El pequeño Peugeot 2008 resulta sorprendente, y si lo tuviéramos que definir de una forma rápida diríamos que es un todo en uno. Se trata de un modelo compacto, solo mide 4,15 metros; es un SUV, por lo tanto tienes una posición de conducción más elevada y una mayor distancia al suelo; y en la versión que nosotros lo tuvimos contaba con el acabado “GT Line” por lo que también podríamos decir que se trata de un deportivo. Así que nuestra opinión no dista mucho de la realidad: es un todo en uno.
Por su tamaño es un modelo urbanita mientras que por su altura es un coche que ofrece un interior amplio y relativamente espacioso para cuatro personas, lo que permite mirar con buenos ojos las escapadas que te permita la rutina. Su motor, el que nosotros hemos podido disfrutar, un gasolina tricilíndrico de 1,2 litros, generación Puretech y 130 CV que sorprende por sus consumos y su alegría cuando se le pisa.
El Peugeot 2008 recibió un pequeño restyling en mayo de manera que actualizaba su imagen y lo adentraba en los cánones estéticos que la marca ha impulsado en los nuevos 3008 y 5008. Al mismo tiempo mantiene los argumentos que han llevado al modelo a cosechar un notable éxito comercial. La realidad es que mantiene su perfil, aunque incorpora un gran número de detalles, especialmente los faros delanteros y traseros, que ahora le dotan de una imagen moderna.
Resulta curiosa la mezcla de detalles que le llevan al terreno de los camperos, como son las barras longitudinales del techo, los pasos de rueda de plástico y las ruedas de montaña, junto con otros deportivos propios de la línea “GT Line”, como es un pequeño alerón negro sobre la luna trasera, el diseño de las llantas o los faldones, que aunque no son tan acentuados como en los turismos, sí que se dejan notar en el aspecto del vehículo.
Si abrimos la puerta y entramos, aquí el equilibrio deportivo-campero se rompe en favor del primero. Es el propio de un deportivo de raza, o lo que es lo mismo, aquí es donde se nota de verdad el acabado “GT Line”. Solo te hará volver a la realidad la visibilidad más alta del mundo y un mando giratorio, el control de tracción avanzada llamado Grip Control, situado junto al freno de mano y que te permite adaptar el rendimiento de la tracción al terreno sobre el que pise. Y es que el coche no responderá igual cuando circule sobre asfalto que cuando lo haga sobre tierra, barro y nieve.
Al abrir la puerta ya encontramos elementos propios del acabado “GT Line” y que chocan con un todoterreno. Una tira con acabado mate donde está el nombre de la marca te la bienvenida en el marco inferior de la puerta. Y en los guarnecidos ya empezamos a ver detalles en rojo que contrastan con el negro que predomina como color interior. Lo encontramos en varios puntos de los guarnecidos, el salpicadero así como en los bordados de los asientos de cuero y la palanca de cambios, también de cuero. Insistimos, el aspecto no puede ser más acertado.
Las posiciones de los ocupantes son altas y el puesto de conducción es de la generación “i-cockpit” que desde hace unos años Peugeot está implantando en sus modelos. Este lleva por bandera el minimalismo en el diseño y sobre todo un volante de diámetro reducido, lo que facilita la conducción, evita el mover tanto los brazos en las maniobras y permite apuntar al vértice de la curva con un pequeño movimiento, por lo que es muy directa.
Este minimalismo en el diseño del pilar central del salpicadero ha supuesto que tenga dos niveles, uno inferior donde encontramos botones para manejar el climatizador, la doble intermitencia y el cierre centralizado de las puertas, mientras que en la parte superior se ubica una pantalla táctil de 7 pulgadas de fácil uso en el que uno se puede mover entre los menús principales y los submenús. No te va a costar mucho sintonizar tu emisora de radio favorita, cambiar la iluminación de la pantalla o usar el navegador, en el caso de que lo tenga como extra.
Quienes ocupen las plazas traseras irán en una posición erguida, y mejor dos que tres personas, mientras que el maletero permite albergar hasta 338 litros, sin escalón que salvar cuando soltemos la bolsa de viaje, algo que resulta muy cómodo. En nuestro caso contamos con una rueda de pequeño tamaño, la denominada galleta, que algo de espacio quita, aunque incluso aquí deja un hueco donde ocultar equipaje.
La unidad que hemos probado contaba con un motor gasolina tricilíndrico de 1,2 litros de generación “Puretech” y 130 CV, unido a una caja de cambios manual de 6 velocidades. Arrancamos el coche. Apenas se le escucha ni se nota la vibración que suele ir asociada a este movimiento, de hecho el motor es silencioso y el habitáculo está muy bien insonorizado, por lo que desde dentro no se percibirá el ronroneo del escuálido aunque potente motor.
Engranamos primera marcha y pisamos el acelerador. El motor se muestra ágil y juguetón desde muy pronto. La palanca de cambios es de pequeño recorrido lo que te ofrece la posibilidad de realizar una conducción briosa y deportiva si es lo que deseas. No es el caso. Estamos en ciudad y no queremos jugarnos puntos porque sí. Sin embargo, se agradece ese nervio cuando llegamos a una zona con tráfico abundante y tenemos que salir de un ceda el paso. Reacciona rápido y gana velocidad con facilidad, aunque es mejor estar a medias y altas revoluciones.
