La Volkswagen T6.1 estrena motores más eficientes y tecnología propia de un turismo.
Uno de los gigantes del transporte por carretera se somete a una actualización de mitad de ciclo comercial que la propia marca denomina como T6.1. La famosa Volkswagen T6 (ahora Volkswagen T6.1), en sus denominaciones Transporter, Caravelle y Multivan, adquiere nueva imagen, más tecnología y motores más limpios. Ya la hemos puesto a prueba.
Aunque se sigue caracterizando por las enormes posibilidades de configuración de cara a adaptarse al mayor número de necesidades, todas las nuevas T6.1 tienen un punto en común. Han introducido nuevas tecnologías, más propias de un turismo convencional, de cara a ofrecer no solo mayor confort, también unos estándares de seguridad mucho más altos.
Aspecto Premium
Como de costumbre, Volkswagen trata de agradar a sus clientes desde el primer vistazo. Y no cabe duda de que su furgoneta media es de las más atractivas del segmento. Refuerza el argumento con una nueva parrilla con faros integrados, nuevos bajos de paragolpes y, para los más exigentes, una actualizada paleta de colores (algunos bitono) que complementa con nuevas llantas.
No se trata de un argumento dedicado en exclusiva las más lúdicas Multivan, sino a toda la gama. Lo interesante de la T6.1 es que incluso la Transporter industrial permite a su comprador ofrecer una imagen distintiva para su negocio. Esto incluye llantas o pinturas bitono que harán de tu furgoneta panelada la más vistosa de la competencia.
Nuevo salpicadero
Dentro las cosas funcionan más o menos igual, aunque hay más cambios. Sin entrar en el apartado multimedia, que más adelante veremos, la Volkswagen T6.1 estrena un salpicadero más inteligente y práctico. Hay más huecos portaobjetos, incluido un hueco bajo los asientos de los pasajeros con cerradura, especialmente importante para profesionales, y mantiene esa característica solidez alemana.
Otro extra, una trampilla bajo el asiento de los pasajeros que aumenta la longitud de la carga hasta 2.800 mm con batalla corta y 3.300 mm con batalla larga. Eso sí, olvida cualquier atisbo de material mullido para redondea la experiencia.
Curiosamente no se ha reubicado la palanca del freno de estacionamiento ni se ha sustituido por uno electromecánico, movimiento que sí están empezando a realizar algunos competidores. Por su parte, Volkswagen ha mejorado algunos materiales, ha introducido nuevas molduras y, por último, ha modificado algunas tapicerías. En general el ambiente es de buena calidad incluso en sus variantes más básicas dedicadas al transporte de mercancías.
Completamente conectada
Como adelantaba, los cambios realizados a la Volkswagen T6.1 van mucho más allá de un simple rediseño en su interior. Tanto como que tecnológicamente se sitúa ahora a la vanguardia. Primero por un sistema multimedia basado en el avanzado MIB3 de la marca con pantalla táctil que puede llegar hasta las 9,2 pulgadas, completamente conectado a Internet (servicios de alerta de tráfico…) y compatible con Android Auto y Apple CarPlay.
Segundo, porque opcionalmente permite el montaje de un cuadro de mandos digital a imagen y semejanza de sus hermanos de gama como el Polo o el T-Roc. Aunque no dispone de multitud de vistas, sí permite configurar la información de múltiples formas dando más prioridad, por ejemplo, a los datos de viaje. Por supuesto, también autoriza colocar el navegador a pantalla completa, lo que evita mover la vista más de la cuenta.
Mayor seguridad
El multimedia no es la única característica tecnológica de la Volkswagen T6.1. De hecho, es solo la punta del iceberg. Sustituye la antigua dirección de asistencia hidráulica por otra electromecánica que brinda a este elemento mayores funciones. Por ejemplo, ahora la T6.1 dispone de asistente de mantenimiento de carril, lo que junto al control de velocidad de crucero adaptativo la dota de cierto nivel de autonomía.
