Un nuevo integrante en el segmento SUV más atractivo
Caen la hojas al mismo tiempo que lo hace el otoño. Es una época de cambio, activa, pero también una época elegante y sofisticada. Cae una hoja sobre el capó del Mercedes GLC Coupé que tengo entre manos, y la sensación es similar. Alguien, alguna vez, se planteó vestir un vehículo do forma elegante, deportiva y, por qué no, descarada. El transgresor triunfa, o eso es a lo que nos tienen acostumbrados algunos modelos con los que el protagonista de nuestra prueba se batirá el cobre. Así es el Mercedes GLC 250d Coupé.
La idea original
No, Mercedes no ha sido pionera en lanzar al mercado un SUV de estilo coupé, a pesar de que el GLC Coupé es su segundo modelo de estas características. El Mercedes GLE Coupé fue el primero, una carrocería más deportiva basada en el GLE que rivalizará con el BMW X6, una nueva generación, la segunda, del modelo y en su momento primer y único integrante de este interesante nicho. Tan interesante que se extiende rápidamente a otros segmentos.
Es lo que le ha ocurrido al GLC Coupé, ha nacido de una necesidad, la necesidad imperiosa de hacerle frente a un BMW X4 que se estaba comiendo las ventas sin ningún rival aparente. Cierto es que han aparecido algunos otros rivales comparables, como el Porsche Macan o el Jaguar F-Pace, pero un SUV con carrocería de estilo coupé es lo que requería el público de Mercedes, que también renovaba la oferta SUV con el GLC convencional, dando relevo a un ya desgastado e incomprendido GLK. Mide 4,73 metros de largo, 1,89 metros de ancho y 1,60 metros de alto.
¿Cuál es el resultado? Pues un vehículo que, con un aspecto similar al GLC, imprime un sello más dinámico a través de una caída del techo más suave que acaba en un tercer volumen poco usual en un SUV. La trasera es muy alta y poderosa, igual que las caderas, lo que no significa que no encontremos los típicos rasgos de SUV, como los pasos de rueda protegidos por protecciones plásticas y bajos de la misma manera. Esto eleva su rudeza, uno de los aspectos más deseados por el público.
¿Atractivo? Sí, y también elegante y sofisticado, además digiere de buena forma las claves estilísticas que ahora rodean a los coupés de Mercedes, como los pilotos traseros horizontales con firma lumínica LED. Recerda mucho al Clase C Coupé, y es lo que debe hacer. El “paquete AMG” opcional instala nuevos detalles en los paragolpes, nuevas llantas y, en definitiva, un estilo más deportivo que recuerda al Mercedes-AMG GLC 43 Coupé, por el momento el más deportivo y capaz de la gama.
Centro de gravedad más bajo
El Mercedes GLC Coupé es más largo que el GLC, pero también más bajo, concretamente 4 centímetros. Esto repercute en el centro de gravedad, más bajo, que debería de notarse en la dinámica, pero también en el espacio interior. Las plazas delanteras ofrecen un espacio suficiente para todas las tallas, pero atrás perdemos un buen número de centímetros de espacio libre para la cabeza. Tallas superiores al 1,80 metros acabarán rozando en el techo, más si cuenta con la opción de techo solar, que resta algo más de hueco. Las cotas para las piernas y los hombros no son las mejores de la categoría, pero sí suficientes. Pena que el asiento central trasero carezca de forma y el respaldo sea más duro, pero cuatro ocupantes viajan con un confort muy elevado.
El maletero es también más pequeño que en un GLC, exactamente 50 litros. En realidad las formas son las mismas, solo que a causa de la caída del techo y del nuevo portón, la altura desde el piso es inferior, dejando la capacidad total en 500 litros. No es menos que su mayor rival, el BMW X4. Bajo el piso hay un enorme hueco de formas irregulares y podemos ampliar el espacio hasta los 1.400 litros abatiendo la fila trasera con unos botones en el baúl o en las plazas traseras. Por su parte, el portón del maletero es de apertura eléctrica de serie, con opción a un sistema manos libres que, por cierto, funciona francamente bien.
