Esta es una auténtica operación de lifting, pues vamos a restaurar por completo la carrocería de nuestro coche clásico. Para lograrlo, nos hemos desplazado hasta el Centro de Formación e Inserción Laboral de Alcobendas, en Madrid, donde nos han mostrado, paso a paso, los diferentes procesos de este práctico bricolaje. Una labor ineludible si queremos conservar la caja en perfecto estado durante muchos años, utilizando técnicas de siempre y pigmentos respetuosos con el medio ambiente.
A fin de valorar el estado real de la chapa del vehículo antes de su restauración, procedemos al lavado de la carrocería, desconectamos la batería y desmontamos las piezas accesorias tales como paragolpes, espejos retrovisores, gomas, etcétera.
Primero actuaremos sobre las abolladuras y golpes más destacados. Existen diferentes sistemas que nos evitarán sustituir la pieza: de golpe, palanca, por temperatura o soldadura. Viendo la dirección y situación de cada uno de los desperfectos decidiremos la herramienta más apropiada, el martillo, el tas, la lima, aplicación de calor o martillo de inercia. El más utilizado es el martillo con el tas. Propiciamos los primeros golpes con suavidad sobre las crestas de la hendidura, intentando nivelar lo máximo posible la chapa. También encontramos algunas piezas desoldadas y procedemos a su reparación.
Quizás este es el proceso más laborioso de llevar a cabo, el lijado. Para conseguir un aspecto original incluso al tacto, lijamos todas las partes que presentan irregularidades, aquellas que el sellado y la pintura no podrán igualar, para ello, lijamos y aplicamos masilla de poliéster tantas veces como sea necesario hasta, conseguir el aspecto y el tacto deseado.
Así se nos presenta la chapa una vez acabado el proceso de lija y masilla. Llaman la atención los colores ocre de las antiguas masillas de doble componente que aparecen tras lijar la pintura original del vehículo.
Enmascaramos con papel y cinta de carrocero los cristales y las gomas. Comenzamos a continuación el proceso de preparación a la pintura. Una primera capa de sellado de reparación conseguirá rellenar los poros y propiciará una base ideal. En este caso, también es necesario pasar una lija fina y devastar la capa superficial de sellado.
Hemos extendido el aparejo, este componente se aplica solamente en las zonas donde hemos incorporado masilla y la capa proporcionada ha de ser lo más fina posible.
Por su composición, la pintura antigravilla añade una protección extra en los bajos del vehículo frente a los pequeños elementos que puedan impactar desde el asfalto.
Hemos sellado las juntas para conseguir una estanqueidad total en toda la carrocería del vehículo. Utilizamos silicona especial de sellado para carrocerías y su pistola aplicador correspondiente.
Preparando el proceso de la aplicación de pintura, tenemos que asegurarnos de que todas las piezas se encuentran libres de grasa y polvo, para ello soplamos con la pistola de aire comprimido sobre la carrocería, desengrasamos y eliminamos cualquier elemento utilizando paños específicos.
Siempre según las indicaciones del fabricante, elaboramos la pintura realizando la mezcla de pigmentos correspondientes.
Seguimos dentro de la cabina de aspiración manteniendo la mayor limpieza posible para la expandir la pintura, donde ya estamos viendo el color definitivo. El horneado nos asegura la perfecta fijación y secado de los pigmentos aplicados.
Procedemos al montaje de los accesorios de la carrocería.
Como comprobarás, el coche queda perfecto de chapa y pintura, mejoras que lo revalorizan en el siempre interesante mercado de clásicos.
TEXTO JAVIER FUENTES