Mercedes-Benz está en plena renovación de gama, una actualización que toca prácticamente todos los segmentos, incluido el de súper lujo, donde milita el incombustible Clase S. La electrificación y, en este caso concreto, la hibridación, toman un papel protagonista en el Mercedes-Benz S 560 e que ponemos a prueba.
Se trata de la nueva berlina de súper lujo con mecánica híbrida enchufable, un concepto que no es nuevo ni en la marca ni en el modelo, pero que mejora sus prestaciones y eficiencia para convertirse en una de las opciones más interesantes de la gama.
No hay, afortunadamente, apenas diferencias estéticas entre un Clase S convencional y un S 560 e. De hecho, confío en que si elimináramos los logotipos pasaría como un Clase S convencional. Realmente lo único destacable es la toma de recarga en la esquina derecha del paragolpes trasero, una colocación cuanto menos extraña que tampoco responde estrictamente a motivos prácticos.
Los colores oscuros consiguen camuflarla, no así en colores claros como el blanco, donde es verdaderamente notable. Pero lejos de esta apreciación, el S 560 e sigue siendo un Clase S, con su porte, su majestuosidad y una imagen todavía fresca ante el envite de sus recién renovados oponentes, el Audi A8 y el BMW Serie 7.
Es una afirmación que se traslada al habitáculo, en el que la digitalización reina a modo de pantallas. Son dos las que conforman el sistema multimedia, de 12,3 pulgadas, las ya habituales en modelos como el Clase E o, a menor formato, el recién presentado Clase A. Me refiero al cuadro de instrumentos y a la pantalla central, que no tiene accionamiento táctil, sino mediante un controlador situado en la consola central que, ese sí, dispone de entrada táctil.
Tanto uno como otro son ampliamente configurables y ofrecen una excelente calidad de visualización. Hay multitud de aplicaciones conectadas, navegador 3D… De lo que no dispone es del avanzado sistema de reconocimiento de voz que sí está presente en el mencionado Clase A, el primero en estrenarlo y en próximos años presente en diferentes modelos de Mercedes-Benz. Por lo demás, buena calidad, mucha cantidad de material mullido, incluso en zonas escondidas y, por supuesto, un fuerte componente de personalización en el que concurren materiales de alta calidad como el cuero o la madera.
Pero de lo que verdaderamente presume este Mercedes-Benz S 560 e es de su tecnología de propulsión, una mecánica híbrida enchufable que, según cuenta Mercedes-Benz, autoriza hasta 50 kilómetros cero emisiones. Combina un motor gasolina de seis cilindros en V6 y 367 CV con un motor eléctrico que genera otros 90 kW. O lo que es lo mismo, 120 CV de potencia.
Frente al anterior presenta una batería de mayor capacidad en un formato más pequeño. Pasa de 22 a 37 Ah, lo que le confiere una autonomía homologada de 50 kilómetros eléctricos y, por supuesto, la etiqueta 0 Emisiones de la DGT. Por su parte, la recarga corre a cargo de un cable convencional, o doméstico o de un cargador mediante Wallbox a 7,4 kW capaz de rellenar la batería desde un 10 % a un 100 % en un tiempo de 1,5 horas.
Por último, estrena un ECO Assist encargado de mejorar la eficiencia del sistema híbrido. Es como un cerebro que cuida de nuestra batería avisándonos de cuándo debemos decelerar y, incluso, encargándose de controlar automáticamente la cantidad de frenada regenerativa aplicada. Hay también cuatro modos de conducción dependiendo de las necesidades energéticas del usuario: Hybrid, E-Mode, Charge y Save, los habituales en un híbrido enchufable. No tiene tracción total, toda la potencia se envía al eje trasero.
Otra de las vertientes de las que presume este Mercedes-Benz S 560 e es de espacio interior, especialmente en las plazas traseras que siempre van a ser las favoritas en este tipo de vehículo. Más en este modelo en concreto, que solo se comercializa en su variante de batalla extendida, alcanzando una longitud máxima de 5,25 metros.
Los asientos traseros son confortables, desde las cinco plazas, como es el caso, hasta un habitáculo de dos plazas separadas por una consola central. Este ambiente business puede complementarse con controles eléctricos, climatización, masaje e, incluso, con un sistema multimedia independiente desde el que controlar la música o ver una película. Se controla desde un mando a distancia.
En cualquier caso el Mercedes-Benz Clase S, más que cualquier otro modelo de la oferta del fabricante alemán, dispone de una enorme cantidad de elementos opcionales entre los que escoger. La dotación de serie no es escasa pero tampoco abundante, ya que incorpora de fábrica elementos como la iluminación de tipo LED o el control de velocidad de crucero.
La seguridad es uno de los aspectos que más cuida mediante opciones, siendo posible montar Head-up Display, visión nocturna o los habituales asistentes como el detector de ángulo muerto o un asistente de aparcamiento automático. Sin embargo, también dispone de control semi-autónomo gracias al sistema de mantenimiento activo en el carril y el control de velocidad de crucero adaptativo, que se ajusta automáticamente a la velocidad del vehículo precedente. Ojo, porque todos estos sistemas son verdaderamente caros y suman un buen pico al conjunto.
La suspensión neumática AIRMATIC de serie (se puede actualizar a una todavía más avanzada) se nota desde los primeros metros, pues aporta una suavidad extrema al conjunto, un vehículo en el que desplazarse kilómetros y kilómetros sin gota de cansancio, especialmente en los asientos traseros. Los delanteros, en nuestra unidad, disponían de masaje, lo que hace de conducir una experiencia todavía más confortable.
