Probamos el Porsche Cayenne S, “un atleta de campo”

Texto: Juan Pablo Esteban Fotos: Paloma Soria

El nuevo gran SUV de Stuttgart, ahora con el vestido y las mejoras de su tercera generación, afronta  cualquier  situación que se le plantee con la impronta dinámica, seña de la casa, tanto dentro como fuera del asfalto.

Portar el logo de Porsche sobre el capó es una tremenda responsabilidad. Responsabilidad porque hay que estar a la altura, independientemente del terreno que se pise o del modelo que se trata. La sombra del ‘nueveonce’ es alargada y llega de forma sutil al Cayenne. Renovado en esta tercera generación más de lo que su silueta inspira, recoge con orgullo los genes deportivos del 911 . Dinámica y diseño reciben ese toque, más que faltaba, reclamado para conformar uno de los SUV de lujo más apetecibles del momento. Asalta la duda inicial: ¿puede semejante mole, de más de dos toneladas y casi cinco metros, moverse con eficacia? Le invito a conocer cómo he llegado a una respuesta afirmativa a los mandos del Cayenne S. De momento, la versión a la venta más potente alimentada por gasolina.

Evolución

En todo caso, sin una revolución a la vista el Cayenne atiende a líneas de estilo musculosas, ahora si cabe algo más refinadas (sobre todo detrás) para aligerar la percepción de su gran carrocería. Esta es incluso más larga que su predecesor (67 mm), sin alterar la distancia entre ejes y reduciendo ligeramente la altura. Sigue pareciendo grande, pero lo esconde mejor y tampoco deja de lado la susodicha deportividad; palabra reiterativa que encontrará, con razón, en esta prueba.

Por cierto, estrena diferente medida de llantas y neumáticos en cada eje. Así, la renovación del Cayenne no descuida la funcionalidad, y es ahí donde esta tercera etapa merece más la pena, dinámica aparte. Por ejemplo, su enorme maletero crece hasta los 770 litros (100 más que antes) y permite albergar todo el equipaje imaginable.

Habitáculo

Gana, y mucho, la nueva ambientación interior inspirada en la del último Panamera . Lo digital cobra protagonismo, primero, en la instrumentación, ahora apoyada en dos vistosos paneles digitales de 7,0 pulgadas. Esta concepción más moderna del habitáculo también exhibe un gran display central (de 12,3 pulgadas y magnífica resolución) para manejar todo lo concerniente al completo sistema multimedia. A efectos prácticos, aún hay mucho  botón en consola, pero sin duda la experiencia es más moderna y actual, amplificada además por un curioso feedback ante la presión sobre cada mando.

Todo un triatleta con un espacio de lujo y confort, y cotas muy holgadas para pasajeros y equipaje, el Cayenne S cumple hasta como viajero de uso familiar. También se disfruta en curvas (con las lógicas limitaciones de peso y altura). Todo ello sin olvidar su faceta campera, otro pilar del modelo. Es cómodo, sí, pero en el tarado de amortiguación se atisba en todo momento un matiz dinámico. La suspensión de muelles con control electrónico es dotación de serie, aunque conviene pagar por la de tipo neumático.

Un Cayenne aun más eficaz en todos los terrenos

El ‘armamento pesado’ que despliega la casa alemana, mucho incluido en la unidad de pruebas, es toda una garantía. Más allá de estrenar el eje trasero direccional (mejora agilidad y maniobrabilidad), las estabilizadoras activas contienen las inercias de la masiva carrocería, discretas para un coche con el centro de gravedad elevado. A tales efectos, la tracción total y una nueva caja automática con convertidor de par Tiptronic S de ocho relaciones hacen el resto.

Excelente motricidad, por un lado, y cambio de marchas de pronta respuesta (las primeras velocidades son más cortas que antes), por otro. Este nuevo Tiptronic trabaja al unísono con un rapidísimo start/stop (apaga motor en retenciones y semáforos) para reducir consumos y emisiones, gracias a un práctico modo de desplazamiento por inercia. Sin la tremenda pegada de la versión Turbo, insisto, de llegada al mercado inminente, el Cayenne S personifica el lado prestacional de Porsche con un resolutivo 2.9 V6 biturbo de 440 CV. 265 km/h y solo 5,2 segundos en el 0 a 100. Son datos que ya preludian su enorme contundencia a la hora de acelerar.

No es tan exuberante como el V8 de la firma, pero hace gala de un empuje tremendo y de sobrada solvencia para mover tanto peso con alegría. Su sonido entremezcla finura y potencia, detalle para seguir estimulando una conducción de rasgos deportivos. Empezando por la dirección (un poco dura para maniobrar), de guiado cercano a la de un Panamera, por sensaciones, y acabando con un potente equipo de frenos. En la revisión del modelo, Porsche ofrece en opción frenos carbocerámicos y una oferta más asequible pero efectiva: los frenos PSBC, con discos de acero recubiertos por carburo de tungsteno.

Sin límites

Solidez es la palabra que define su quehacer, a todas luces un referente de la categoría. Además, pese al respeto que da meter un vehículo de semejante porte y precio por el campo, este gran SUV tiene unas aptitudes camperas nada despreciables que amplían su polivalencia de uso. Cuatro programas específicos, amén del complemento indispensable en este entorno de la suspensión neumática, asisten al conductor para subir rampas y avanzar en barro, arena o rocas con gran facilidad.

Es, en definitiva, otra de las buenas razones por las que, quizá, su propietario no haya elegido algún Panamera, el otro ‘familiar’ de Porsche. Con el Cayenne S, previo pago de un importante desembolso (107.125 €), tiene un todo en uno, con un prestigio superior en esta generación que mejora la percepción de lujo, acompañado de un equipamiento que, sobre todo en el apartado de seguridad (más completo que su predecesor), obliga a seguir incrementando el coste final.

Ficha técnica del Porsche Cayenne S

Equipamiento del Porsche Cayenne S

De serie: frenada de emergencia automática; freno multicolisión; control de descenso y de crucero; suspensión adaptativa; modos off road; llantas 19’’; faros LED; sensores de aparcamiento; portón eléctrico; cuero; asientos eléctricos; multimedia PCM con navegación online y pantalla táctil de 12,3 pulgadas; Connect Plus con Apple CarPlay, WiFi y audio con 10 altavoces y 150 W.

Opcional: Pintura Azul Vizcaya Metalizado (1.208 €); llantas de 20 pulgadas (1.778 €); faros LED-Matrix adaptativos (2.226 €); suspensión neumática (2.437 €); estabilizadoras activas PDCC (3.733 €); eje trasero direccional (2.335 €); frenos cerámicos (10.195 €); audio Bose (1.541 €) y Burmester (6.774 €); asientos climatizados (1.154 €); control de ángulo muerto (882 €); visión nocturna (2.525 €); cámara trasera (774 €); alerta por cambio de carril y reconocimiento de señales (1.262 €); control de crucero adaptativo (1.941 €) y conducción semi autónoma Porsche InnoDrive (3.502 €).