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Probamos el Volkswagen Polo 1.0 TSI DSG, un urbano más grande y más listo

El Volkswagen Polo siempre ha sido un producto muy apreciado por su equilibrio y por rematarse con un nivel de calidad superior al de sus rivales generalistas. Como es normal, se aprovecha de la tecnología de sus hermanos mayores debido a que también nace de la avanzada plataforma modular transversal MQB, aunque en este caso adaptada a los modelos más pequeños, por eso añade el apellido A0.

Digamos que es pequeño por segmento, porque por tamaño, con 4,05 metros de longitud, se mete en un terreno en el que no hace mucho se movían los vehículos compactos. Además, los 9,4 centímetros que ha incrementado su distancia entre ejes motiva que hablemos de uno de los modelos con mejor habitabilidad de su segmento, sobre todo en las plazas traseras, donde marca los mismos registros que el Seat Ibiza , su alma gemela española.

El VW Polo 1.0 TSI DSG gana en calidad y eficacia

VW Polo 1.0

Se remata con algo más de calidad y en su puesta en escena interior contempla un cuadro de mandos multifunción Digital Cockpit y una pantalla táctil de 8 pulgadas, que también es novedad en esta generación, y que se sitúa en una posición más elevada que en el Ibiza. Algo que se agradece porque no hay que bajar tanto la mirada. También el maletero, con 351 litros de capacidad, se sitúa en la parte alta de su categoría.

De momento el nuevo Polo sólo se impulsa con mecánicas de gasolina y una híbrida alimentada por gas natural, para el diésel aún habrá que esperar. Nuestra unidad monta el conocido bloque tricilíndrico 1.0 TSI que rinde 95 CV (también hay una versión con 115 CV, así como dos variantes 1.0 atmosféricas con 65 y 75 CV, respectivamente). Merece la pena dar el salto hasta el 1.0 TSI, ya no sólo por prestaciones, también por la posibilidad de elegir una transmisión de doble embrague DSG de siete relaciones, elemento que por 1.680 € más que la caja manual de cinco velocidades hará la vida más agradable en el día a día.

Un gran rodador

Siempre nos ha llamado la atención el brío y el refinamiento de esta mecánica, que empuja con todas sus ganas desde 2.000 rpm, aunque ya desde poco más del ralentí comienza a ser efectiva. Sólo cuando se acaricien las 4.500 vueltas el propulsor desvelará su naturaleza tricilíndrica, con un sonido diferente, pero nada molesto. Además, la caja DSG sabe sacarle todo el rendimiento sin caídas de régimen, con un salto entre marchas sumamente rápido, más aún si se apuesta por el programa deportivo que ofrece y que también motiva que el cambio entre marchas se produzca a un régimen más elevado del motor.

Además, se puede cambiar de manera secuencial, tanto en la palanca, como en unas levas que giran solidarias con el volante. Con este nivel de potencia es complicado poner en apuros un chasis tan equilibrado como el que presenta el Polo. Ya hemos comentado su incremento en tamaño, aspecto que también repercute sobre una ‘pisada’ más generosa y estable. En este sentido el modelo alemán
ofrece un compromiso entre agilidad y confort sobresaliente, más propio de vehículos de segmentos superiores.

VW Polo 1.0

El talante deportivo gana algunos puntos con nuestro acabado Sport, el único que contempla la posibilidad de montar en opción un tren de rodaje rebajado 15 milímetros con unos tarados más firmes, así como un diferencial electrónico XDS en el eje delantero que permite salir con mayor eficacia en los giros cerrados. Si a todo esto unimos una dirección directa y comunicativa, es más fácil entender que asimile los cambios de apoyo con total naturalidad y protagonice frenadas muy estables. Eso sí, no nos gusta el ‘detalle’ de que en las ruedas traseras se monten tambores.

Consumo y prestaciones del Volkswagen Polo de prueba

El consumo, como es habitual en este tipo de motores ‘modestos’, es muy variable en función del tipo de conducción, pero se pueden registrar medias de 5,8 litros como la que hemos logrado durante nuestra prueba. Si practicamos una conducción más deportiva, Front Assist Serie esa cifra se dispara por encima de los 8,0 litros.

Por último, nos queda por analizar el equipamiento tecnológico de nuestro protagonista, y ya avanzamos que no defrauda, aunque en parte hay que pasar por la carta de opciones. Disfrutaremos del Front Assist, con detección de peatones, control de velocidad adaptativo, equipo de sonido con pantalla táctil de 8 pulgadas o el asistente App Connect, pero tendremos que pagar por la cámara trasera, los sensores de aparcamiento o un detector del ángulo muerto. En definitiva, un modelo que ofrece un tacto de vehículo más grande, por sus maneras en marcha y por la calidad con que se remata.

Ficha técnica del Volkswagen Polo 1.0 TSI 95 CV DSG Sport

TIPO DE MOTORGasolina, 3 cilindros en línea, turbo
CILINDRADA999 cm3
POTENCIA95 CV entre 5.00 y 5.500 rpm
PAR MÁXIMO125 Nm entre 2.000 y 3.500 rpm
V. MÁXIMA187 km/h
ACELERACIÓN10,8 s (0 a 100 km/h)
CONSUMO4,6 l/ 100 km (mixto)
MEDIDAS4.053 / 1.751 / 1.461 mm
NEUMÁTICOS195/ 55 R16
PESO EN VACÍO1.180 kg
MALETERO351 l
PRECIO19.460 €
LANZAMIENTONoviembre 2017

Equipamiento del Volkswagen Polo 1.0 TSI 95 CV DSG Sport

De serie: 6 airbags; climatizador; control de velocidad de crucero ACC; Front Assist con frenada de emergencia y detección de peatones; Radio Composition Media con pantalla táctil 8 pulgadas; sensores de luces y lluvia; retrovisor interior antideslumbramiento; App Connect; ordenador de viaje; asistente de arranque en rampa; limitador de velocidad; faros antiniebla con luz de giro; asientos confort-sport; detector de fatiga; volante multifunción.

Opcional: faros delanteros y traseros LED (985 €); selección modos de conducción (130 €); suspensión deportiva (150 €); retrovisores plegables eléctricamente (165 €); bloqueo electrónico diferencial XDS (165 €); techo panorámico eléctrico (860 €); sensores de aparcamiento (455 €); cámara trasera (270 €); navegador Discovery Media (760 €); carga inalámbrica smartphone (115 €); rueda de repuesto de emergencia (45 €); asientos delanteros calefactados (310 €); paquete exterior R-Line (605 €); sistema proactivo Pre-Crash (145 €); detector del ángulo muerto con asistente de salida de aparcamiento (290 €); asistente de aparcamiento automático Park Assist (590 €).

Redacción

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