Presentada en el Salón de Múnich, la quinta generación del Renault Mégane cambia radicalmente de planteamiento para convertirse en un compacto totalmente eléctrico.
Texto // Álvaro Ruíz
Renault da un paso más en su particular estrategia de transición energética, denominada por la propia marca “Renaulution”, con la quinta generación del Mégane. La marca francesa lo ha mostrado por primera vez en el Salón del Automóvil de Múnich (IAA) y aceptará los primeros pedidos a partir de noviembre, aunque las primeras unidades de este Mégane de cero emisiones no llegarán a los concesionarios hasta marzo del año que viene.
Durante un tiempo, convivirá con el Mégane actual, si bien, a largo plazo, este último dejará de comercializarse y únicamente se podrá optar por el nuevo modelo, que llega con dos niveles de autonomía: 40 kWh, con hasta 300 km de autonomía y 60 kWh, con hasta 470 km de autonomía. Cuando aterrice en los concesionarios el próximo mes de marzo, también se podrá escoger entre dos niveles de potencia: 130 CV, con 250 Nm de par, y 218 CV, con 300 Nm de par. Asimismo, habrá tres acabados, así como con versiones destinadas a flotas.
En todos los casos, este nuevo Mégane mide 4,21 metros de largo y 1,50 metros de alto, apenas 6 cm más que el Mégane actual, pese a que la estética crossover del nuevo invite a pensar que es mucho más alto. Más allá de las apariencias, se trata de un compacto en el sentido estricto de la palabra, de hecho, es uno de los modelos con menos longitud de la categoría, pero esto no significa que ofrezca poco espacio interior, más bien lo contrario.
Su batería de iones de litio está situada entre ambos ejes y es menos voluminosa de lo normal, por lo que la habitabilidad interior es extraordinaria, como pudimos comprobar antes de su puesta de largo oficial en un evento llevado a cabo por Renault en París.
Gracias al suelo plano, a la enorme distancia entre ejes (2,70 m) que le confiere la nueva plataforma modular CMF-EV sobre la que se asienta y a que el equipo de aire acondicionado está ubicado en el vano motor y no dentro del habitáculo, la amplitud es considerable y las plazas traseras son más espaciosas que las de la mayoría de compactos. También lo es el maletero, con un volumen de 440 litros (el Mégane actual se conforma con 384 litros), aunque la boca de carga no es demasiado grande y es tan profundo que el piso queda muy abajo. En caso de necesitar más espacio, puede arrastrar un remolque de hasta 900 kilos y cargar un maletero de techo.
Pero lo que más llama la atención del interior es la tecnología. Renault ha apostado por digitalizar completamente el puesto de conducción, con una doble pantalla que suma hasta 24,3” combinando la del panel de instrumentos con la táctil central, pero también hay que hablar de mandos táctiles en el volante de un sistema de audio premium firmado por Harman Kardon, de una iluminación ambiental que cambia de color automáticamente en función de la hora del día y de un arsenal de sistemas de asistencia a la conducción y seguridad, como el Fireman Access desarrollado junto a los bomberos, un acceso especial para que los servicios de emergencia apaguen rápidamente la batería en llamas en caso de accidente.
Incorpora el nuevo sistema multimedia OpenR Link con Google integrado. Está basado en Android OS y se trata de un software abierto que se puede ir actualizando constantemente por medio de la tecnología FOTA (Firmware Over-The-Air. Soporta múltiples aplicaciones diseñadas por terceros desarrolladores en Google Play, como cualquier smartphone, es personalizable y permite crear accesos directos a widgets, como el de la recarga de la batería o el flujo de energía. Además, es compatible con Android Auto y Apple CarPlay, con o sin cable. La pantalla central es de 9” en la versión de acceso y de 12” en el acabado superior; la de la instrumentación digital es de 12,3” y se puede configurar con cuatro vistas. El cargador inalámbrico está situado en la consola central y los mandos del volante son táctiles.
También dispone de múltiples opciones de recarga, tanto en la versión de 130 CV, como en la más potente de 218 CV. Ambas pueden cargarse en una toma doméstica de hasta 3,7 kW, en un Wallbox de 7,4 kW y en puntos de carga públicos de hasta 22 kW en corriente alterna (AC) y de hasta 130 kW en corriente continua (DC) a través de tomas combo. En marcha, la frenada regenerativa también permite recuperar energía, así como conducir con un solo pedal (el acelerador). El nivel de frenada regenerativa se regula a través de las levas situadas detrás del volante y, junto a ellas, se encuentra la palanca de cambios, en una posición muy cómoda y ergonómica.