace.
Además de todo lo anterior, Toyota ha comunicado que cuatro de sus subsidiarias: Aisin Seiki, Jtekt, Advics y Denso, unirán sus esfuerzos para desarrollar componentes específicos de los coches autónomos. Es decir que juntas, crearán los sensores, frenos y otros sistemas necesarios para los vehículos sin conductor.
Asimismo, según La Vanguardia parece que esta decisión de la compañía japonesa ha tenido una gran acogida en su país. Aseguran que ha experimentado un incremento del 1,85 % en el valor de sus acciones.