Es uno de los sambenitos de los todocaminos: le tienen alergia al polvo y no pueden salir del asfalto. Sin embargo, el SEAT Ateca ha demostrado sus cualidades en unas condiciones de los más difíciles. SEAT ha organizado un recorrido de más de 20.000 kilómetros que ha le llevado hasta Mongolia y en el que ha tenido que superar todo tipo de dificultades demostrando que esa fama está injustificada.
Esta expedición ha estado compuesta por un equipo de 3 SEAT Ateca y seis ciclistas ataviados con sus respectivas mountain bikes, todos ellos trabajadores de la compañía y que han afrontado todo dificultades de las más diversas por este recorrido sembrado de retos.
El viaje comenzó con una ruta de 8.000 kilómetros, los que separan la fábrica de Martorell de Ölgiy, al oeste de Mongolia, el lugar del que partiría la caravana, cada uno subido a su montura. Así, se dispusieron a atravesar el Parque Nacional de Altai Tavan Bogd, de 6.000 km2 donde afrontarían llanuras, lagos, montañas nevadas y desniveles de hasta el 27 %. Y todo esto sobre bicicletas y sobre los SEAT Ateca, que no se quedaron atrás. Y, en su caso sin poder bajar de piñón ni poner pie a tierra para remontar el terreno a pie, sino con sus capacidades mecánicas.
Desde la compañía resaltan el buen comportamiento que ha tenido el sistema 4Drive en estas condiciones, así como los diferentes modos de conducción que permitieron a los vehículos superar todo tipo de dificultades sobre barro, arena o nieve. Pero, a diferencia de los ciclistas y el resto del equipo, los coches no descansaron pues, por la noche, eran los encargados de iluminar la acampada con sus led.
El grupo pudo volver a Barcelona sin mayores contratiempos. Todos sanos y salvos, aunque algo más cansados, y con los vehículos intactos tras un exigente recorrido que todos recordarán y que ha dejado algunas escenas de gran belleza. Solo hay que ver el vídeo para comprobarlo.