Hace apenas unos días, un taxista neoyorquino llegaba con su vehículo a la puerta Este del Ayuntamiento de Nueva York, paraba el motor, cogía una escopeta y se disparaba para suicidarse. Se trata de Douglas Schifter, un conductor de la ciudad de 61 años de edad.
A la pérdida de Shifter hay que sumar al menos la muerte de otros dos conductores que habrían procedido de similar forma desde el mes de noviembre, según recoge El Confidencial a partir de la responsable del sindicato de taxistas de Nueva York, Bhairavi Desai.
“Ya no puedo sobrevivir trabajando 120 horas seguidas. No soy un esclavo y me niego a serlo”, decía tajante Schifter
La propia Desai, en declaraciones a Los Ángeles Times, afirmaba que desde hace año y medio ha comenzado a recibir llamadas de compañeros del sindicato que afirman estar deprimidos, gente a la que ha tenido que dar el “teléfono de ayuda contra el suicidio”.
Este parecía ser el caso de Schifter, un profesional del gremio con 35 años de experiencia que antes de coger la escopeta y quitarse la vida escribió una amplia declaración en su perfil personal de Facebook donde explicaba las razones que le llevarían a cometer dicho acto poco después.
En él afirmaba haber trabajado “100-120 horas seguidas cada semana durante 14 años” y comentaba que no era “un esclavo” y rechazaba serlo. Además, también culpaba a los políticos por haber permitido la “destrucción de la industria” y mencionaba nombres como Bloomberg, De Blasio (alcalde de la ciudad) o Andrew Cuomo (gobernador de Nueva York).
“No voy a ser un esclavo trabajando por calderilla. Preferiría estar muerto”
Tampoco Uber, que ha provocado varias de las protestas y huelgas del gremio del taxi, salía bien parada en el texto de Schifter, donde se la tachaba de compañía “mentirosa, tramposa y ladrona”. La carta, reproducida íntegra al final de estas líneas, finalizaba con una despedida.
“Por favor, no hagáis daño a otros […] recordad que el amor es el regalo más grande […] Espero que el sacrificio público que hago dé algo de atención a la difícil situación de los taxistas y la gente haga algo para salvarlos […] Es demasiado tarde para mí, ¿quién será el siguiente? ¿Quizá tú y los tuyos? Todo el mundo tiene que arreglar esto ya”.