La Unión Europea ha dispuesto una normativa por la que insta a los fabricantes de coches a incluir una serie de tecnologías de seguridad encaminadas a reducir el número de fallecidos en nuestras carreteras. Estos sistemas ADAS (sistemas avanzados de ayuda a la conducción) supondrán un incremento en la electrónica de nuestros coches.
Esta normativa, como sucede con las de emisiones Euro, es de obligado cumplimiento y ha sido comunicada con la suficiente antelación para que las puedan incorporar a los coches en fecha y plazo.
Este sistema de seguridad ADAS supone la combinación de varias tecnologías. Por un lado estaría el Control de Velocidad de Crucero, por el que el conductor establece la velocidad a la que desea circular, y, por otro, estaría un navegador o GPS que situaría al vehículo en la carretera y reconocería el límite máximo al que debe circular en cada momento.
De esta manera, el coche ajustaría la velocidad que lleva a la máxima establecida en la vía y la regularía al mismo tiempo que esta varía. Esta tecnología se podría desconectar para que el propio conductor pueda circular a la velocidad que considere oportuno, como sucede en la actualidad.
Supondrá la expansión por todos los coches de las cámaras de visión trasera que, además, tendrán la función de detectar la llegada de niños, animales u otros vehículos. Esta tecnología está destinada a facilitar la operación de salir de un aparcamiento marcha atrás, para que se realice en condiciones de seguridad y no ponga en peligro la seguridad de los ocupantes de ninguno de los vehículos en una maniobra con unas condiciones de visibilidad muy bajas.
En caso de que se acercara otro vehículo debería identificarlo y advertirlo al conductor.
Diversos sensores deberán controlar nuestro estado al volante. Identificarán si nos relajamos en exceso, si bostezamos, si la sujeción del volante pierde fuerza, si adoptamos una posición en el asiento demasiado cómoda… En ese caso alertará de la situación mediante señales visuales y acústicas y nos recomendará parar para realizar un descanso o tomar un café.
Unos sensores identificarán situaciones de peligro y frenarán el coche en caso de que el conductor no actúe de la manera que corresponde. Deberían ser capaces de identificar la presencia de mayores y niños así como la de otros vehículos, incluyendo bicicletas y patinetes.
El sistema primero avisará al conductor mediante señal visual y acústica para, posteriormente, en caso de que no reaccione frenar de forma independiente.
Este sistema de seguridad ADAS supondrá la llegada de nuevas cámaras y radares a nuestros vehículos. Este sistema identificará si el vehículo supera las demarcaciones del carril por el que circula sin que el conductor lo haya advertido mediante el intermitente. Entenderá que es un despiste, que podría terminar en accidente, y le avisará mediante señales acústicas, luminosas o vibraciones para que recupere su posición inicial.
En la actualidad ya hay coches que actúan sobre el volante y devuelve al coche a la posición inicial.
Las pruebas de alcohol llegan a nuestros coches. Una de los sistemas de seguridad que más polémica generará por el uso, el control del uso y por las revisiones de funcionamiento que requieren.
Antes de iniciar la marcha, tendremos que soplar primero en el alcoholímetro y, en caso de dar positivo, el vehículo no arrancará el coche. Es una manera de evitar que personas que no están capacitadas para conducir pongan en riesgo la integridad del resto de conductores.
Un sistema similar al que existe en los aviones se encargará de registrar todo cuanto suceda en el interior del coche. Este sistema solo almacenará datos durante un tiempo concreto, unos segundos, por lo que estará registrando, guardando y borrando datos continuamente. Solo cambiar este funcionamiento en caso de que se produzca un impacto o accidente.
En este caso almacenará los registros que haya recopilado como la velocidad del vehículo, la presión sobre el acelerador o el freno, las revoluciones del motor, el giro del volante y hasta la presión de los neumáticos. Podría guardar también las conversaciones que se produzcan en el habitáculo.
Estos datos solo se podrían consultar después con un software especializado que solo estará disponible para la Policía y las aseguradoras por lo que el derecho a la intimidad no debería verse vulnerado. Ayudará a decidir quien ha sido el culpable en caso de accidente.
Detectará si todas las plazas del vehículo que están ocupadas utilizan el cinturón de seguridad de forma conveniente, tal y como sucede en la actualidad en las plazas delanteras. Esto incluye a las de detrás. En caso de iniciar la marcha sin que estén convenientemente ajustadas se producirá una advertencia sonora.