A la recientemente estrenada gama del “Nueveonce” con motores turboalimentados, se unen, ahora, las variantes más exclusivas, espectaculares y excitantes con tracción a las cuatro ruedas, los Porsche 911 Turbo y Turbo S.
Texto FRANCISCO FERNÁNDEZ
La segunda generación del 911, con carrocería 991, estaba incompleta. Faltaban por llegar las versiones ultradeportivas, conocidas como Porsche 911 Turbo y Turbo S, y las que incluyen el sistema de tracción integral, denominadas Carrera 4, Carrera 4S, Targa 4 y Targa 4S. Como es costumbre en la firma de Sttutgart (Alemania), los nuevos modelos consiguen mejorar las cifras de potencia, prestaciones y consumos. Si tus dudas pasan por saber cómo lo consiguen, lo ponemos a prueba para intentar despejarlas.
“Era turbo”
Como comentaba al principio, y tal y como te adelantaba anteriormente, todos los nuevos 911 recurren, en esta segunda entrega, a mecánicas alimentadas con dos turbocompresores. La aplastante moda “downsizing”, esa que tiende a reducir cilindrada e incorporar turbos, también ha llegado al segmento de los deportivos. De esta manera, lo único que aún no había hecho acto de presencia era la tracción integral y los modelos que coronan la gama.
Mecánicas mejoradas
Empezando por el segundo apartado, los nuevos 911 Turbo Coupé y Cabriolet recurren al anterior propulsor de tipo bóxer, de seis cilindros, 3,8 litros y dos turbocompresores de geometría variable. La potencia aumenta en 20 CV, pasando de los 520 a los 540 CV a 6.400 rpm. Sin embargo, el consumo de carburante se ha reducido en 0,6 litros cada 100 kilómetros, situándolo, de media, en 9,1 litros, en la versión cupé, y 9,3 en el descapotable. La velocidad máxima que alcanzan ambos se sitúa en los 320 km/h. En la maniobra de aceleración de 0 a 100 km/h, el Coupé emplea 3,0 segundos, mientras que el Cabriolet necesita una décima más.
Por su parte, las variantes Turbo S, en sus dos carrocerías, parten también del mismo propulsor de 3,8 litros, mencionado anteriormente, pero los dos turbocompresores de geometría variable son más grandes que en las versiones Turbo. Con esta modificación, y alguna más, como el aumento de presión de la inyección, por ejemplo, entregan 580 CV, 20 más que antaño, y logran una velocidad punta de 330 km/h. Para llegar a los 100 km/h, partiendo desde parado, el Turbo S Coupé detiene el crono en 2,9 segundos y el Cabriolet en 3,0.
Todos los motores disfrutan de la nueva función “Dynamic Boost”, que mantiene constante la presión de soplado en la admisión. Este dispositivo deja abierta la válvula de admisión, por ejemplo, cuando el conductor levanta el pie del acelerador ante la inminente entrada en una curva, para que los turbocompresores sigan generando presión. Al volver a acelerar a la salida, no se produce el desagradable efecto “turbo-lag” (retraso en la acción del turbo) y el motor empuja con contundencia.
La fuerza de los motores llega a las ruedas, gracias a la transmisión automatizada de doble embrague “PDK”, de siete velocidades.
Chasis
Además del magnífico sistema de suspensión adaptativa “PASM” (Porsche Active Suspension Management), el nuevo 911 Turbo también disfruta de la tracción inteligente a las cuatro ruedas “PTM” (Porsche Traction Management), de los sistemas de dirección independiente en el eje trasero o de reparto selectivo de par “PTV+” (Porsche Torque Vectoring Plus), amén de la aerodinámica adaptativa. Por si todo esto fuera poco, el Turbo S añade los sistemas de estabilizadoras activas “PDCC” (Porsche Dynamic Chassis Control) y el de frenos carbocerámicos “PCCB” (Porsche Ceramic Composite Brake).
De serie, aparece el paquete “Sport Chrono”, que incluye el interruptor del control dinámico de la conducción, situado en el volante, con cuatro modos seleccionables, “Normal”, “Sport”, “Sport Plus” e “Individual”. Sirve para modificar los ajustes de la suspensión, las respuestas de la dirección y la transmisión automatizada de doble embrague PDK o la posición de los alerones delantero y trasero. Pero por si esto no fuera suficiente, en el centro de este mando giratorio, el conductor también dispone de un botón, denominado “Sport Response Button”, para modificar, instantáneamente, distintos parámetros del automóvil, durante 20 segundos, obteniendo una respuesta más contundente. Tras ese período de tiempo, todo vuelve a la normalidad, automáticamente. Se puede activar, tantas veces como quiera el conductor.
Mayor dotación
Las nuevas incorporaciones a la gama 911 disponen de un mayor número de elementos en su equipamiento. Sin ir más lejos, el control electrónico de estabilidad “PSM” (Porsche Stability Management) estrena la nueva modalidad “Sport Mode”, que se puede activar con independencia de la función Sport Plus, del paquete Sport Chrono. Al conectarlo, el umbral de actuación de las ayudas electrónicas se eleva y el tren trasero permite un mayor deslizamiento. En caso extremo, ante una pérdida de control excesiva, el sistema corrige la maniobra con rapidez.
También aparecen nuevas opciones, como el elevador de la carrocería, para evitar golpear los bajos, o el sistema de frenado anticolisiones múltiples. El primer dispositivo levanta, mediante un sistema electrohidráulico, 40 milímetros la parte frontal del coche, a velocidad moderada. El segundo, por su parte, y tras una primera colisión, frena automáticamente el vehículo, aunque el conductor no pise el pedal del freno, para evitar choques secundarios.
En esta nueva etapa, y con la idea de no quedarse rezagado, tecnológicamente hablando, el deportivo alemán ofrece la posibilidad de equipar, previo pago, un sistema de control del ángulo muerto, además del equipo multimedia “PCM” (Porsche Communication Management) mucho más completo, con navegación “online”, pantalla táctil, nuevas aplicaciones y control gestual.
Al volante
En la breve toma de contacto que pudimos realizar con el 911 Turbo S Coupé, en el exclusivo y recientemente remodelado circuito de Kyalami, en la provincia de Gauteng (Sudáfrica), al norte de la ciudad de Johannesburgo, sacamos algunas conclusiones que resumen claramente la filosofía de esta “bestia”: corre muchísimo, acelera con rabia y frena con una contundencia que te deja boquiabierto. Solo pudimos dar cinco vueltas al trazado, cuatro lanzadas más una de refrigeración, pero queda patente que el 911Turbo S es “casi” imbatible.
Los precios parten desde los 200.822 € de la versión con carrocería cupé del 911 Turbo, hasta los 247.927 del 911 Turbo S Cabriolet.