Gregorio Serrano, el Director General de Tráfico, acaba de anunciar una gran novedad que entrará en vigor el próximo año. A partir de 2018, cualquier agente de la Guardia Civil de Tráfico estará autorizado para realizar controles de alcoholemia. Se trata de la una nueva medida para intentar frenar el número de víctimas mortales en las carreteras a causa de conducir bajo los efectos del alcohol.
El aumento de las víctimas mortales durante este 2016 preocupa a la DGT, que está buscando la forma de frenar este ascenso continuado para poder acabar el año rebajando el alto número de fallecidos del año pasado.
Una de las grandes inversiones de la DGT el próximo año será dotar a todos los Guardia Civiles de los medios necesarios para poder realizar test de alcoholemia a los conductores cuando lo consideren necesario. Hasta ahora, solo se realizaban en los dispositivos específicos a tal efecto, como los controles en carretera.
Gracias a los nuevos controles dinámicos, podrán multiplicar el número de test realizados, además de reforzar la vigilancia ya que no serán tan visibles como un control instalado en la carretera. Por tanto, lo que se pretende conseguir es cazar a los conductores bajo los efectos del alcohol y de las drogas en cualquier momento, para evitar que puedan causar daños a un tercero debido a su estado. Los chivatazos de los controles dejarán de tener sentido ya que cualquier tipo de agente podrá realizar las pruebas.
Esta medida se une a la presentada el pasado mes de mayo, cuando anunciaron que las sanciones para los conductores reincidentes por consumo de alcohol y drogas se intensificarán, llegando a la retirada del carné de conducir. Además, durante este año también se han multiplicado el número de controles y el objetivo es llegar a los cinco millones.