Se les han llamado la generación más preparada, la más formada. Y esto debería ser un valor añadido a la hora de tomar una decisión sobre la adquisición de un vehículo. Un estudio elaborado por SEAT analiza qué busca la generación millennial al comprar un coche, la generación de los nacidos entre los años 1981 y 1993 y la respuesta sorprenderá a más de uno.
Esta pregunta no es una cuestión baladí. Se trata de la generación conectada, la que ha dejado de ver al coche como sinónimo de libertad y ha empezado a verlo como un medio de locomoción para lograr un objetivo: llegar a un destino. Es en estos momentos en los que muchos han perdido el afecto por el vehículo, tal y como lo entendían las generaciones anteriores y cuando más cuidado hay que poner en la búsqueda de nuevas maneras de convencer a los posibles compradores, así como destacar sobre la competencia. Representan en torno al 12 % del mercado a nivel europeo, por lo que hay que darles una gran importancia.
El primer elemento que destaca es el del diseño, según el estudio realizado por SEAT. Llama la atención que este elemento emocional y no racional sea el primero el primer argumento esgrimido. Al menos el 40 % de los encuestados sitúan este rasgo como una de las principales razones de compra. Es ahora cuando entendemos el amplio repertorio de elementos que ofrecen las marcas para personalizar un vehículo. Y es que, los millennials quieren un coche bonito que refleje su personalidad y, por ende, que sea único.
Otro rasgo que gusta es que sea moderno y que esté a la última en tecnología. Esto se traduce en que uno de cada tres millennials quieren que el coche esté conectado, por lo tanto pueda disfrutar de todos los beneficios que la era de internet ha añadido a nuestro día a día. Algo que solo se puede hacer mediante conexión telemática o mediante nuestro propio teléfono móvil. Además, quieren contar con el último sistema de infoentretenimiento y el mejor equipo de sonido para disfrutar al máximo de la radio o de su música favorita, mediante sus aplicaciones del Smartphone.
Puestos a pedir, la generación millennial busca vehículos pequeños y compactos, que sean fáciles de conducir en la ciudad y que quepan en cualquier aparcamiento. Esto es al menos lo que han indicado el 50 % de los encuestados. Así es más fácil entender la apuesta que las marcas han realizado por los SUV urbanos: coches pequeños pero que añaden una posición de conducción algo más elevada que el resto. De esta manera, hasta el 20 % de los encuestados se decantan por un modelo de perfil SUV.
Tampoco quieren deudas. El 40 % señalan que le gustaría poder comprárselo con sus ahorros. No quieren deudas a largo plazo. Ni los incrementos de precio que resultan de los intereses de estos pagos a plazos. El problema lo encontramos en que solo el 25 % de los millennials podrían comprarse el coche con sus ahorros.
Ha llegado un momento en el que la visita al concesionario se ha convertido en un mero trámite. Ahora solo acuden a este para firmar la adquisición del vehículo. Actualmente los millennials llegan con la decisión tomada de antemano, después de informarse y visitar hasta la saciedad webs especializadas, blogs y foros. A esto se suman las facilidades que las propias marcas ofrecen para configurar el coche deseado en sus web y la opción de conseguir una oferta con un precio orientativo.
Esto se traduce en que el 50 % se informa bien del coche mediante la propia web de la marca. Y el 24 % lee reportajes de todo tipo sobre los vehículos que les interesan. Llama la atención que esta opinión se busca antes que la del círculo más cercano que solo el 23 % consultan.
Volvemos al cambio de concepción que los usuarios tienen del vehículo. Ahora ya no es el símbolo de libertad que tenía hace unas décadas. En este momento la propiedad ha pasado a un segundo plano y no importa compartir si el fin es el mismo. Así, opciones como el carsharing es la preferida por el 26 % de los millennials encuestados. Una tendencia que alcanzará los 36 millones de usuarios en todo el mundo en el año 2025, según señala SEAT.