El futuro del automóvil sigue mandando señales en forma de importantes novedades en el mundo de los eléctricos. El Tesla Model 3 es el más avanzado de todos y demuestra que la ‘humilde’ Tesla está tecnológicamente a la cabeza de este campo.
Algunos me tacharán de amarillista cuando califico a Tesla de humilde. Y es que, ¿quién puede llamar humilde a una marca que vende su modelo de acceso a 56.000 euros?
Ese es el precio de partida del Tesla Model 3 en España, que no del que ve en imagen, una variante Performance que eleva la tarifa hasta los 66.900 euros. Queda muy lejos de la promesa de Elon Musk, aquella de un Tesla por 35.000 dólares, pero tranquilo, todo se andará.
Por ahora en España solo disfrutamos de los Tesla Model 3 ‘tope de gama’, una situación que variará en los próximos meses con la llegada de las declinaciones de motor simple y batería pequeña.
Casi con total seguridad, el básico (262 CV) superará la barrera de los 40.000 euros, pero déjeme decirle que los BMW Serie 3, Audi A4 y Mercedes-Benz Clase C comparables (recordemos que no los hay todavía eléctricos) se acercan peligrosamente a los 50.000 euros.
Partiendo de la base de que no me parece caro para todo lo que ofrece, el elevado precio del Tesla Model 3 se justifica con una tecnología de vanguardia. Un par de ejemplos: este Performance utiliza una pareja de motores, uno delante (200 CV) y otro detrás (287 CV), que suman 462 CV y 639 Nm de par.
Efectivamente, este Dual Motor es un vehículo de tracción total sin conexión física entre ejes. Por su parte, la batería ofrece una densidad energética líder, lo que le permite acumular hasta 85 kWh en un espacio muy reducido.
¿La contrapartida de este Tesla Model 3? Como en cualquier otro eléctrico, el peso, muy elevado. Se acerca a las dos toneladas, demasiado para un coche que promete (al menos así lo hace su nombre) sensaciones deportivas.
Por suerte el paquete de baterías se coloca bajo el piso, lo que rebaja sustancialmente el centro de gravedad. De hecho, es algo que se percibe desde el primer momento que nos ponemos a sus mandos: vira muy plano.
Es sencillo circular rápido con confianza con este Tesla Model 3, pues las inercias no se hacen notar tanto como cabría esperar. Es más, tiene una puesta a punto mucho más lograda que su alter ego Tesla Model S, mucho más europea, fina y directa.
En términos generales es un vehículo muy agradable de conducir en toda situación, incluida la conducción deportiva. La suspensión, de muelles, se comporta de maravilla, y obtiene un excelente compromiso entre confort y dinámica; es uno de los puntos que más me gustan del Model 3.
No tanto su dirección, de tacto muy artificial. Una pena, puesto que ofrece hasta tres modos de funcionamiento, desde uno suave y ligero para ciudad a otro deportivo que añade más peso. También tiene un par de opciones como el freno regenerativo (que requiere de un pequeño tiempo de adaptación): uno en el que la retención es muy notable, pero carga más la batería, y otro más libre, que permite circular fluidamente.
Y llegamos al quid de la cuestión en todo vehículo eléctrico: la energía. El Tesla Model 3 acude a una batería de 85 kWh, una capacidad muy alta, como nos viene acostumbrando el fabricante californiano con la que, según homologación WLTP, es capaz de recorrer hasta 530 kilómetros.
La realidad es que, a ritmo de autopista, el rango alcanza fácilmente 400 kilómetros, y si tratamos con mimo el pedal derecho o circulamos por ciudad o periferia no me cabe duda de que la cifra se incrementará hasta 450 kilómetros, como poco.
Además, Tesla dispone de una sustancial red de supercargadores (emplea un puerto de carga CCS) a 0,29 euros/kWh con la que recorrer España y Europa. No es opción enchufarlo en tomas domésticas convencionales, donde tarda más de un día en completar una carga; Tesla propone un wallbox que permite unos 50-60 km por hora. Nada mal.
