Prueba del SUV de moda: Nissan Juke, mejor en todo

El Nissan Juke ‘creó’ el segmento de los SUV urbanos. Ahora probamos su segunda generación recién lanzada.

El nuevo Nissan Juke evoluciona la esencia del llamativo diseño SUV urbano de corte cupé original. Gana confort, habitabilidad, maletero y agrado de conducción. Quizá ha perdido algo de carácter, pero globalmente es más sensato que antes. Por cierto, con su único motor turbo de gasolina (117 CV) se defiende bastante bien.

El salto generacional en muchos modelos suele ser notable. En el nuevo Nissan Juke es muy evidente, sobre todo una vez a sus mandos por todo tipo de carreteras. Estéticamente, aunque se aprecia el cambio, ha mantenido la esencia del anterior, que no dejaba indiferente a nadie: o gusta o no gusta. No hay término medio. El nuevo diseño genera mayor atractivo visual en nuestra opinión.

Más aún han cambiado el interior y su conducción: ahora se nota ‘más coche’. Pierde quizá cierto dinamismo, pues antes su dirección era más rápida y, en general, se apreciaba un vehículo más ágil, pero puestos a hacer kilómetros, en ciudad (entorno preferente) o carretera, ha ganado mucho en confort y agrado.

Más grande y habitable

Este pequeño SUV, ya no tan pequeño, es más utilizable que antes. Sobre todo para viajar, aunque en la urbe sigue moviéndose con facilidad. Ha crecido en dimensiones, pero sus 4,21 metros de largo son perfectos para el día a día, sin handicaps que valgan para sortear la jungla cosmopolita.

Eso sí, el aumento de cotas ha permitido diseñar un interior más habitable y confortable, sobre todo por una distancia entre ejes 10 centímetros superior. Solo el maletero ofrece un 50% más de volumen: ahora son 422 aprovechables litros, una cavidad ‘de verdad’.

El resultado es que cuatro adultos de estatura media pueden acomodarse sin problemas, y un eventual tercer ocupante trasero podría hacerlo sin tanta estrechez. Es, por todo ello, un Nissan Juke más práctico y funcional, que permite disfrutar en mayor medida en todo tipo de situaciones.

Y es que, además de espacio, hay asientos más grandes y confortables, sobre todo los delanteros. No hay un salto tan apreciable por calidad, similar a los sólidos acabados anteriores, mientras que el diseño del cuadro de instrumentos es más legible, con nuevos relojes de amplias dimensiones y un tablero que ajusta una pantalla táctil más grande y de mejores gráficos (sería ideal mayor orientación hacia el conductor).

Sus maneras

De entrada, la suspensión es otro aspecto mejorado de forma notable, sobre todo en lo relativo al confort y al aislamiento de rodadura. El anterior Nissan Juke se sentía algo seco al pasar sobre baches e irregularidades, algo que esta segunda entrega, con todo un punto más firme de lo habitual entre sus rivales, supera al absorber imperfecciones con mayor eficacia.

Se siente un rodar más filtrado, mejor aislado del asfalto y con movimientos de carrocería menos acusados, más aún con las grandes llantas de 19 pulgadas asociadas a la unidad de pruebas (con neumáticos de bajo perfil 225/45), de terminación N-Design.

Destreza

El comportamiento a ritmo fuerte sigue siendo muy efectivo, puede que no tan ágil como antes, pero con buen tacto de dirección y suspensiones: transmite seguridad, incluso en curvas y apoyos, y asegura trazadas suficientemente precisas. En suma, sensaciones de coche grande y asentado.

Lástima que el único motor disponible sea un pequeño tricilíndrico de gasolina 1.0 de 117 CV: exhibe solvencia en el día a día y aptitud para mantener velocidad, pero poco reprís para ganar velocidad si la pierde, como adelantando o encarando largos desniveles de la vía.

Tiene salida, pero obliga a apurar cada marcha (el cambio manual, de buen tacto y guiado, suma seis) hasta cerca de la zona roja del cuentavueltas, reduciendo más de lo deseable. Parece que en un futuro no lejano habrá más opciones mecánicas para usuarios ruteros.

Gasto correcto

A ritmo de crucero no es silencioso y libera ruiditos aerodinámicos que restan confort. Sobre consumos, en conjunto, son ajustados, más si no vamos ‘a la carrera’. En carretera, a ritmo sostenido (velocidad media), arroja poco más de 6,5 l/100 km, en trazados virados con cambios de ritmo sube a 7,5 l/100 km y en ciudad, con una conducción suave, bajar fácilmente de seis.

Otro apunte: la dotación de serie es brillante en casi toda la gama (en la terminación probada N-Design muy completa), con soluciones de seguridad como el pack ProPILOT (programador de velocidad activo con mantenimiento de carril).

Texto: Alfonso Aguilera // Fotos: Paloma Soria

Ficha técnica Nissan Juke 1.0 DiG-T N-Design

Equipamiento Nissan Juke 1.0 DiG-T N-Design

De serie: Alarma de cambio involuntario de carril; alerta en salida marcha atrás; asistente de arranque en pendiente; asistente de frenada de emergencia con detección de peatones y ciclistas; asistente de luces corto y largo alcance; asistente de mantenimiento de carril con intervención; Chassis Control (control inteligente de la calzada y la trazada); control de crucero adaptativo; cámara de visión de 360º; cámara de visión trasera; faros LED; faros antiniebla LED; indicador de presión en neumáticos; reconocimiento de ciertas señales de tráfico; asientos delanteros con calefacción; climatizador monozona; freno de mano eléctrico con función Auto Hold; luces automáticas; sensor de lluvia; Android Auto y Apple CarPlay; conexión AUX-in delantera; Conexión Bluetooth; conexión USB frontal y trasera para carga; reconocimiento de voz; kit antipinchazos; conexión remota con el vehículo a través de teléfono móvil y localizador del coche.

Opciones: Navegador (300 euros); equipo de sonido BOSE Personal Plus con ocho altavoces (600 euros); pintura sólida (250 euros); pintura metalizada (550 euros) y pintura metalizada Azul Vivid, Blanco Perlado o Fuji Sunset (750 euros).

Galería de fotos de la prueba del Nissan Juke