Como si se tratase de un coche del Mundial de Rallies, la nueva variante del popular Yaris nos transporta a ese mundo de la competición que tanto ha explotado Toyota en distintas disciplinas. De hecho, en esta primera prueba del Toyota Yaris GRMN 2018 me he sentido como el mismísimo Jari-Matti Latvala en algunos de los eventos que este año ha disputado con el Yaris WRC, con el que finalizó en un meritorio cuarto puesto de la clasificación general.
Primera prueba del Toyota Yaris GRMN 2018: fotos
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Salvando las distancias, el Toyota Yaris GRMN supone un vínculo entre el citado coche de carreras, debutante la pasada temporada en el WRC, y la gama de este utilitario del segmento B. Para ver qué tiene de cada uno, nos desplazamos a las instalaciones de Parcmotor Castellolí, en Barcelona, donde un grupo de periodistas de todo el mundo asistimos a la presentación internacional del modelo.
Toyota Yaris GRMN 2018, ¿de dónde viene?
Antes de entrar en materia, un apunte sobre la denominación de esta sugerente versión. Por un lado, Gazoo Racing es la división (constituida en 2015) que aglutina las actividades automovilísticas internacionales de Toyota. Por otro, las siglas MN se refieren a Meister of Nürburgring. Algo así como el maestro del Infierno Verde, por aquello de que el desarrollo de este Yaris ha tenido lugar tanto en el mítico trazado de Nordschleife como en las carreteras colindantes.
Sea como fuere, la prueba del Toyota Yaris GRMN comenzó para nosotros en vías abiertas al tráfico. Una primera toma de contacto para ver cómo se comportaba el motor 1.8 Dual VVT-iE saliendo de una gran ciudad como Barcelona hacia el circuito. Se trata de un bloque de cuatro cilindros que, como principal diferencia respecto a otros pequeños deportivo del segmento, está sobrealimentado no con turbo, sino con un compresor de tipo rotor firmado por Magnuson Eaton. Detrás de su puesta a punto está Lotus, marca con la que Toyota ha colaborado en otras ocasiones.
Con 212 CV no está falto precisamente de potencia, siendo uno de los más poderosos de su clase. Los entrega con mucho ímpetu y acompañado de un sonido mecánico elevado, más del propio compresor que del escape. Por cierto, el silencioso, con escape central, es muy abultado en su parte inferior derecha y queda muy expuesto ante bordillos, por ejemplo.
El rendimiento del motor es muy alto. Así lo corroboran las prestaciones declaradas por el fabricante: una velocidad máxima limitada electrónicamente a 230 km/h y un registro en el 0 a 100 km/h de solo 6,4 segundos.
Desde bajas vueltas, sale con alegría, siempre con un empuje constante que se gestiona a través de una caja de cambios manual de seis relaciones. Dicho cambio funciona bien, las marchas entran sin esfuerzo y con rapidez, si bien el tacto no es especialmente deportivo.
Puesta a punto específica del Yaris GRMN
En carretera, el nivel de ruidos que llega al habitáculo del Toyota Yaris GRMN de esta prueba es alto y la amortiguación es bastante dura. La suspensión se encomienda a un esquema McPherson delante y eje torsional trasero, con amortiguadores Sachs Performance. El chasis se ha reforzado para hacer frente a la elevada potencia del motor y adopta soportes adicionales en las torretas, entre otros.
El conjunto se muestra efectivo, hay poco balanceo, pero va en contra de la comodidad: cualquier imperfección del asfalto se traslada al puesto de conducción. Tampoco ayuda en este sentido la regulación del volante en profundidad, escasa para tener una posición idónea, porque siempre queda un poco lejos si queremos establecer bien la distancia que necesitamos para las piernas. En cualquier caso, la altura hasta el techo es grande y ni siquiera los más altos tendrán problemas para acomodarse.
Algunos detalles marcan la diferencia del Yaris GRMN con sus hermanos de gama. Además de unos excelentes asientos tapizados en Alcantara, que sujetan a la perfección, monta un volante derivado del que trae el Toyota GT86, un botón de arranque con el logo y unos pedales deportivos de aluminio, a excepción del acelerador.
Prueba del Toyota Yaris GRMN… en circuito
Una vez terminada la toma de contacto por carretera, la segunda parte de la prueba del Toyota Yaris GRMN discurrió en el trazado de Castellolí: una pista con mucho desnivel y curvas de todo tipo de donde sacamos más conclusiones de este Yaris.
La primera, la viveza de reacciones del coche, con movimientos instantáneos ante cualquier acción sobre el volante. A la vez, subvira muy poco y muestra una tendencia a descolocar el eje trasero en cuanto soltemos el gas en pleno apoyo, de forma muy divertida y fácilmente controlable volviendo a acelerar.
La segunda, la excelente capacidad de tracción. Saliendo del viraje con el gas a fondo, apenas pierde rueda, incluso con los controles electrónicos desactivados. El responsable de este comportamiento es el diferencial de deslizamiento limitado de tipo Torsen incorporado en el eje delantero. Garantiza una motricidad y una capacidad para seguir en la trazada marcada excelente, aunque en este caso Toyota jugaba con otras cartas. La prueba del Toyota Yaris GRMN en circuito se produjo con unos neumáticos más deportivos que los probados en la calle. Eran también unos Bridgestone Potenza, pero en especificación para uso mixto calle y circuito, solo homologados para Japón.
Volviendo al motor, en el escenario de una pista de velocidad la verdad es que la mecánica 1.8 sobrealimentada del Yaris permite aprovechar al máximo la efectiva puesta a punto del vehículo. Sube de vueltas muy rápido hasta rozar las 7.000 rpm, momento en el que exige estar atento para cambiar de marcha, dada la celeridad con la que alcanza ese régimen.
Otro aliado del Yaris GRMN son los frenos suministrados por ADVICS, con discos delanteros de 275 mm delante (mordidos por pinzas de cuatro pistones) y discos de 278 mm detrás. Después de dos tandas en Castellolí, cada una de cuatro vueltas, no dieron síntomas de fatiga. Algo muy positivo, porque es el elemento que más suele sufrir al meter un coche de calle en una pista.
Desafortunadamente, el Yaris GRMN va a quedar como uno de esos coches casi de culto. Y digo esto porque se produce en edición limitada a 600 unidades, 400 para Europa y 200 para Japón. Con un precio de 29.900 euros, solo cinco se han vendido en nuestro mercado. Todos los Yaris GRMN se reservaron online incluso antes de entrar en producción, lo que dice mucho del interés suscitado por esta división de Gazoo Racing, de la que esperemos salgan más modelos.
Prueba Toyota Yaris GRMN: ficha técnica
Motor térmico | Gasolina, 4 cilindros en línea, sobrealimentado por compresor |
Cilindrada | 1.798 cc |
Potencia | 212 CV a 7.000 rpm |
Par | 205 Nm a 6.800 rpm |
Velocidad máxima | 230km/h (autolimitada) |
Aceleración | 6,4 s (0 a 100 km/h) |
Consumo | 7,5 l/100 km (mixto) |
Medidas (L/An/Al) | 3.945 / 1.696/ 1.510 mm |
Neumáticos | 205 / 45 R17 |
Peso en vacío | 1.135 kg |
Maletero | 286 l |
Precio base | 29.900 euros |