Hoy se ha abierto al tráfico el puente Hong Kong-Zhuhai-Macao, el viaducto construido sobre agua más largo del mundo. Se trata de una infraestructura estratégica para China, que conectará las prósperas regiones autónomas de Hong Kong y Macao y también con la parte continental del país. Su longitud total alcanza los 55 km, tiene tres carriles por sentido y una velocidad máxima de 100 km/h.
Se trata de una revolucionaria infraestructura que pretende cambiar por completo el transporte en una de las zonas más ricas y con mayor densidad de población de toda Asia. Ha costado 16.000 millones de euros y se han empleado más de nueve años en su construcción, acumulando diversos retrasos y problemas técnicos.
Si bien el total del viaducto tiene 55 km, 6,7 de ellos se han sumergido mediante un túnel bajo el agua, dejando un corredor para el paso de los numerosos barcos de gran tonelaje que acceden al puerto de Hong Kong. El resto de la autopista se eleva sobre el mar, aunque la zona se corresponde con la del Delta del río Perla.
Para la construcción del puente se han empleado más de 400.000 toneladas de acero. El tramo más largo discurre ininterrumpido durante 30 km hasta llegar a una isla artificial situada entre las ciudades de Zhuhai y Macao, donde se encuentran los controles fronterizos. Hay que señalar que Hong Kong controla sus propias fronteras debido a su régimen de región administrativa especial dentro de China.
Por el momento, el acceso al puente se realiza a través de un peaje y sólo podrán circular por él los conductores que pidan un permiso especial, según indica El País. También lo podrán atravesar varias líneas de autobuses, aunque estos recibieron su autorización sólo una semana antes de la inauguración, tiempo insuficiente para movilizar la logística necesaria para operar.
El viaducto conecta, además, varios lugares estratégicos del Delta del Perla en menos de una hora de viaje, como la isla de Lantau, el aeropuerto de Hong Kong y los puentes de acceso a Macao. El gobierno chino quiere abrir así una nueva vía de integración entre las once ciudades que bordean el Delta, una gran aglomeración urbana donde viven más de 68 millones de personas.
A pesar de las restricciones, peajes y permisos especiales, la utilidad del puente es manifiesta. Si antes este trayecto entre Hong Kong y Macao en coche duraba unas cuatro horas, por el que había que bordear el Delta, ahora se necesitarán solo 45 minutos. Además, se han adaptado y reforzado con estructuras de hormigón las islas artificiales y los puntos más sensibles del puente para soportar terremotos y tifones, e interrumpir al mínimo su actividad.