¿Quién ha sido el protagonista de nuestra historia, y héroe para muchos? Ésa es la gran incógnita que ha sido clave en el juicio celebrado contra el hipotético conductor de un automóvil que circulaba a finales del mes de julio de 2017 a la velocidad de 242 km/h por la autovía A1.
Los hechos sucedieron en plena operación salida-retorno de verano. Un radar situado en un tramo de limitación de la velocidad a 100 km/h, fotografió un vehículo a 242 km/h. Con tal diferencia entre el margen permitido y el que se desplazaba el coche implicado; se procedió a la denuncia de su propietario.
Se denuncia al propietario, no al conductor
El matrimonio al que pertenece este coche ha alegado en el juicio celebrado que ellos desconocen cuál de los dos conducía aquel día su vehículo. Ambos, con licencia para conducir, no son capaces de recordar quién se encontraba al volante en aquel momento. ¿La excusa? Conducen indistintamente el vehículo.
Así que el juez del juzgado de Alcobendas (Madrid) encargado del caso, ha sido incapaz de dictaminar un culpable. Ha exonerado a ambos de cualquier pena al no poder demostrarse el infractor y al no existir otra prueba de quién conducía.
Además, al ser una imagen tomada por un radar fijo y no haber una posterior detención del vehículo por parte de los agentes de Tráfico, tampoco hay otra evidencia que identificara al autor de la infracción. Estos son motivos complementarios que han llevado al magistrado a tomar la decisión de exculpar a los propietarios.
A 242 km/h en plena operación salida
Este ha sido otro de los argumentos utilizados por la pareja acusada. Alegan que aquel día a la hora en la que el radar captó a su coche no era posible circular a esa velocidad dada la densidad del tráfico. Y la última de las excusas en las que se han apoyado para librarse de cualquier castigo: alegar que su vehículo es incapaz de alcanzar esa velocidad ni con la vía despejada.
Sea como fuere, estamos ante otro caso de, o bien error en la medición de un radar; o bien de argucia legal para eludir una sanción. Lo dicho, un canalla para unos por no cumplir con sus obligaciones; un héroe para muchos por haber dado esquinazo a una sanción de este tipo.