Renault 5 Copa Turbo y Renault Clio RS son hijos de dos mundos diferentes, de dos realidades casi imposibles de conectar por el mero paso del tiempo. Analógico frente a digital. Manual frente a electrónico.
Texto: Jaime Queralt-Lortzing Beckmann.
Fotos: Jesús María Izquierdo.
Si tengo que elegir, escribo aquí que a mí me va más el Renault 5 Copa Turbo, y fin. Pero como entiendo que esperáis algo un poco más extenso, me agarro a la teoría de que estamos comparando la España del 82 con la España de 2017. O, lo que es lo mismo, un país en los albores mismos de la Transición, frente a un país con un nivel de vida inimaginable en aquella época.
Aunque, bien visto, también partimos de una polémica propia del Renault 5 Copa Turbo sobre si el compresor le entraba al reducir a la entrada de una curva y se hacía un ‘recto’, provocando muchos accidentes.
Esta leyenda, sempiternamente repetida por algunas de sus ‘víctimas’, no se sostiene si tenemos en cuenta que al soltar el acelerador, por mucho turbo que sople, si ahí no hay entrada de gasolina…
Otra cosa es que los españolitos de aquella época, poco acostumbrados a un motor de 112 CV y turbocomprimido, le pisaran el gas antes de tiempo y el ‘juguetito’ se los llevara por delante.
Claro que si lo que queremos es compararlo con el Volkswagen Golf, pues no tiene la misma nobleza en el comportamiento que el alemán. Pero es que estamos ante una de las menos de 1.000 unidades que FASA Renault produjo del Copa Turbo en Valladolid. Un ejemplar rescatado por su dueño, Carlos García, del mismísimo museo de patrimonio de la FASA, donde yacía olvidado por unos y por otros.
Este Renault 5 Copa Turbo ‘español’ lleva la culata de Alpine, que se traía directamente de Francia al efecto. Es decir, era de lo más deportivo que se fabricaba en nuestro país en ese momento.
Porque hay que ponerse en esa España del Mundial de Fútbol de Naranjito y el parque móvil que nos gastábamos. Yo, y perdonen que me cite como ejemplo, saqué mi carné de conducir ese mismo año y manejaba un Ford Fiesta Super Sport que parecía un bólido, pero que daba 66 caballitos y no llegaba a los 150 km/h de velocidad punta.
Ahora bien, al Renault 5 Copa Turbo se le atribuían otros achaques derivados de lo problemático de manejar un turbo en un coche de carburación aspirada. Aquí no hay inyección que valga. Se basaban en el hecho de que la entrada de mezcla, en aquellos ejemplares mal mantenidos, era un potencial peligro de incendio que dio al traste con más de una y de dos unidades.
A su vez, y esto es indudable, es un coche de los que se llamaban entonces ‘glotones’, es decir, con un consumo considerable, pasando fácilmente de los 10 litros a los 100 km.
Eso sí, divertido lo es a raudales. La unidad que les presentamos lleva un grupo algo más corto que los de serie, lo que Carlos nos señala como un defectillo que retrotraería a origen; especialmente porque ya en su época una de las virtudes que resaltaban de este coche era la buena elección de los desarrollos.
También nos indica que la suspensión está un tanto rebajada, algo que se nota para bien y que estoy seguro de que se debe agradecer en pisos delicados.
Todavía estoy esperando para encontrarme con un fan de los asientos de pétalo de Renault. Todo el mundo coincide en que son más butacones que baquets. Sin embargo, hacen de la conducción de este coche una experiencia placentera y, salvando la colocación un tanto descentrada de los pedales, la posición del que guía es cómoda.
Doy el salto al Renault Clio RS y, por lo pronto, me llama la atención al abrir la puerta que se trata de una unidad limitada y numerada ‘Mónaco GP’. Esta es una buena idea por parte del fabricante para desmarcar esta variante del modelo ‘de calle’.
Por otra parte, podemos seleccionar alguno de los ancestros del Clio en la pantalla central para que un sintetizador digital nos apoye con el sonido de motores ya olvidados. Escogemos, porque está particularmente bien conseguido, el del R8 TS, con lo que el habitáculo se teletransporta a los 70.
No es un coche para largos viajes, me parece a mí. Aunque esta unidad no lleva el radical ‘Cup chasis’, sino el ‘Sport chasis’, al cabo de unos cuantos kilómetros la sensación que me transmite es que los empastes empiezan a correr peligro.
No pudiendo decirse que es difícil de conducir, ni mucho menos, pero tiene apariencia de ser nervioso si le buscamos los límites. Luego lleva esa sarta de ayudas electrónicas como el ‘Launch control’, que nos permitiría hacer prácticamente una salida de tramo de rallye sin que apenas patinaran las ruedas. O sea, pisándole fuerte el gas justo antes de soltar embrague.
¿Embrague? Bueno, el Renault Clio RS ‘Mónaco GP’ es automático, así que menos embragues, me diréis algunos. Pero tampoco, porque lleva la función de doble embrague electrónico que nos hace el cambio sin perder vueltas. Además en la caja tenemos la posibilidad de seleccionar tres comportamientos: ‘Normal’, ‘Sport’ y ‘Race’.
