Tal y como solicitaban los fabricantes, el Gobierno ha retrasado dos años la aplicación del ciclo de homologación WLTP que afecta a los consumos y las emisiones y que entró en vigor a nivel europeo el pasado 1 de septiembre. Así, aunque tiene truco esta noticia, las marcas tendrán más tiempo para realizar los cambios que necesiten en sus mecánicas para que vuelvan a mostrar valores similares a los vistos con el ciclo NEDC; es el que estaba vigente hasta el pasado 31 de agosto y que hacía las pruebas en un laboratorio.
Este nuevo criterio supondrá que los test para comprobar las emisiones y consumos de los automóviles se harán en condiciones de tráfico real. Ahora, las cifras que se obtengan se ajustarán mucho más a las que los propietarios se encontrarán en sus rutas habituales.
Escalada de precios
La llegada del nuevo ciclo de homologación WLTP generó muchas tensiones entre los fabricantes ante la escalada de precios que se avecinaba. El impuesto de matriculación en España depende del nivel de emisiones y, según algunas voces, hasta el 60 % de los vehículos cambiarían de rango aumentando así el precio. De hecho, entre el 10 y el 20 % de los vehículos que hasta ahora estaban exentos del pago de esta tributación especial perdían ese privilegio y tendrán que empezar a añadirlo a la factura final a partir de ahora.
Para que el cambio no fuera tan brusco, desde el Gobierno anterior diseñó un periodo de transición entre el ciclo WLTP y el anterior NEDC; dando unas cifras intermedias entre ambos valores. Según los planes iniciales, este plan inicial terminaría el próximo 31 de diciembre pero, con la llegada de esta moratoria, este periodo de transición aumentará en dos años por lo que no será hasta el primero de enero de 2021 cuando solo se muestren los nuevos valores.
El motivo esgrimido por los fabricantes para solicitar este retraso ha sido la necesidad de adaptar sus mecánicas para reducir los consumos y emisiones y devolver así a sus vehículos al estatus que tenían con el ciclo NEDC. Así, los coches que se libraban de pagar el impuesto de matriculación, por ejemplo, pueden seguir sin tener que pagarlo. Todo sea por evitar la previsible escalada de precios. Y la caída de un mercado que lleva muchos meses subiendo sus ventas.