Si de diseño hablamos, es prácticamente como sentarse a los mandos de un Clase C, del que deriva, de hecho. La posición de conducción es baja y con las piernas estiradas, sensación a la que ayuda una consola central muy alta y envolvente, casi esculpida en una sola moldura que puede ser personalizable. El diseño de los detalles se ha trabajado mucho, como los aireadores o los botones del sistema de climatización.
En la parte superior, en una muy buena posición, se coloca la pantalla del sistema multimedia, un elemento que puede ser de 7 u 8,4 pulgadas, pero no táctil. El control se sitúa en la consola central, mediante una ruleta y una interfaz táctil a la que hay que acostumbrarse, pues cuenta con gestos predefinidos. Pena es que en el cuadro de mandos la información no se distribuya mejor en la pantalla digital dado su tamaño pues, por ejemplo, el lector de señales de tráfico muestra la señal en el cuadro eliminando el resto de la información momentáneamente.
Como en un Clase C
Los fabricantes, como Mercedes, tratan de asemejar el comportamiento de sus SUV a los modelos berlina de los que derivan, y el Clase C es el objeto a tratar en este caso. Con la carrocería Coupé se reduce el centro de gravedad, lo que promueve unos balanceos menores en curva, pero también atiende a esta necesidad el tren de rodaje deportivo, de serie en todos los GLC Coupé. No es de dureza variable, aunque sí existe la opción de escoger entre una suspensión variable “DYNAMIC BODY CONTROL” y otra neumática “AIR BODY CONTROL”.
El resultado es un comportamiento en carretera que no difiere tanto de una berlina convencional, aunque con ciertos balanceos propios de una mayor altura del conjunto. En todo caso, Mercedes ha querido mantener altos niveles de confort gracias a un conjunto que absorbe bien las irregularidades de la carretera, aislando bien a los ocupantes. No obstante, todo el esquema del chasis se ha trabajado para un mayor placer en la conducción.
Por ejemplo, la dirección es más directa que en un GLC estándar, lo que proporciona unas reacciones más vivas y rápidas, más propias de un vehículo de aspiraciones deportivas. Del mismo modo, el tacto de los frenos nos devuelve un buen mordiente cuando pisamos con fuerza, asistido por unos discos perforados en este acabado AMG. Habrá que tener cuidado, claro, en frenadas fuertes constantes, pues los más de 1.800 kilos del conjunto pasan factura a largo plazo.
Alternativa muy lógica
El Mercedes GLC 250d Coupé es la versión que hemos podido probar, que equipa un motor turbodiésel de cuatro cilindros y 2,1 litros. Pronto será sustituido por la nueva unidad diésel de 2,0 litros que estrenó el nuevo Clase E con diferentes niveles de potencia. Sin embargo los 204 CV de potencia y 500 Nm de par se plantean más que suficientes para esta carrocería, en varios sentidos.
Las prestaciones son correctas aunque podemos optar, sin salir de una mecánica diésel, por un más potente y refinado seis cilindros con 258 CV. El 250d mueve con soltura la carrocería, y devuelve unos niveles de refinamiento elevados. El trabajo de insonorización y aislamiento del motor es palpable, apenas introduciendo ruido y vibraciones al habitáculo. Cierto es que a alto régimen si se deja notar, pero no es el escenario habitual en un vehículo de estas características. Aun así, la nueva unidad de 2,0 litros que acabará antes o después bajo el capó del GLC será más recomendable y eficiente.
No este un problema, pues el conjunto de tecnologías de las que dispone permiten reducir al máximo el gasto de combustible. Todos los Mercedes GLC Coupé van asociados de serie a un cambio automático con convertidor de par de 9 relaciones “9G-Tronic”, excepto el híbrido que emplea un “7G-Tronic”. Su funcionamiento es muy suave y rápido, apenas notando la transición entre una marcha y otra. Además, el modo secuencial se puede accionar desde unas levas situadas tras el volante. La tracción es siempre total “4MATIC”, ofreciendo el mayor agarre en cualquier circunstancia, lo que no significa que las capacidades todoterreno sean elevadas. De hecho son más limitadas que en el GLC corriente.
