La gama compacta de Renault ya está completa. Tras la llegada del nuevo Mégane, su versión Sport Tourer y el monovolumen Scénic, ahora la novedad se llama Renault Mégane Sedán. Ha vuelto a una denominación más clásica que quiere sacarle todo el partido al simple hecho de inscribirse en la gama Mégane, y es que el anterior Fluence no consiguió los éxitos esperados por el fabricante. Ese nombre ha dicho adiós, como lo ha hecho el de Laguna, y así conocemos al nuevo sedán compacto francés.
El Renault Talisman ha abierto una nueva era en los sedanes de la marca del rombo, una era a la que se ha acogido este nuevo tres volúmenes basado en el Mégane. Comparte plataforma, del mismo modo que diseño, con un frontal que recuerda claramente a la nueva gama de Renault. Me refiero a las lágrimas bajo los faros delanteros, a la iluminación de tipo LED o a la famosa parrilla con el logotipo en grandes dimensiones.
La verdadera novedad reside en la zaga, que gana un nuevo volumen integrado perfectamente en la carrocería. Como en su hermano mayor, se ha querido recoger, jugando con una caída del techo más suave y atractiva, y aquí continúa la misma línea. Destacar las pequeñas hendiduras realizadas en los pilares traseros, como si hubieran querido seguir la línea de las ventanillas.
Atrás vuelven los pilotos horizontales de muy grandes dimensiones, caso juntándose en su parte central. No obstante, se han rasgado ligeramente los extremos exteriores, consiguiendo un aspecto más juvenil y dinámico que en el Talisman. Al fin y al cabo el público objetivo del Mégane Sedán serán familias jóvenes con una necesidad importante de espacio interior.
La habitabilidad del Renault Mégane Sedán es, evidentemente, mayor que la del Mégane de 5 puertas. No hay demasiados datos de momento, pero sí conocemos, a través de las imágenes del interior, que comparte elementos con el modelo de 5 puertas. Eso significa que comparten salpicadero, diseño, asientos o tecnología, empezando por el cuadro de mandos digital y seguido de la pantalla central para el sistema multimedia “R-Link” en posición vertical.
Aunque por ahora las plazas traseras parecen haber quedado en un segundo plano, sí ha hablado Renault del maletero. Dispondrá de una capacidad de 508 litros, a los que se accede a través de un portón que no incluye la luneta trasera. Se trata de una cifra muy superior a la del Mégane de 5 puertas, pero un paso por detrás todavía de la alternativa más capaz, el Sport Tourer.
La gama de motores del nuevo Renault Mégane Sedán será, en el momento de su lanzamiento, escueta, aunque bien escalonada. Serán cuatro motores, entre los que solo habrá una unidad de gasolina. Será un 1,2 litros “TCe” con 130 CV, que podrá ir asociado a un cambio manual a otro automático de doble embrague “EDC”. El resto de opciones recaen sobre motores diésel “dCi” en potencias de 90, 110 y 130 CV. Solo el “dCi” de 110 CV se podrá elegir con cambio automático.
El Mégane Sedán será de fabricación turca, en el mismo lugar donde veía la luz el antiguo Fluence. A diferencia del Mégane de 5 puertas, que se fabrica en la planta española de Palencia. Aunque aún faltan detalles, su presentación ante el gran público está prevista para el próximo salón de París, en octubre, y su llegada al mercado a finales de este mismo año.