Hay dos modos de conducción: uno suave y otro extremo. El primero es el que utilizaremos en condiciones habituales, que relaja el torrente de energía y hace del Tesla Model 3 un vehículo suave y fácil de llevar, además de, claro, tremendamente silencioso.
El segundo (no hay posición Ludicrous como en el Tesla Model S) es deportivo y entrega la potencia de forma casi salvaje. Para muestra un botón: ejecuta el 0 a 100 km/h en solo 3,4 segundos, lo que le ha servido para enfrentarlo en multitud de ocasiones a deportivos como el BMW M3. Y nada que ver.
El Tesla Model 3 Performance es un coche rápido, extremadamente rápido, pero carece del tacto y aura de otros como el citado bávaro, por mucho que disponga de un modo Track enfocado a circuito.
No emociona tanto como sus adversarios, ya sea por la ausencia del ruido del motor o por una puesta a punto que no transmite tanto. Por ejemplo, la brutal e instantánea aceleración se les atraganta a los dos motores en curvas cerradas, donde falta algo de sincronía.
Me explico: cuando aceleramos fuerte la trasera tiende a deslizar ligeramente, momento en el que sentimos claramente como el eje delantero comienza a trabajar, poniendo fin bruscamente a una silenciosa y (tal vez) divertida derrapada. En cualquier caso, no me parece tanto un problema de construcción, sino de planteamiento.
El Tesla Model 3, incluso en su versión Peformance, no está orientado a un cliente tan pasional: que su aceleración sea equiparable a la de un superdeportivo es simplemente porque puede.
Todas estas sensaciones se suceden en un habitáculo que lleva un paso más allá el concepto de minimalismo. No hay nada más que 4 botones: en el techo y el volante. Lo demás se controla desde un monitor táctil de 15 pulgadas de rendimiento excelente.
Y no crea que el minimalismo afecta a la calidad, de hecho muy elevada. Hay materiales mullidos allá donde se toca y solo se percibe un menor cuidado en las guanteras centrales.
Para terminar, volvemos a su elevado precio, que suple, además de con tecnología, con un equipamiento de serie tremendamente abundante. Solo deja en opción el famoso Autopilot, que irá mejorando prestaciones con el tiempo mediante las actualizaciones OTA (Over The Air).
Fotos: Paloma Soria
Tipo de motor | 2. Eléctricos asíncronos |
Potencia combinada | 462 CV |
Par máximo | 639 Nm |
Capacidad de batería | 85 kWh |
Autonomía eléctrica | 530 km (ciclo WLTP) |
Velocidad máxima | 261 km/h (autolimitada) |
Aceleración | 3,4 s (0-100 km/h) |
Peso en vacío | 1.922 kg |
Maletero | 340 l (detrás), 85 l (delante) |
Medidas | 4.694 / 1.849 / 1.443 mm |
Neumáticos | 235 / 35 R 20 |
Precio | 68.500 euros |
Gama desde | 57.600 euros |
Cuota renting | 1.287 € / mes |
Lanzamiento | Diciembre de 2018 |
*Importe calculado para 4 años y 25.000 km anuales
De serie: Aviso por cambio involuntario de carril; control de velocidad de crucero; asistente de aparcamiento; sensores de aparcamiento delanteros y traseros; cámara de marcha atrás; iluminación Full LED; suspensión de altura rebajada; equipo de frenos Performance con pinzas en color rojo; Track Mode para circuito; climatizador bizona; multimedia con pantalla táctil de 15 pulgadas; conectividad Premium; actualizaciones vía WiFi; asientos delanteros eléctricos en 12 vías; cinco asientos calefactables; pedales en aluminio; sistema de audio Premium; techo de cristal tintado con protección ultravioleta e infrarroja; retrovisores exteriores eléctricos y electrocrómicos; alerón trasero en fibra de carbono y llantas de 20 pulgadas Performance.
Opcional: Pintura Multi Coat Red (2.700 euros); piloto automático -incluye control de velocidad de crucero adaptativo y asistente de mantenimiento de carril- (3.200 euros) y conducción autónoma total -incluye navegación en piloto automático, autoaparcamiento y actualizaciones futuras de conducción autónoma (5.300 euros).