Estos días se celebra en Monterey (California), una de las subastas de coches clásicos más importantes del año, con auténticas rarezas y coches exclusivos como el Aston Martin de James Bond en la película Operación Trueno (Thunderball) de 1965.
Operación Trueno fue la segunda película más taquillera de la saga 007, tras Skyfall (2012) e icónicos son los pasajes en los que Sean Connery saca a pasear a su Aston Martin DB5 de edición limitada y pintura plateada. Ahora, en 2019, 54 años después de su estreno, la casa de subastas de coches clásicos más prestigiosa del mundo, Sotheby’s, ha vendido el icónico bólido por un precio de 6,4 millones de dólares (5,7 millones de euros), algo más que la previsión inicial de 6 millones.
Además de la taquillera película de los sesenta, el Aston Martin DB5 también hizo su aparición en cinco películas más de la saga: GoldenEye (1995) y el Mañana nunca muere (1997), ambas con Pierce Brosnan al volante. Más recientemente, Daniel Craig lo condujo en Casino Royale (2006), Skyfall (2012) y Spectre (2015).
El coche subastado fue uno de los dos ejemplares encargados por la productora de la película a Aston Martin. Se trata de un Gran Turismo con motor de aluminio 4.0 L, que ofrece una potencia de 282 CV para alcanzar una velocidad máxima de 233 km/h.
Antes de pasar a su nuevo dueño, del que aún no se ha revelado su identidad, tuvo tres propietarios más, además de exhibirse durante 35 años en el museo de Aston Martin. En 2012 se sometió a una restauración de exteriores e interior, además de poner a punto todo el ‘atrezzo’ y efectos especiales de la película incluidos.
Entre ellos, está el sistema de emisión de cortina de humo trasero, una ametralladora de calibre 30 en cada uno de los guardabarros, placas de matrícula giratorias delante y detrás, un protector trasero resistente a las balas y el extra más útil y sofisticado para escapar de los villanos: un sistema de eyección del asiento de pasajeros.