Mediante los modos de conducción podemos elegir un comportamiento más vivo (modos “Sport” y “Sport+”) o un comportamiento más suave y eficiente (modos “Comfort” y “Efficient”). En el modo más eficiente el cambio se desacopla del motor cuando soltamos el acelerador para “ir a vela”, una técnica de ahorro a la que se le puede sacar mucho partido. El sistema de arranque y parada automático del motor funciona francamente bien. El resultado es un consumo en condiciones reales mixtas que ronda los 6 l/100 km.
Los modos de conducción afectan también a otros parámetros como la respuesta del acelerador (más directa o pausada) o la dirección, variando la dureza. En caso de montar alguno de los tipos de suspensión variable también actúa sobre los amortiguadores.
¿Buena estrategia?
Rotundamente sí. Solo hay que asistir al lanzamiento de SUV que está ocurriendo en el seno de Mercedes, completando la gama por arriba y por abajo. Además, el GLC Coupé no ha llegado de la nada, sino que se trata de seguir los pasos de uno de sus mayores rivales, BMW, que ha visto el éxito en el X6 y ahora lo traslada al X4, más pequeño y asequible. El trabajo de “prueba y error” ya estaba hecho.
Mercedes ha aprovechado el lanzamiento de su nuevo SUV, el GLC, para competir con un nuevo concepto que también ha instaurado en su gama GLE. En cierto modo el GLC Coupé sigue los pasos y la misma receta que el GLE Coupé, con un estilo muy similar, menor tamaño, menor precio y, sin embargo, con una variedad de mecánicas a la altura. Ahora es cuando se abre la verdadera batalla. Antes BMW estaba sola, y ahora el cliente ya tiene varias opciones en un segmento que parece estar funcionando mejor de lo pensado. El Mercedes GLC Coupé es ahora una alternativa muy interesante.
Ficha técnica Mercedes GLC 250d Coupé | |
Tipo de motor | Diésel, 4 cilindros en línea, turbo |
Cilindrada | 2.143 cm3 |
Potencia | 204 CV a 3.800 rpm |
Par máximo | 500 Nm a 1.600 – 1.800 rpm |
V. máxima | 222 km/h |
Aceleración | 7,6 s (0 a 100 km/h) |
Consumo | 5 l/100 km (mixto) |
Medidas | 4.732 / 1.809 / 1.602 mm |
Neumáticos | 235/ 60 R 18 |
Peso en vacío | 1.845 kg |
Maletero | 500 l |
Precio base | 54.850 € |
Lanzamiento | Octubre de 2016 |
EQUIPAMIENTO Mercedes GLC 250d Coupé
DE SERIE: Airbag frontales de conductor y pasajero, de cabeza delanteros y traseros, laterales delanteros y de rodilla para conductor, detector de fatiga, advertencia de colisión con frenada de emergencia automática, ayuda al arranque en pendientes, cámara de marcha atrás, control de velocidad de crucero y limitador, selector de modos de conducción, faros en tecnología LED, levas de cambio tras el volante, asistente de llamada de emergencia, retrovisores eléctricos y plegables, tren de rodaje deportivo, asientos delanteros con ajuste de altura eléctrico, climatizador de dos zonas, freno de estacionamiento eléctrico, portón de accionamiento eléctrico, sensores de luz y lluvia, tapicería símil cuero, Bluetooth, pantalla multimedia de 7 pulgadas, radio CD con MP3, llantas de aleación de 18 pulgadas.
OPCIONAL: Airbag laterales traseros, amortiguadores variables, suspensión neumática, paquete Style, paquete de aparcamiento, paquete Premium, paquete de asistencia a la conducción Plus, sistema de ayuda al cambio de carril, faros LED Intelligent Plus, PRE SAFE, Head-up Display, luces de carreteras automáticas, paquete retrovisores, acceso sin llave, asientos de ajuste eléctrico, asientos delanteros ventilados o calefactados, climatizador de tres zonas, paquete Night, paquete Exclusive, paquete AMG Line, techo de cristal practicable, COMMAND Online.