En la actualidad, es difícil ver una vía urbana que no esté regulada por semáforos. Son los encargados de gestionar la circulación para facilitar el tránsito de vehículos y lo cierto es que resulta difícil imaginar que algún día pudiesen desaparecer. Para que esto ocurra, tendrían que existir coches lo suficientemente autónomos e inteligentes para poder recorrer cualquier vía y respetar las prioridades de paso, sin arriesgarse a sufrir accidentes de tráfico.
Este es, precisamente, el nuevo reto que están probando en Ford con sus coches conectados. Trabajan en una tecnología que se basa en cómo los humanos negocian su camino a través de multitudes ocupadas, disminuyendo la velocidad o acelerando para evitar colisiones, sin llegar a un punto muerto. Sin duda, un nuevo sistema que tiene por objeto aumentar la eficiencia de los desplazamientos, haciendo que el flujo de tráfico sea mucho más rápido y seguro.
La nueva tecnología de Ford se denomina Intersection Priority Management (IPM). Es la encargada de mantener los vehículos en movimiento, evitando esas paradas innecesarias en cada cruce. La IPM utiliza unos comunicadores (V2V) que conectan a los vehículos para que se coordinen unos con otros, sugiriendo, por ejemplo, las velocidades óptimas a las que deben circular para que no se produzcan colisiones y que ningún vehículo se vea obligado a detener la marcha.
Como decimos, es un sistema que está en fase de pruebas. De este modo, solo se han podido percibir los primeros resultados en las calles de Milton Keynes, Reino Unido. Por ahora, solo unos pocos coches autónomos cuentan con la tecnología necesaria. No obstante, los que la incluyen son capaces de transmitir la ubicación, la dirección de su trayecto y su velocidad. Además, pueden identificar si hay un cruce próximo y cuál es la trayectoria que van a seguir otros vehículos. Por tanto, hablamos de vehículos que tienen un conocimiento mucho más amplio de su entorno. Algo que se transforma, directamente, en más capacidad para llevar a cabo los desplazamientos de forma segura y eficiente.
Como dice Christian Ress, supervisor de tecnologías de Ayuda al Conductor de Ford, con esta tecnología de coches conectados se intenta promover que “los vehículos sean más conscientes unos de los otros y de su entorno, permitiendo una cooperación y colaboración inteligente en las carreteras y cruces”. Por tanto, hablamos de unos sistemas V2V y V2X que pueden servir para mejorar la tecnología de los coches autónomos del futuro, ya que les permitirá gestionar de forma automática la circulación y las prioridades de paso.