Pese a que el ‘todo atrás’ estaba ya más que superado cuando nuestro protagonista, el SEAT 133, hizo su aparición, lo cierto es que tuvo una trayectoria comercial más que notable, marcada además por un hecho inhabitual en SEAT entonces: las exportaciones.
Texto: Pablo Gimeno Valledor
1 de 10 – Los orígenes del SEAT 133
Desde su puesta a la venta en 1972, el SEAT 127 iba “como un tiro”, y no lo decimos por lo mucho que andaba, sino por lo bien que se vendía. Estaba ya claro, desde hacía tiempo, que con este tipo de nuevos coches, lo del ‘todo atrás’ pertenecía al pasado, y el éxito del Renault 5, en paralelo al del 127, así lo confirmaba en nuestro país. Sin embargo, en todos los mercados hay nichos, y en SEAT, y es seguro que también en Fiat, que cada vez pensaba más en la compañía española como otra fábrica del grupo italiano, decidieron que todavía había un pequeño hueco a explotar, apto para un coche de configuración antigua, aunque de líneas actualizadas.
Sería un coche bien adaptado al tráfico urbano, con mercado importante como segundo coche y perfectamente válido para pequeños desplazamientos, naciendo así el 133 que completaba la gama SEAT por debajo del 127, y la de Fiat llenando el hueco existente entre el 126 y el 127. Ese nuevo modelo debía además seguir dando actividad exportadora a SEAT, tal y como se había acordado entre Fiat y el INI, y hacerlo sin perjudicar las exportaciones de Fiat.
2 de 10 – El SEAT 133 en España
En España el nuevo modelo iba a sustituir a la vez al 850 (cuya producción acabó en marzo de 1975) y al 600 (producción finalizada en agosto de 1973), modelos ambos que, producidos únicamente por SEAT, seguían vendiéndose en Europa. Debía poderse fabricar sin realizar grandes inversiones en su estudio, en su desarrollo y tampoco en la cadena de montaje, haciendo economías de escala en la medida de lo posible, por lo que tomó muchos órganos mecánicos y soluciones técnicas del 850.
Usaba el bloque motor aparecido en los 850 Coupé ‘4 faros’ y Spider, que era también el del 127, aunque con 843 cm3 de cilindrada. El monocasco sí era nuevo y el coche tuvo que superar una serie de pruebas de seguridad pasiva mucho más severas que las que en su día sufrieron el 600 y el 850, por lo que eso que a veces se dijo de que el 133 era un 850 recarrozado no responde plenamente a la realidad, por mucho que derivase de él en muchos aspectos.
3 de 10 – La influencia de Fiat en el 133
Así como los SEAT 800 y 850 4 puertas –e incluso la del 127 4 puertas en cierta medida– respondieron a una iniciativa de SEAT, en el caso del 133 no es así. Aunque podemos considerar a este modelo como genuinamente español, en el sentido de no tener equivalente en Fiat, es casi seguro que fue en Fiat donde se diseñó e incluso donde previamente se decidió que ese modelo debía completar la gama inferior de la marca italiana.
En aras de la precisión histórica, diremos que el 133 se hizo también en Argentina por la filial cordobesa de Fiat en dicho país, y en Egipto, siendo SEAT la que puso en marcha su fabricación en el país africano, algo que ya veremos más adelante. Primeras noticias del nuevo modelo Fue en enero de 1973 cuando las revistas del motor publicaron las fotos de un modelo desconocido en las campas de SEAT en la Zona Franca barcelonesa.
Se trataba sin duda alguna de un prototipo, y aunque llevaba faros redondos, sus líneas generales fueron respetadas en los posteriores coches de producción. Poco a poco se fueron conociendo noticias de este nuevo modelo que, desde junio o julio del 73 se designaba en la prensa como SEAT 100 R, denominación que imagino que era un código interno de la marca, no usándose la denominación de 133 hasta su presentación.
4 de 10 – Comienza la producción del SEAT 133
En septiembre de 1973, SEAT anunció la puesta en fabricación del ya bautizado como modelo 133 para marzo del siguiente año, diciendo incluso que sería probablemente construido en una segunda fase en la futura fábrica de Zaragoza, planta anunciada y con terrenos ya previstos, pero que nunca llegó a realizarse por cuanto en esas fechas SEAT, a instancias del INI, tuvo que quedarse con la fábrica de Authi en Landaben (Pamplona).
Presentación del 133 A finales de mayo de 1974, SEAT presentó el nuevo coche a sus entonces muy numerosos concesionarios en toda España, y su presentación al gran público tuvo lugar en el Salón de Barcelona. Dada la importancia que se le dio en el stand de la marca, era evidente que, por restringido que fuera a priori su mercado potencial, SEAT apostaba decididamente por él. El aspecto del nuevo modelo era atractivo, con una línea cuyo diseño lateral recordaba bastante a la del 127, y tenía la ventaja de ser objetivamente mejor y más moderno que los 600 y 850 pero, como contrapartida, carecía del carisma de los mismos, sobre todo en el caso del 600.
Ya hemos dicho que en Fiat y en SEAT pensaron desde el primer momento en el 133 como en un modelo para ser vendido en toda Europa, y no sólo en España. Un pequeño nicho en el continente suponía poder vender un buen número de unidades. Como madrina del nuevo automóvil se escogió a Ursula Andress, la espectacular suiza residente entonces en Ibiza y de la que recordábamos cómo nos dejó absolutamente embobados y sin aliento cuando, siendo adolescentes, la vimos salir del agua en ‘007 contra el Dr. No’, la primera de las películas de James Bond.
