La sobresaturación de SUV está pasando factura a la atmósfera, según un reciente estudio de la Agencia Internacional de la Energía (IEA). El organismo alerta que el segmento es el mayor causante del aumento de emisiones contaminantes de C02 a a la atmósfera, con un crecimiento de 700 megatoneladas anuales. En conjunto, contaminan incluso que la industria pesada o los camiones.
Los SUV son más pesados y elevados y, por tanto, menos aerodinámicos por lo general que un turismo convencional. Tienen consumos de combustible más elevados, lo que aumenta la emisión de partículas contaminantes a la atmósfera.
Esto, unido a su aumento exponencial de las ventas debido a su versatilidad y comodidad, además de la bajada de precios, ha hecho que se posicionen como los vehículos más contaminantes del planeta en la actualidad.
No obstante, a pesar de las advertencias de agencias medioambientales y organizaciones ecologistas, como Greenpeace, los SUV siguen pasando bastante desapercibidos para las nuevas políticas de control de emisiones.
Más preocupados en subir los impuestos al diésel o establecer limitaciones de acceso en las grandes ciudades, los diferentes gobiernos europeos están pasando por alto la moda de comprarse estos coches. Vehículos que, a la larga, resultan más perniciosos para la atmósfera que cualquier utilitario diésel.
Según la IEA, el impacto nocivo de los SUV en el medio ambiente, que actualmente ocupan el 40% de la cuota de mercado, ha sido 10 veces superior a los de los coche diésel convencional.
Esto quiere decir que la reducción de la oferta diésel en muchas marcas, debido al supuesto efecto negativo de sus emisiones, lo han recuperado los SUV. Y además han empeorando la situación, según la agencia.
Hasta ahora, la mayoría de los vehículos SUV vendidos en todo el mundo son mayoritariamente de gasolina. Sólo un pequeño porcentaje, que no llega al 5%, según los últimos datos de ventas, son híbridos, híbridos enchufables o eléctricos.
Estos últimos parecen ser la solución a estos preocupantes datos que expone la IEA. Pero los todocaminos híbridos y eléctricos aún son vehículos poco asequibles en muchos casos, con precios superiores a 30.000 euros. En espera de una bajada de sus costes de producción y, por consiguiente, el PVP final, los SUV de bajas emisiones no conseguirán, de momento, paliar esta tendencia.