El proyecto se iniciará en Francia en 2024 y permitirá transformar las anteriores furgonetas diésel en otras 100% eléctricas, siendo especialmente útiles para las pequeñas empresas.
La venta de coches eléctricos sigue poco a poco incrementando cifras aunque en algunos países, como el nuestro, no está alcanzando los volúmenes esperados por las asociaciones del sector. En muchos casos resulta costoso desarrollar plataformas nuevas para su fabricación y con el horizonte puesto en 2035 muchos son los grupos que han invertido millonadas en transformar sus plantas para albergar, en poco más de una década una cadena de producción exclusivamente eléctrica.
Ahora bien, ¿qué pasaría si el trabajo ya estuviera a medio hacer y solo faltase completarlo? Pues que serías tan previsor como Stellantis. Nos explicamos. Desde su creación y nombramiento de Carlos Tavares como CEO, el gigante automovilístico no solo persigue convertirse en el líder mundial de venta de coches nuevos o en el referente de la electromovilidad, sino que también ha establecido una importante estrategia ahorradora. La misma que ahora cobra especial interés con el proyecto que ha iniciado en Francia.
Hablamos de un programa de reciclaje de furgonetas diésel, pero no uno en el que se destruyen la casi totalidad de sus componentes para emplearlo en futuros modelos, sino en el que se transformarán los modelos que equipen los motores 2.0 BlueHDI por unos eléctricos con su correspondiente batería. Y es que el segmento de los comerciales es uno de los más importantes para el conglomerado de origen galo tal y como demostró hace no tanto con el anuncio de que todas las furgonetas de pasajeros y la mayoría de comerciales iban a estar disponibles ya solo con motores eléctricos. Una estrategia que confirmó hace relativamente poco con desvele de los nuevos modelos y que tiene igualmente como pata importante el uso del hidrógeno.
Misma batería, menos autonomía
Pero con la iniciativa que aquí te traemos y que daría comienzo en el 2024, Stellantis no solo consigue ahorrar costes sino que electrificará un parque móvil gigantesco. De momento el proyecto solo se ha arrancado como decimos en Francia y tiene como fin lograr que los pequeños empresarios y pymes que ya tenían un modelo de gasóleo previo lo transformen en 100% eléctrico para así perdurar el uso del mismo y no tener que realizar un fuerte desembolso de dinero.
Porque las estimaciones de Stellantis aseguran que el gasto de esta conversión rondaría los 20.000 euros y que incluso podría ser inferior. En esta tarifa estaría incluido todo el cambio, que supone sustituir el 2.0 BlueHDi comentado por un motor eléctrico de 136 CV y 260 Nm de par que se alimentaría de una batería de 50 o 75 kWh dependiendo de las necesidades. Eso sí, la autonomía sería inferior a los eléctricos que salen de fábrica con la misma configuración, y que homologan entre 224 y 350 kilómetros.
La transformación se haría íntegramente en las instalaciones de Stellantis, donde en una primera hornada podrían entrar los Peugeot Expert, Citroën Jumpy y Opel Vivaro, aunque se espera que el programa incluya otros como la Fiat Ducato y se amplíe a furgonetas medianas de pasajeros. Por cierto, que se haya iniciado en Francia no es una cuestión baladí. No solo porque Stellantis cuenta con un importante número de fábricas, sino también porque en el país galo quien opte por esta transformación se podrá acoger a los interesantes incentivos gubernamentales, cifrados en una bonificación hasta del 40% del coste total (con un máximo de 10.000 euros) aunque siempre que el propietario conserve la furgoneta eléctrica durante más de un año o la conduzca durante al menos 6.000 kilómetros antes de vender su vehículo.
