El coche sin conductor ya rueda por Galicia. Estos días se están realizando unas interesantes pruebas de circulación y aparcamiento en las calles de Vigo. CTAG aporta la tecnología de conectividad, Citroën el vehículo y sensores adaptados y el Ayuntamiento de Vigo la infraestructura urbana. Así que, no te extrañes si te encuentras a un vehículo circulando con un conductor que no toca el volante. El objetivo es poner a punto el sistema Autopilot de conducción autónoma.
En los últimos años, el desarrollo de la tecnología de la circulación autónoma está avanzando considerablemente, realizándose pruebas en diferentes ciudades del mundo para poner en marcha, en un entorno urbano, las tecnologías de comunicación coche-ciudad al servicio de la conducción autónoma.
En España, los ensayos los lidera el Centro Tecnológico del Automóvil de Galicia (CTAG) enfocado en las comunicaciones vehículo-infraestructuras. En palabras de Francisco Sánchez, Director de la División de Electrónica del CTAG, “el objetivo es comprobar cómo se puede comunicar el vehículo con las infraestructuras circundantes en un entorno real y complejo, como el de la ciudad de Vigo”.
La colaboración entre estas tres entidades se enfoca en numerosos aspectos, como la protección de usuarios vulnerables, aparcamiento totalmente automatizado sin intervención del conductor, circulación automática en un entorno urbano, incluyendo el respeto a los semáforos y señales urbanas; todo ello utilizando las tecnologías del Internet de las Cosas para lograr el objetivo final: la circulación totalmente autónoma, sin intervención humana.
El Citroën C4 SpaceTourer utilizado en las pruebas es una unidad de serie, a la que se han añadido un conjunto de cámaras, sensores, radares y un potente procesador para gestionar los flujos de información con las infraestructuras y actuar en consecuencia. El propósito es evaluar la comunicación del vehículo con su entorno.
Está provisto de una cámara frontal, abierta 80 grados, con un alcance de 200 metros, radares en las cuatro esquinas, sensores que “ven” hasta 80 metros y una luz láser infrarroja (LIDAR) en el techo que proyecta una nube de puntos que dibuja en su memoria los obstáculos, estáticos y móviles, en un campo de visión de 360 grados para calcular su velocidad y distancia relativa.
Sobre esta “capa” de captores de detección, se encuentra otra, basada en el internet de las cosas, que se comunica con las infraestructuras (de ahí la necesidad de la colaboración con los ayuntamientos) para conocer detalles de la circulación. Por ejemplo, comunicarse con el semáforo más próximo para conocer el tiempo que resta para cambiar de fase rojo a verde, por ejemplo.
En un futuro, cuando la tecnología 5G esté disponible, el sistema podrá reducir en gran medida el tiempo de respuesta ante obstáculos e incidencias e incluso podrá conocer si la vía esta libre para adelantar, comunicándose con el vehículo que le precede.
El vehículo puede acelerar, frenar, girar y maniobrar dentro del tráfico sin necesidad de actuación humana, aunque para esta ocasión, un copiloto viaja por precaución durante las pruebas.
Las pruebas realizadas en Vigo se han centrado en dos experiencias:
Con un presupuesto global de 25 millones de euros, de los que 500.000 euros se destinan a España, quince países forman parte del Proyecto Europeo Autopilot, lanzado a principios de 2017 y en el que trabajan 350 especialistas del CTAG.
Los ensayos en Vigo se complementan con los que se están realizando en otras ciudades como Tampere (Finlandia), Versalles (Francia), Livorno (Italia), Brainport (Holanda) y Daejeon (Corea). En palabras de Abel Caballero, alcalde de Vigo: “Nuestra ciudad se compromete a facilitar la integración de las modernas tecnologías de la comunicación con el tráfico y las infraestructuras viarias.”
Luis Moreno, director del CTAG, afirma que “en 2022 todos los vehículos nuevos llegarán conectados a Internet y en 2030 se alcanzarán los 80 millones de vehículos autónomos.
Con todo, el objetivo de estos complejos sistemas es optimizar la circulación urbana priorizando la seguridad, superponiéndose al impredecible comportamiento humano, y haciéndola más respetuosa con el medio ambiente.
Texto: J.Miguel Quintana