Ídolo para muchos, dios para otros, aunque estos mismos se refieren a él D10S, Diego Armando Maradona falleció hace unos meses y son muchos los recuerdos y posesiones que en las últimas fechas están saliendo a subasta para aprovechar el momento. El último del que hemos tenido conocimiento es el Porsche 911 que tuvo mientras jugó en el Sevilla FC, un vehículo que, ya de por sí y sin la pátina que le confiere su anterior propietario, se muestra como un vehículo muy especial. Para quien dude de la autenticidad de la historia, cuenta con el nombre de Maradona en el libro de mantenimiento y de su siguiente propietario.
Se trata de un Porsche 911 SC, un Type 964 Carrera 2 Convertible Works Turbo según especifica Bonhams, la compañía que lo va a subastar. Cuenta con un motor de 3,6 litros y disposición bóxer que responde con una potencia de 253 CV. Fue construido en 1992 y se construyeron un total de 1.200 unidades entre los años 1992 y 1994.
Además, según señala la información del lote, el vehículo se encuentra en buen estado, aunque nunca fue restaurado. Su cuentakilómetros señala que ha recorrido unos 120.000 km y tras el astro argentino perteneció durante más de 20 años a su posterior propietario.
El Porsche 911 de Maradona se venderá al mejor postor. Las estimaciones de la propia casa de subastas se mueven entre los 150.000 euros y los 200.000 euros, aunque hay quien espera que, tras haber sido conducido por ‘la mano de Dios’ este precio aumente.
Cabe recordar que, aunque muchos no lo recuerden, Maradona jugó en el Sevilla FC la temporada 92-93, aunque no la completó.
Llegó tras los 15 de meses de suspensión por dopaje que sufrió estando en el Nápoles, la primera de su vida deportiva, y para su fichaje tuvo que intervenir la UEFA al no querer el equipo italiano cumplir el deseo del jugador de abandonar el equipo.
Finalmente prevaleció el deseo de Maradona y fichó por el conjunto hispalense donde se reencontraría con Bilardo que manejaba los designios del equipo desde el banquillo. Sin embargo, la relación entre ambos no era buena y esta terminó antes de que concluyera la temporada.
Muchos recordarán el encontronazo de Maradona con la Policía de Sevilla al ser detectado circulando un vehículo a alta velocidad por el centro de la ciudad y saltándose semáforos en rojo. Era Maradona con su Porsche 911. Circulaba, según algunas fuentes, a 180 km/h. Y su excusa ante los agentes fue que llegaba tarde al entrenamiento. Eran las 5 y cuarto.
El jugador tardó en cumplir con las señales que le daban el alto. Esto llevó a los agentes a empuñar sus armas cuando finalmente lo hizo y se pudieron acercar a identificar al conductor. De poco le sirvió ser el mejor jugador de fútbol del momento. Lo detuvieron. Lo llevaron a comisaría. Y, solo tras entregarle la multa, le dejaron regresar a casa. El jugador lo recordaría como uno de los momentos más tensos e su vida.
La afición de Maradona por los coches era reconocida. No solo tuvo este Porsche 911. Entre sus posesiones se cuentan decenas de coches. Uno de los últimos fue también de los más estrafalarios: un BMW que tuneó como si de un coche de policía se tratara.