Y me vais a hacer un favor, no engranéis jamás el ‘Race’ para uso urbano si no queréis lamentarlo eternamente. El paso de una marcha a otra es más rápido si se accionan las enormes levas que lleva tras el volante que dejando al cambio automático a su libre albedrío; y nos permiten gestionar casi en modo manual el comportamiento del Clio RS.
En fin, que así contados, estos dos coches podría parecer que no comparten nada entre sí, más allá del logo; pero no es del todo cierto. Lo primero, y más importante, es el grado de diversión que facilitan, poco común por otra parte en los “electrodomésticos” de hoy en día.
¿Y por qué? Pues porque ambos corren mucho, ambos ‘disfrutan’ de unos frenos justillos y ambos ‘tiran de morro’ si nos pasamos de listos. O sea, que los dos necesitan a alguien con algo de manos al volante, que sea capaz de domar a la caballería.
Dos motores turbo con un comportamiento radicalmente diferente, pero con esa rabia común que desprenden los propulsores con compresor. Entonces, cuando ya se les ha cogido el aire, son coches, ambos dos, muy rápidos y que permiten a sus conductores regodearse subyugándolos y haciéndoles ir por donde se les dice.
Y ni uno ni otro permiten desconcentrarse. El más mínimo despiste lo pueden hacer pagar caro en chapa. Lo dicho: son ejemplos de esos dos mundos distintos y muy distantes entre sí. Dos realidades que, si a los que las hemos vivido ya nos es complicado de unir, cuánto más a aquellos que sólo han conocido la segunda. Dos resultados de un mismo concepto, el uno venido de ‘Cuéntame’ y el otro recién llegado del futuro.
Modelo | Renault 5 Copa Turbo |
Disposición | Delantero longitudinal |
Cilindrada | 1.397 cm3 |
Diámetro por carrera | 76 x 77 mm |
Potencia/régimen | 110 CV / 6.000 rpm |
Par/régimen | 147 Nm / 4.000 rpm |
Alimentación | Carburador Weber 32 DIR-75 doble vertical, turbocompresor Garrett T3 |
Compresión | 9,6:1 |
Distribución | Árbol de levas lateral por cadena |
Combustible | Gasolina |
Tracción | Delantera |
Caja de cambios | Manual 5 velocidades |
Tipo | Monocasco autoportante |
Carrocería | Utilitario 5 puertas (5 plazas) |
Suspensión delantera | Independiente, barras de torsión, amortiguadores hidráulicos |
Suspensión trasera | Independiente, barras de torsión |
Dirección | Cremallera |
Frenos | Discos de 228 mm asistidos |
Consumo | 90 km/h: 5,8 l/100 km 120 km/h: 8,4 l/100 km Ciudad: 14,9 l/100 km |
Longitud/anchura/altura | 3.550/1.530/1.400 mm |
Vías/Dist. entre ejes | 1.290-1.270/ 2.430-2.400 mm |
Peso en vacío | 870 kg |
Medida llanta | 5,5 x 13” |
Medida neumáticos | 175×60 |
Capacidad del depósito | 43 litros |
1.000 m con salida parada | 30,5 s |
Velocidad máxima | 185 km/h |
Relación peso/potencia | 7 kg/CV |
Modelo | Renault Clio RS Monaco GP |
Disposición | Delantero transversal |
Cilindrada | 1.618 cm3 |
Diámetro por carrera | 79,7 x 81,1 mm |
Potencia/régimen | 200 CV / 6.000 rpm |
Par/régimen | 240 Nm/ 1.750 rpm |
Alimentación | Inyección directa, turbo, intercooler |
Compresión | 9,5:1 |
Distribución | 4 válvulas por cilindro |
Combustible | Gasolina |
Tracción | Delantera |
Caja de cambios | Automática 6 velocidades |
Tipo | Monocasco autoportante |
Carrocería | Utilitario 5 puertas (5 plazas) |
Suspensión delantera | Independiente tipo McPherson, resorte helicoidal |
Suspensión trasera | Independiente, rueda tirada con elemento torsional, resorte helicoidal |
Dirección | Cremallera con asistencia eléctrica |
Frenos | discos ventilados 230 mm (del.), discos 260 mm (tras.) |
Consumo | 90 km/h: 5,9 l/100 km 120 km/h: 5,1 l/100 km Ciudad: 7,6 l/100 km |
Longitud/anchura/altura | 4.090/1.732/1.432 mm |
Vías/Dist. entre ejes | 1.504-1.500/2.589 mm |
Peso en vacío | 1.279 kg |
Medida llanta | 7,5 x 17” |
Medida neumáticos | 205/45 R 17 |
Capacidad del depósito | 45 litros |
1.000 m con salida parada | 27,1 s |
Velocidad máxima | 235 km/h |
Relación peso/potencia | 6,3 kg/CV |