Congrega hasta 20 ayudas a la conducción, entre las que destacan el Cross Wind Assist, capaz de centrar el coche con viento cruzado, detector de tráfico trasero cruzado o, como elementos de confort, asistente de aparcamiento automático y Trailer Assist, que facilita la maniobra marcha atrás con remolque. También equipa iluminación de tipo LED tanto delante como detrás.
Mecánicas más capaces
Aunque buena parte de la gama mecánica de la Volkswagen T6.1 ya estaba presente en la anterior versión, merece la pena repasar una oferta que prescinde de motorizaciones gasolina. Según la marca se han dejado de comercializar y, al menos por ahora no volverán, porque suponían un ínfimo 1 % del total de las ventas. Estrictamente residual.
La gama se compone solo de un bloque 2.0 TDI perteneciente a una misma familia de motores, pero con cuatro escalones de potencia. La oferta arranca en 90 CV, y escala hasta los 110, 150 y 198 CV de potencia. Como de costumbre, algunas de las versiones pueden asociarse a un cambio manual o automático DSG y también a un interesante sistema de tracción total 4Motion, ambas opciones reservadas a los modelos más potentes.
A los mandos
Durante la presentación hemos podido probar casi toda la gama, no solo en lo referente a carrocerías, también en cuanto a motores. Primero, la Multivan de 110 CV, un vehículo familiar más próximo al concepto de monovolumen que al de industrial. Se mueve bien al ritmo del tráfico y dispone de una buena salida. A pesar de una caja de cambios manual de solo 5 velocidades que, aunque escalona bien las relaciones, podría mejorar con una unidad de seis.
Es un bloque bastante suave y silencioso, gracias en parte al material aislante de la Multivan. Se define como un vehículo tranquilo pero de consumo contenido al que, tal vez, solo se le eche en falta mayor respuesta al rodar cargados. Y es que una furgoneta destinada al transporte de pasajeros demanda un escalón superior como es el TDI de 150 CV de potencia.
El equilibrio
Es a todas luces el más equilibrado de a gama, llevemos pasajeros o carga. De hecho lo probamos en una T6.1 chasis doble cabina, destinada a grandes cargas. Por cierto, desde Volkswagen aseguran que mantiene sus capacidades y pesos máximos. El bloque, también silencioso para lo que cabría esperar de este vehículo totalmente industrial, mueve con ganas el conjunto y nos asegura una respuesta firme a la hora de ir cargados.
Tampoco es especialmente bebedor, en un entorno de 8 l/100 km que, lógicamente, dependerá del entorno en el que se utiliza y la carga a la que sea sometido. En cualquier caso es un vehículo cómodo en el que destaca la antes mencionada dirección electromecánica, más suave y que demanda menor esfuerzo para el conductor. Especialmente importante si realizamos maniobras habitualmente.
Todo o nada
El concepto todo o nada bien podría definirlo la Caravelle con motor 2.0 TDI de 198 CV. Primero porque su carrocería es la mezcla perfecta entre un vehículo de transporte de pasajeros y uno de carga, gracias a una modularidad interior elevadísima dados sus asientos extraíbles.
En segundo lugar porque el motor más potente de la gama no solo es capaz sino incluso prestacional. Mueve muy bien el conjunto hasta con carga y permite mantener velocidades elevadas en toda circunstancia. El consumo, por su parte, tampoco se dispara, incluso con la cómoda transmisión DSG.
En definitiva
No se trata de una revolución, tampoco intenta Volkswagen véndela como tal. Es más bien un reajuste de todos aquellos puntos en los que la tecnología ha dado un salto hacia delante para no quedarse atrás. Lógicamente habrá que pagar un sobrecoste por muchas de esas innovaciones, algunas de ellas tal vez no tan prácticas para un profesional que demanda simplicidad.
Lo que está claro es que es más segura y cómoda que antes, e incluso más atractiva visualmente. Se lanza en el mes de octubre en nuestro país a un precio que todavía no ha sido desvelado, pero no debería de ser muy diferente al actual.
Para los siguientes meses Volkswagen se reserva el lanzamiento de la nueva California, con todas estas innovaciones par un cliente aventurero y ávido de experiencias únicas.