El hecho de escoger a una madrina tan internacional es una prueba más de la vocación europea del nuevo producto de SEAT.
5 de 10 – Las ventas del SEAT 133
El 133 empezó a venderse francamente bien. En octubre de 1974 estuvo expuesto en el Salón de París, y a principios de 1975 en el de Ginebra. Se ofertaba una única versión con dos variantes de motor con diferente compresión para gasolina Súper o Normal, y para la exportación había diversos pequeños detalles para adaptar el coche a las legislaciones de cada país, así como incluso códigos internos distintos.
A mediados de abril, SEAT nos dio dos noticias referentes al 133 como eran la de la salida de la unidad nº 50.000 de la fábrica de El Prat, casi un año después de su puesta a la venta, y la un tanto sorprendente elección de este modelo como ‘Coche del Año 1974’ en España y, ya lanzados, en junio de 1975 salían del puerto de Barcelona las primeras unidades con volante a la derecha destinadas a Inglaterra.
En definitiva, no estábamos ante un bestseller europeo, pero el nicho previsto existía e incluso podemos decir que era mayor de lo esperado.
6 de 10 – Llega el SEAT 133 Especial
Y antes de estos sucesos, concretamente en enero de 1975, se anunció una futura versión Especial del 133 que sería más potente y con mejor acabado. Si el 133, tal y como estaba podía considerarse como el sucesor del 850, el 133 Especial debería ser el sucesor del 850… Especial.
Esa nueva variante salió al mercado a fines del verano de 1975. Daba mayor potencia –44 CV DIN, aunque se habló de 47 en un primer momento– gracias a un carburador de doble cuerpo con apertura diferenciada y un eje de levas de distinto diagrama similar al del 127 u 850 Especial, y esa mayor potencia permitía el uso de un grupo algo más corto (8/41) que le daba mejores aceleraciones. Otra mejora importante fue la del montaje de frenos de disco delanteros, que hacían posible una conducción más alegre en carretera, a lo que se sumaban sus llantas de 13”.
Se esperaban también otras dos mejoras que no incorporó y que eran un colector de escape con salidas independientes y una compresión de 9,3 a 1 y no la de 9 a 1. Y digo que se esperaban estas modificaciones por cuanto el SEAT 850 Especial las tenía. Como era lógico suponer, el Especial sustituyó al 133 de gasolina Súper mientras que el modelo de gasolina Normal proseguía sin cambios. También se montaron llantas con orificios de aireación para los frenos.
7 de 10 – La carrera del SEAT 133
Los 133 y 133 Especial tenían el acabado habitual hasta entonces, pero además se presentó el acabado Lujo, que se ofrecía para ambos modelos y que incluía mejores asientos delanteros con respaldo reclinable y mejor tapicería, techo tapizado a juego, amplios parachoques de poliuretano, cromado lateral con una goma debajo y adornos frontal y posterior de color gris ligeramente metálico.
La gama 133 quedaba así compuesta por cuatro modelos que eran el 133 y 133 Especial en versiones de base y estos mismos modelos con acabado Lujo. Así pues el 133 pasaba a tener una –pequeña– gama. Ya no habrá grandes cambios en este modelo salvo el montaje de una dirección de cremallera desde octubre de 1976, prácticamente igual a la del 127.
8 de 10 – SEAT 133 Lujo
En enero de 1978 sólo se ofertaban las versiones 133 Lujo y 133 Lujo Especial, por lo que la gama quedaba reducida a dos variantes, que desde noviembre fue ya sólo una, la del 133 Lujo.
Esta reducción de opciones era debida a que, tras sus primeros dos años en el mercado, las ventas del 133 comenzaron a decrecer, si bien su demanda justificaba todavía su producción, y como prueba de dicha demanda tenemos que en septiembre de 1978 se exportó la unidad nº 100.000 y el 133 seguía presente en el Salón de París, estando expuesto junto al Bocanegra en ese año, con lo que en el stand de la marca española se exhibían productos genuinamente nacionales.
9 de 10 – El fin del SEAT 133
Recordemos que el 133 nació conceptualmente anticuado y quizá hoy, viendo su historia desde la perspectiva que dan los años, podríamos concluir que su mayor mérito, y hasta su gran atractivo, sea precisamente el de haber tenido un más que razonable éxito habiendo nacido ‘superado’.
El que un automóvil de gama baja, barato y técnicamente anticuado fuera capaz de poner una pequeña pica en Flandes en un contexto económico muy difícil, no puede sino provocar simpatía. En la cada vez más dura guerra del mercado, el 133 no tendrá nunca en la historia la gloria de los generales, pero sí la simpatía y el cariño que despiertan los soldados voluntariosos, abnegados y honestos; porque voluntarioso, abnegado y honesto sí lo fue el SEAT 133, logrando bastante más de lo que de él se esperaba, cesando su producción hacia mediados de 1979, más o menos 6 años después del inicio de la misma.
Si en 1974 la salida de un modelo con la técnica del 133 era discutible, al acabar la década el tema estaba ya más que claro, y estando además SEAT en plena reorganización de su gama y preparando en Landaben las instalaciones para construir el Panda, no hace falta ser experto en marketing para concluir que, en ese contexto, el 133 no tenía ninguna opción y la evolución de sus ventas así lo prueba.
10 de 10 – El SEAT 133 en primera persona
Volviendo a contemplar en su conjunto la historia de nuestro valiente 133, diremos que las casi 200.000 unidades producidas, habiendo exportado más de la mitad de las mismas, deben considerarse como un más que razonable éxito, teniendo también el valor añadido, desde un punto de vista meramente histórico, de haber sido uno de los ultimísimos ‘todo atrás’ europeos.