Seat y Volkswagen han confirmado que algunas de sus nuevas versiones del Arona, del Ibiza y del Polo presentan problemas técnicos relacionados con el cinturón de seguridad lateral izquierdo de las plazas traseras. Se trata de un defecto de fábrica que aparece en miles de unidades de estos modelos y ha obligado a que las marcas se pongan en contacto con todos los afectados para facilitarles una revisión gratuita.
En concreto, estos defectos técnicos en el cinturón de seguridad se han visto reflejados en unos 219.000 ejemplares de Volkswagen y 191.000 vehículos nuevos de Seat , todos ellos pertenecientes a las versiones más actualizadas de los últimos años.
Según han confesado, es un fallo que solo sale a la luz en situaciones concretas y que no afectaría a todos los pasajeros de estos vehículos. Al parecer, solo se evidencia el problema en el caso de que la posición central e izquierda de los asientos traseros estén ocupadas al mismo tiempo. De ser así, han descubierto que el cinturón del lado izquierdo se desabrocha cuando el conductor lleva a cabo una maniobra brusca o inesperada.
No obstante, desde las marcas han querido tranquilizar a sus clientes, comunicando que ya existe una solución que acabará con el problema. Eso sí, necesitan la aprobación de las autoridades de transporte pertinentes para proceder con las reparaciones.
De este modo, cuando dispongan de dicha autorización, ambas marcas se pondrán en contacto con todos los propietarios afectados y llamarán a revisión a sus vehículos para que puedan instalarles de nuevo los cinturones en los puntos oficiales de la marca. Así, es importante destacar que esta reparación no supondrá ningún coste para el cliente.
A pesar de ello, Seat y Volkswagen han señalado que todos sus vehículos pueden realizar desplazamientos de forma segura, aunque aconsejan que no se utilicen el asiento central trasero y el izquierdo a la vez hasta que se revisen todos los coches y se reparen debidamente.
El grupo automovilístico también se ha visto obligado a retirar algunos de sus modelos por problemas técnicos. En este caso, hablamos de algunos Jeep Liberty, que han experimentado fallos en los brazos de suspensión.
Al parecer, la compañía comunicó que en algunos modelos matriculados entre 2004 y 2007 se podía acumular agua dentro de estos componentes, provocando grietas y corrosión. Por esta razón, ya han iniciado el proceso de retirar unos 239.904 SUV en los EE. UU., 36.199 fuera de la región NAFTA y 49.712 en México.