Prueba del Skoda Karoq, el poder de la imagen

El Skoda Karoq se muestra como una de las opciones más atractivas del segmento de los SUV medios.

El aparente acabado Sportline es la última novedad del SUV medio checo. Despliega una imagen más dinámica y cuidada y se sitúa en la parte más alta de la gama por dotación, pero no hay cambios en el chasis del Skoda Karoq. Lo probamos con el refinado gasolina 1.5 TSI de 150 CV.

Una imagen vale más que mil palabras. Y a eso recurre Skoda para decorar su último Karoq, el más deportivo por estética Sportline, aún sin añadir soluciones tecnológicas que seguramente llegarán en una futura variante RS.

Este nuevo acabado se viste, por tanto, con una imagen más dinámica y un equipamiento muy completo, porque se sitúa en lo más alto de la gama. Aprovechamos el estreno para probarlo con el motor de gasolina 1.5 TSI de 150 CV, con tecnología ACT; es decir, desconexión selectiva de cilindros.

Nuestro protagonista marca territorio respecto al resto de la gama al incorporar paragolpes diferentes y unas llantas de aleación modelo Mytikas de 18 pulgadas negras, el mismo color que se utiliza en las carcasas de los retrovisores y en las barras longitudinales del techo.

Asientos de primera

Dentro encontramos recursos privativos como el volante rematado en cuero perforado, pedales de acero inoxidable, tapicería negra, luz ambiental y, lo que más nos ha convencido, unas butacas deportivas con mayor soporte lumbar y reposabezas integrados.

Además, el cuadro digital Virtual Cockpit añade una quinta pantalla adicional, con una configuración más de ‘carreras’ que da prioridad al cuentarrevoluciones, con el velocímetro en su interior.

El resto del Skoda Karoq permanece tal cual: un habitáculo amplio, bien rematado y con múltiples soluciones prácticas (ganchos, redes, papelera, portamonedas…) que Skoda denomina Simply Clever.

En nuestro caso, la banqueta trasera es fija (hay otros Skoda Karoq que la llevan ajustable), pero gozamos de un confortable portón eléctrico manos libres que da paso a un maletero de 521 litros, en la media-alta de su segmento.

Contenido Sportline

El Sportline asocia los propulsores más potentes de la gama. En gasolina la opción más modesta parte de este sofisticado 1.5 TSI de 150 CV, asociado al cambio automático DSG de siete marchas.

Con esta configuración y tracción exclusivamente delantera, lo primero que llama la atención es lo refinado y silencioso del propulsor, hasta el punto de que al ralentí cuesta adivinar, en ocasiones, si está en funcionamiento.

Algo similar pasa cuando desconecta automáticamente dos de los cuatro cilindros, en situaciones de baja demanda de par (entre 1.400 y 4.000 rpm), para reducir consumos: un testigo del cuadro avisa si lo hace; si no, es muy complicado percibir cuándo conecta o desconecta porque lo hace de forma delicada.

Progresivo

Los 150 CV no sorprenden en exceso, aunque los números salen si analizamos rendimiento. El motivo es que no saltan a ‘galope’ tendido, sino de forma ordenada, muy progresiva, y por eso ‘engaña’.

Aun así, supera 200 km/h de punta y permite adelantar con solvencia porque al hundir el pie en el acelerador baja varias velocidades si es necesario para coger ‘carrerilla’. En carretera mejor apostar por el modo Sport del asistente de conducción, que permite apurar relaciones hasta 6.400 rpm.

También podemos elegir entre un programa Normal y otro ECO, este con una función ‘a vela’ que desconecta el motor totalmente en momentos de conducción puntuales. Y si nos ponemos caprichosos, el modo Individual permite ajustar a placer parámetros de la dirección y el motor.

Comportamiento deportivo

La suspensión no sufre cambios frente al resto de la gama. Es decir, filtra bien las irregularidades para resultar cómoda, pero con un tacto lo suficientemente firme para asegurar agilidad en curva, también en la media-alta frente a sus competidores.

Y la dirección es comunicativa, aunque no excesivamente directa (2,7 vueltas de volante entre topes). Por lo demás, frena bien, es estable y el consumo durante la prueba fue de 7,4 l/100 km, atractivo aunque no bata récords.

Si a todo ello le añadimos un equipamiento de serie bastante generoso y un precio competitivo (una vez restados los hasta 5.420 € de descuento vigente) estamos ante una de las compras maestras de su segmento, sin duda.

Texto: Gregorio Arroyo // Fotos: Paloma Soria

Ficha técnica Skoda Karoq 1.5 TSI 150 CV DSG Sportline

*Importe aproximado para 4 años y 25.000 km anuales

Equipamiento Skoda Karoq 1.5 TSI 150 CV DSG Sportline

De serie: Control de crucero y limitador de velocidad; llantas de 18’’; Pack Ambition: incluye faros Full LED, Sunset y pantalla MAXI DOT en color; cuadro Virtual Cockpit; barras en el techo; asientos deportivos; pedales de acero inoxidable; selector de modos de conducción; asistentes de luces y lluvia; retrovisor interior electrocrómico; control de presión del aire en los neumáticos; retrovisores termoeléctricos y plegables; acesso y arranque manos libres; Front Assistant; sistema de navegación Amundsen; sensores de aparcamiento delanteros y traseros; cámara de visión trasera y climatizador dual.

Opciones: Pintura metalizada (590 euros); asientos delanteros calefactados (200 euros); parabrisas térmico (205 euros); techo corredizo panorámico (1.100 euros); calefacción estacionaria con control remoto (1.060 euros); doble fondo del maletero (190 euros); portón eléctrico con pedal virtual (620 euros); asistente de aparcamiento Park Assist (655 euros); Front Assist con control de crucero adaptativo (285 euros); control del ángulo muerto (385 euros); asistente de mantenimiento de carril (395 euros); reconocimiento de señales (70 euros); detector de fatiga (45 euros); Smart Link inalámbrico (80 euros); navegador Columbus con pantalla táctil de 9,2’’ (1.405 euros) y sistema de sonido Canton (380 euros).