Si el vehículo eléctrico es el futuro, entonces los fabricantes tendrán que demostrarlo. En un momento en el que la tecnología está aún verde, el Renault ZOE Z.E. 40 nos demuestra que, por fin, el vehículo convencional puede tener un digno sustituto. Lo ponemos a prueba.
Si hasta ahora la autonomía en un coche eléctrico era su mayor enemigo, sumado a la escasez de puntos de recarga, desde finales de 2016 Renault le pone remedio. El Renault ZOE gana potencia y gana autonomía gracias a una nueva batería.
Renault ha instalado una batería de 41 kWh, ampliando la densidad energética desde la original de 22 kWh. Esta última sigue presente y la marca la ofrece en su gama ZOE como una versión de acceso.
Junto al motor eléctrico, que ahora genera 92 CV y que ha mejorado su gestión energética, el ZOE Z.E. 40 homologa 403 kilómetros de autonomía según ciclo NEDC. Renault nos avisa que en condiciones normales la autonomía se reduce hasta los 300 kilómetros, 200 km si las condiciones son realmente duras.
Sea como sea, supone un incremento en condiciones reales más que significativo, alcanzando una cifra que nos permite circular con mayores garantías. El ZOE con batería de 22 kWh promete 240 kilómetros homologados. Y esto se nota.
Para ponerlo a prueba, realizamos una ruta de unos 150 kilómetros en todo tipo de vías, lo que supondría un reto para el ZOE con la antigua batería. Con la nueva versión no tuvimos en ningún momento la sensación de ir en “reserva constante”. Es más, nos sobraron unos 100 kilómetros de autonomía y no realizamos una conducción especialmente eficiente.
Lo que no ha cambiado es su forma de moverse, un motor que ofrece todo su par desde el momento en el que pisamos el acelerador, ofreciendo un movimiento suave, lineal y completamente libre de ruidos.
Las prestaciones son correctas para un vehículo de ámbito urbano, aunque el botón “Eco” lo convierte en Dr. Jekyll y Mr. Hyde. Con él activado el rendimiento se limita para maximizar la autonomía, una buena opción en ciudad, pero cuando lo desactivamos se convierte en un vehículo mucho más ágil y vivo, especialmente cuando circulamos a altas velocidades.
Precisamente, a esas altas velocidades, como en autopista, es cuando notamos que la insonorización podría ser un poco mejor. Aquí el ruido de rodadura y, sobre todo, el ruido aerodinámico en más notable, que no incómodo. Cierto es que el contraste es significativo; cuando rodamos a baja velocidad nuestro paso es prácticamente inaudible.
Renault ha propuesto una iniciativa muy interesante para sus clientes de ZOE, y es que puedes actualizar tu batería aunque tu vehículo sea anterior a esta renovación. La marca incluye los ZOE con motor Continental, las primeras unidades.
Así pues, con media jornada de taller, puedes instalar una batería de 41 kWh, pues utiliza el mismo hueco que las antiguas. Renault cobra 3.500 € por la actualización con contrato de alquiler y 9.900 € comprándola y entregando la antigua.
La gama Renault ZOE 2017 es muy similar a la que ya se ofertaba, solo que ahora hay disponibles dos baterías. La marca asume el descuento del Plan MOVEA a espera de que se renueve. Así queda configurada:
Además del precio base de estas versiones, podemos solicitar el alquiler de la batería. Para ello Renault ofrece un contrato Z.E. FLEX de 59 €/mes para 7.500 € al año con batería de 22 kWh, mientras que el alquiler de la batería de 41 kWh cuesta 69 €/mes con 7.500 € al año. La compra supone un incremento de 7.500 € desde el precio base.
Para los que más usan su eléctrico, el contrato Z.E. RELAX, solo para particulares y para la batería de 41 kWh, propone un forfait de 119 €/mes sin límite de kilometraje.
El nuevo Renault ZOE Z.E. 40 integra de serie un cargador Cameleón con una potencia máxima de carga de 22 kW. Si enchufamos nuestro ZOE a una toma trifásica de 32 A o 64 A la carga completa de la batería de 41 kWh tarda 2 horas y 40 minutos.
Si vamos al extremo opuesto, la carga más lenta puede suponer una espera de hasta 25 horas si enchufamos el coche a una toma monofásica de 10 A. La batería de 22 kWh toma 1 hora y 45 minutos en el mejor de los casos y 13 horas y 30 minutos en el peor de ellos.
