Son muchas las voces que creen que algunos talleres de reparación de vehículos se aprovechan del usuario medio cuando lleva el coche a reparar. Hoy te vamos a contar ciertas formas de timar que tienen algunos talleres de coches, según recoge el diario El Confidencial tras hablar con algunos expertos del sector.
Desconocimiento del propietario
Uno de los primeros hechos a tener en cuenta es que este tipo de talleres, que hay que recordar que ni mucho menos son todos los que existen, normalmente saben si el cliente tiene conocimientos sobre mecánica y lo que le ocurre a su coche. Un hecho del que es muy fácil aprovecharse.
Según José Piñera, miembro de la startup Reparatucoche.com, lo normal es que la gente sea “seria y honrada, aunque a veces no es así”. Según los datos de El Confidencial, la primera pista puede estar en que el coche tenga que quedarse varios días en el taller “porque no se sabe lo que le pasa”.
“El tiempo en el taller se puede ir acumulando en un presupuesto que en muchas ocasiones va a ser muy elástico”
Este hecho suele ir acompañado de una notificación por parte del taller de que es necesario cambiar el embrague o el motor de arranque o que se ha gripado el motor, aunque “nada de esto sea verdad y no sea necesario el cambio de las piezas”.
Para evitar este tipo de situaciones, Miguel Fernández, dueño de un taller de barrio de Madrid desde hace 30 años, afirma a El Confidencial que lo mejor es ir con alguien que sepa algo de mecánica o llevar el coche a un sitio recomendado por alguien de confianza y acudir con esa persona.
Así nos evitaremos este tipo de situaciones, ya que de esta manera el personal del taller sabrá que si nos realiza alguna “faena”, no solo nosotros no volveremos al taller, sino que perderá a la otra persona como cliente habitual.
Las piezas mecánicas “nuevas”
Otro de los posibles abusos es el de cambiar piezas del vehículo por otras viejas, además de la posibilidad de ifnlar el presupuesto con “supuestos traslados desde fábricas lejanas” cuando en realidad han sido recogidas de algún desguace de confianza del taller.
Esto se mezcla también con la posibilidad de utilizar recambios que no son originales, lo que según El Confindencial y Piñera “es lo más típico” en este tipo de timos.
Las revisiones periódicas
Las revisiones obligatorias son otro de los puntos utilizados por este tipo de negocios fraudulentos para engañar al usuario. Estas revisiones se usan como excusa para hinchar los presupuestos y colar mantenimientos que “se han visto” al realizar el mantenimiento del coche, como un cambio de pastillas de freno “que no hacía falta”, afirma Fernández a El Confidencial.
