Hoy en día, una de las principales metas del Gobierno es reducir los niveles de emisiones y mejorar la calidad del aire en las ciudades. Para ello, se llevan a cabo diversas iniciativas, como la implantación de los nuevos ciclos de homologación WLTP o las restricciones de circulación para los vehículos más contaminantes . Sin embargo, a pesar de que todos estos cambios ya están empezando a surtir su efecto, todavía nuestros datos de emisiones siguen siendo altos, considerando lo establecido en Bruselas. Y parece que esta situación ahora podría repercutir en nuestra tasa nacional de empleo.
Según informan en Europa Press, la Comisión Europea advierte de que los planes de reducción de emisiones podrían ser demasiado ambiciosos para cumplirse de aquí a 2030. Algo que, directamente acabaría con el empleo de miles de personas que trabajan en la industria automovilística.
Movilidad sostenible o paro, ¿tenemos que elegir?
Actualmente se están negociando cuáles deben ser los objetivos de reducción de emisiones, comunes para todos los Estados de la UE. En un primer momento se pensó en una meta del 30 %, que implicaría que 2.000 trabajadores ligados a la producción de coches gasolina o diésel perderían su trabajo. No obstante, al mismo tiempo se crearían 46.000 puestos de trabajo nuevos, por cuestiones de desarrollo y fabricación de híbridos y eléctricos. Por tanto, en este caso hablamos de datos positivos; 44.000 nuevos empleos en el mundo del motor.
Sin embargo, con la propuesta de ampliar este objetivo al 45 %, las tornas han cambiado. Se crearían solo 47.000 nuevos empleos y, a la vez, se destruirían 59.000. De este modo, se perjudicaría gravemente la situación de los trabajadores de esta industria, aunque lo cierto es que no estaríamos hablando del peor de los casos. De hecho, también se ha planteado un objetivo del 75 %, que acabaría con más de 92.000 empleos y solo se generarían 69.000.
Ante esto, la postura del Ejecutivo europeo parece inclinarse hacia una transición más progresiva. Como dicen, “en escenarios con mayores objetivos que lleven a un incremento rápido de la cuota de mercado de coches con baterías eléctricas se observa una pérdida de empleos en el sector del automóvil”. Por tanto, consideran que la clave es evitar ser ambiciosos en este sentido.
Debate abierto
Esta percepción de la CE no ha sido bien recibida por todos los eurodiputados de las cámaras. En realidad, algunos de los más ecologistas, como Florent Marcellesi han considerado esto como “asumir el chantaje del empleo” y olvidar todos los aspectos positivos que tendrían unos objetivos más elevados.
Es más, Marcellesi, diputado de la cámara por el partido Equo, llegó a decir que “la Comisión está perjudicando la credibilidad de las instituciones” al no destacar sobre todo “el impacto positivo global de la movilidad sin emisiones sobre el empleo, la economía, el medio ambiente y la salud. Algo de lo que la CE se defiende asegurando que sus conclusiones solo intentan aportar más información a las instituciones, no ralentizar estos objetivos de emisiones.