El desarrollo de nuevas fuentes de energía destinadas al automóvil lleva caminos de lo más diversos. Uno de ellos es el gas natural o GNC, y SEAT una de las marcas que mayores esfuerzos está realizando para llevar esta tecnología a la calle.
Cierto es que, como en carburantes alternativos, el desarrollo va ligado al de las propias infraestructuras y, aunque queda mucho todavía por hacer, hemos constatado que ya es posible cruzar España solo con GNC.
Y es que, poco a poco, el gas natural como combustible crece, casi a pasos agigantados. Y SEAT, en particular dentro del Grupo Volkswagen, es una de las marcas que más viene apostando por ello, por el llamado GNC.
Ojo, hablamos de gas natural comprimido, ligeramente distinto al conocido como GLP, o gas licuado del petróleo.
Las versiones TGI se SEAT, que ya están presentes en las gamas Ibiza, Arona y León, siguen creciendo en ventas como solución de movilidad ideal en el día a día por sus baja economía de consumo y, en ciudades como Madrid, por su etiqueta ECO de la DGT que facilita mucho para moverse libremente en casi cualquier escenario de contaminación, por severo que sea, así como por diversos espacios de circulación restringidos.
Pero la duda que todavía queda por parte de potenciales usuarios de esta tecnología viene del lado de las infraestructuras de repostaje, hasta hace poco algo limitadas pero ya en pleno crecimiento con continuas aperturas por todo el territorio nacional.
Prueba de la confianza de SEAT en su rápido desarrollo está en la última evolución de la versión TGI de León, que aumenta la capacidad de los depósitos de gas y reduce la del de gasolina a apenas 9 litros, una garantía extra para dejar claro que nunca vamos a quedarnos tirados en carretera por falta de combustible, sea el que sea.
Y para demostrar y convencer de las posibilidades reales del GNC, SEAT se ha lanzado a la Vuelta a España TGI, una exclusiva pero práctica oportunidad para comprobar a pie de calle no solo las posibilidades y las ventajas en cuanto a gasto que ofrece este combustible, sino la realidad en cuanto a infraestructuras en nuestra geografía.
Cierto es que no puedes repostar GNC allí donde quieres siempre, pero también que puedes cruzarte España sólo con este combustible si antes de salir programas donde hacerlo.
Y para ello, SEAT nos propuso un completo recorrido de Madrid a Sevilla con un viaje de regreso por la conocida Ruta de la Plata, en el que hemos podido comprobar las posibilidades de este combustible alternativo que gana adeptos a ritmo vertiginoso.
En Europa esta energía ya supone más de 2 millones de vehículos matriculados, siendo Italia el principal mercado para el GNC.
Al margen de la cada vez mayor concienciación ecológica de la población, el futuro aumento en la red de puntos de repostaje de gas como el GNC estimulará, sin duda, la venta de este tipo de vehículos en nuestro país, sobre todo cuando el usuario conozca sus principales ventajas, sobre todo económicas.
Y es que el sobreprecio en el caso del León TGI sobre la versión equivalente TSI de gasolina convencional (ambos con 130 CV) ronda ahora apenas 1.000 €, subsanable en poco tiempo dada la eficiencia del GNC, que resulta hasta un 50% más económico que la gasolina y un 30% que el diésel.
Para corroborarlo, iniciamos la marcha a bordo de la versión familiar ST del nuevo León TGI, nuevo por cuanto estrena la segunda evolución de esta tecnología con muchas modificaciones respecto al primer TGI de 110 CV.
Ahora, ya con el propulsor 1.5, la potencia llega a esos interesantes 130 CV y, sobre todo, potencia funcionamiento en modo GNC, con un tercer depósito de gas y reduciendo a la vez el de gasolina, ahora de apenas 9 litros y que sirve como reserva y garantía de poder llegar allí donde queramos si no encontramos de camino una gasinera.
Partimos con el depósito de GNC lleno desde Madrid a Sevilla por la N-IV, manteniendo cruceros legales en todo momento, sin sobrepasar de marcador 130 km/h.
A su paso por la localidad jienense de Guarroman, con 305 kilómetros recorridos, nos detenemos en una estación de servicio de Repsol con surtidor de gas natural comprimido y repostamos, operación que reviste la exigencia, y el tiempo, habituales con el diésel y la gasolina, ni más ni menos.
En detalle, apenas son necesarios 3 minutos para el llenar los depósitos pertinentes. Ya el propio surtidor nos avanza que nuestro familiar León TGI ha consumido 10,14 kilos de gas natural comprimido, lo que supone un coste de 9,32 €.
Una media de 3,05 € cada 100 kilómetros recorridos en esta primera etapa, con pocos cambios de ritmo en el trazado, tan solo al cruzar el puerto de Despeñaperros, tramo en el que las curvas y los desniveles obligan al motor a trabajar algo más.
Ya con el depósito otra vez lleno, seguimos destino a Sevilla, con un trazado más despejado de tráfico en el que marcamos un ritmo ligeramente más alto.
Unos 250 kilómetros que cubrimos con gran margen de autonomía. Aprovechamos a repostar de nuevo y chequear el coste total de un largo viaje (más de 500 kilómetros).
En total reponemos 11,70 kilos de gas GNC, que suponen un coste total de apenas 20 €. Para que un diésel tuviera ese mismo coste debería arrojar un gasto inferior a 3 litros cada cien kilómetros, casi un imposible. De paso, aquí no hay problema alguno en cuanto a autonomía y, bien visto, tampoco para repostar.
Al día siguiente, la vuelta a Madrid la realizamos por la citada Ruta de la Plata, desde Sevilla hacia Mérida. Allí, primera parada para recargar los depósitos tras casi 200 kilómetros con poco tráfico y un trazado que pica levemente hacia arriba, con cambios de ritmo más constantes.
Este es un trazado ideal para disfrutar de la conducción y el entorno. El consumo sube ligeramente, 8,91 kilos en este tramo para una media de 3,9 € cada 100 kilómetros.
Seguimos ruta por la N-V y, antes de alcanzar Madrid, nos desviamos hacia Toledo para repostar en una de las nuevas gasineras Naturgy, donde llegamos tras cubrir 312 kilómetros con un gasto muy ajustado, ya sobre un recorrido más plano donde es fácil mantener cruceros de 130 km/h de marcador que permitieron consumos muy ajustados: sobre 3 kg/100 km que bajaron ligeramente la media del viaje.
Un último tramo hasta Madrid llegando a la estación de servicio de Naturgy en el barrio de Sanchinarro, donde aprovechamos para hacer un último repostaje y obtener los datos globales de un recorrido de más de 1.000 kilómetros cubiertos únicamente con gas GNC.
En total, 45,16 kilos de GNC para 1.147 kilómetros cubiertos y un coste de 40,89 €. Poco más de 3,5 € cada 100 kilómetros, cifra que para llegar a igualar en un vehículo dotado xe motor diésel debería arrojar un gasto de 2,97 l/100 km, y con otro de gasolina 2,79 l/100 km.
En suma, valores a día de hoy imposibles de lograr para aquellos y que dejan al GNC en una posición claramente ventajosa en términos de coste por kilómetro.
Y, lo dicho, como poco a poco se va cubriendo la geografía española se va cubriendo de nuevas gasineras, a medio y largo plazo cubrir casi cualquier desplazamiento será completamente viable mientras disfrutamos de modelos de SEAT provistos de la etiqueta ECO de Tráfico.
Texto de Alfonso Aguilera
Imagen: SEAT