Salimos de ciudad y entramos en una carretera de varios carriles y el pequeño motor sabe sacar rendimiento de sus 130 CV. De hecho, nos olvidamos que son solo tres cilindros los que trabajan y que su cubicaje queda en 1,2 litros. Pero nos gusta conducir de verdad así que entramos en una carretera convencional, curvada y que nos obliga a cambiar de marcha cada poco tiempo, incluso a adelantar a un vehículo que circula anormalmente lento. El Peugeot 2008 sorprende por sus recuperaciones, al ser un motor gasolina hay que saber jugar con las revoluciones del motor, aunque no resulta fácil dejarlo al ralentí. Por lo general recupera bien velocidad.
Su buen aplomo sobre la carretera y su suspensión ofrecen un comportamiento de pequeño deportivo, sin embargo nos acordamos de que llevamos un SUV, o lo que es lo mismo, un vehículo apto para campo. Aunque hay que tener cabeza y ser conscientes de dónde nos metemos. Nos adentramos en una pista forestal. La conocemos, hemos pasado otras veces por aquí, pero en esta ocasión, las lluvias la han dejado llena de barro. Es una lástima, las llantas negras de 17 pulgadas van a quedar algo deslucidas.
El coche es tracción delantera y en todo momento se muestra voluntarioso y capaz de enfrentarse a cualquier obstáculo. Para una mayor seguridad disponemos del sistema de tracción “Grip Control” que nos permite adaptar el comportamiento del tren motriz según la superficie sobre la que estemos con cinco posiciones para no llevarnos ningún susto: normal, barro, arena, nieve y ESP desconectado, este último por si nos la queremos jugar en algún momento, aunque en algunos momentos, y según las condiciones, te puede resultar útil que las ruedas patinen.
La unidad prestada del Peugeot 2008 monta ruedas de montaña, sí un perfil deportivo con ruedas de montaña, algo que nos dota de un excelente agarre sobre barro sin cambiar la posición del “Grip Control” aunque hay que saber jugar con los pedales de acelerador y embrague. Y aunque el tren trasero se desliza en algunos momentos cuando tenemos que superar algún peralte lateral, ninguno de los ocupantes se asusta, vamos a baja velocidad y el coche no deja de avanzar. En total varios kilómetros que han ensuciado de barro nuestro deportivo-todocamino, pero que puede permitir hacer algo de conducción off-road a los no iniciados.
El coche nos ha convencido, por su estética y comportamiento. Peugeot ha sabido conjugar en un mismo modelo un todocamino con un aspecto deportivo o un deportivo con aptitudes camperas. El motor tiene un buen comportamiento, rinde en ciudad y cuando hacemos una escapada, y su consumo es reducido gracias precisamente a su pequeño tamaño. Hay momentos en los que, si hablamos de consumos, este motor difumina la frontera entre el diésel y el gasolina.
Ficha técnica: Peugeot 2008 GT Line 1.2 Puretech 130 CV | |
Tipo de motor | Gasolina, 3 cilindros en línea, turboalimentado |
Cilindrada | 1.199 cm3 |
Potencia | 130 CV a 5.500 rpm |
Par máximo | 230 Nm a 1.750 rpm |
V. máxima | 200 km/h |
Aceleración | 9,3 s (0 a 100 km/h) |
Consumo | 6,0 l/100 km (mixto) |
Medidas | 4.159 / 1.739 / 1.570 mm |
Neumáticos | 205/ 50 R 17 |
Peso en vacío | 1.310 kg |
Maletero | 338 l |
Precio base | 21.500 € |
Lanzamiento | Mayo de 2016 |
Airbags conductor, pasajero, de cabeza delanteros y traseros, laterales delanteros, asistencia a la frenada de emergencia, asistente de arrancada en cuesta, cierre automático de puertas en movimiento, control de presión de neumáticos, Control de tracción Grip Control, Detector de obstáculo trasero, Faros antiniebla con función cornering, Luces diurnas LED, Regulador de velocidad con limitador, Retrovisor interior electrocromático, Retrovisores exteriores térmicos, Volante ajustable en altura y profundidad, climatizador bizona, Asientos Dynaquie con guarnecidos, Cristales traseros tintados, Start & Stop, Iluminación temporal tras cierre del vehículo, Limpiaparabrisas automático, Retrovisores exteriores abatibles eléctricos, Alerón trasero, Instrumentación con filo LED rojo y pantalla LCD color, 6 altavoces, conexión USB, Función Mirrorscreen Apple CarPlay, Bluetooth y pantalla táctil.
Cámara de visión trasera (200 €), Frenada de emergencia en ciudad Active City Brake, Llamada de asistencia y emergencia Peugeot Connect SOS (800 €), asientos delanteros calefactables pack cuero (1.000 €), Techo panorámico (500 €), Pintura metalizada (dependiendo del color y acabado 200 €, 450 € y 450 €) y Navegador + Peugeot connect (550 €).