Se nota un coche grande y, por supuesto, pesado, arroja sobre la báscula más de dos toneladas. Sin embargo, todos los mandos están muy asistidos, incluida la dirección, lo que facilita enormemente las maniobras… a no ser que recorramos la ciudad, donde sus más de 5 metros de longitud comienzan a plantear problemas, especialmente a la hora de aparcar o maniobrar en lugares estrechos. Pero no nos engañemos, un Clase S de este porte raramente tendrá que buscar aparcamiento en la calle.
El silencio es otro de sus atributos, y no me refiero únicamente a al sistema eléctrico, que permite avanzar sin emitir ni ruido ni emisiones, sino al aislamiento general que también está presente a altas velocidades, allí donde el motor eléctrico tiene ya poco que demostrar. El confort está a la altura de los mejores, como mínimo.
Una de las ventajas que proporciona el sistema híbrido del Mercedes-Benz S 560 e es el bajo consumo, aunque no creo que sea realmente el principal, no tanto como su etiqueta 0 Emisiones y su silencio de marcha. En cualquier caso el consumo puede ser muy bajo si aprovechamos al máximo la batería. Quiero decir, para sacarle partido es imperativo enchufarlo siempre que sea posible. En ese caso tenemos un coche de 120 CV y par instantáneo que, lejos de lo que dictan las cifras, se mueve verdaderamente bien.
Si necesitamos más potencia el motor de combustión se activa, proporcionando una aceleración contundente pero siempre suave, en la línea del Clase S. En cuanto a autonomía, no he conseguido nunca alcanzar los 50 kilómetros prometidos, pero sí hasta 45 en conducción urbana y periurbana, el mejor entorno donde sacar partido a la frenada regenerativa. En carretera, a alta velocidad, la pila se drena con mayor rapidez, y aun así he logrado recorrer hasta 35 kilómetros con una carga.
Una vez se acaba la energía eléctrica el coche activa automáticamente el modo híbrido, de modo que tira de motor eléctrico siempre que sea posible y de térmico cuando ya no lo es. En definitiva, como un híbrido convencional, con la salvedad de aprovecha mucho mejor que otros híbridos el motor eléctrico, probablemente por su potencia. En cifras, he recorrido media semana con cargas habituales, con consumos en torno a 2 l/100 km y otra media sin cargar, con consumos más elevados, en torno a 7 – 7,5 l/100 km, pero en cualquier caso comedidos dado el tamaño, potencia y peso de este S 560 e.
Lo que me ha sacado de quicio en algunos momentos es el mencionado ECO Assist, muy eficiente si nos atenemos estrictamente a la velocidad de la vía, incluidas entradas a rotondas, donde el sistema frena automáticamente. También tiene en cuenta los vehículos que nos preceden, manteniendo distancias de seguridad y aprovechando la deceleración para recargar batería. La pega es que parece que nunca tenemos el control. Tenemos la sensación de que no sabemos cuándo el coche va a frenar solo y demanda un cierto periodo de adaptación.
Mercedes-Benz ha actualizado acertadamente su Clase S híbrido enchufable, especialmente en lo que a autonomía se refiere. Obtiene etiqueta 0 Emisiones y unas muy buenas prestaciones. Además, presume de un excelente silencio de marcha que es un valor principal en un vehículo como este.
Solo echamos en falta que la autonomía real supere los 50 kilómetros, lo que debería comprender una batería de mayor tamaño que permitiera un uso diario en el que no fuera necesario recargar en todos los destinos. Es algo que pronto veremos con las baterías de mayor densidad energética.
Motor térmico | Híbrido enchufable eléctrico-gasolina, 6 cilindros en V, turbo |
Cilindrada | 2.996 cm3 |
Potencia | 476 CV |
Par máximo | 700 Nm |
V. máxima | 250 km/h |
Aceleración | 5 s (0 a 100 km/h) |
Consumo | 2,5 l/100 km (mixto) |
Medidas | 5.255 / 1.899 / 1.494 mm |
Neumáticos | 245 / 45 R 19 (del.) y 275 / 40 R 19 (tras.) |
Peso en vacío | 2.215 kg |
Maletero | 395 l |
Precio base | 120.000 € |
Gama desde | 102.800 € |
Cuota renting | 1.915 € / mes |
Lanzamiento | Marzo de 2019 |
*Importe aproximado para 4 años y 25.000 km anuales
De Serie: Control de velocidad de crucero; asistente de arranque en pendiente; lector de señales de tráfico; sensores de aparcameinto delanteros y traseros; cámara de marcha atrás; iluminación MULTIBEAM LED; luces de carretera automáticas; suspensión neumática AIRMATIC; volante de ajuste eléctrico; climatizador bizona; sensores de luz y lluvia; freno de estacionamiento eléctrico; instrumentación digital; sistema multimedia con pantalla de 12,3 pulgadas; navegador; Bluetooth; Android Auto y Apple CarPlay; equipo de sonido Burmester y llantas de 19 pulgadas.
Opcional: Pintura metalizada designo manufaktur magno (4.646 €); paquete AMG Line (4.247 €); asistente de visión nocturna (2.716 €); paquete de asistencia a la conducción (3.061); paquete Premium Plus (11.301 €); Head-up Display (1.222 €); paquete Executive trasero (5.372 €); climatizador trasero (1.519 €); paquete Keyless-Go (1.990 €); entretenimiento trasero con pantallas de 10,2 pulgadas (3.691 €); recarga inalámbrica en plazas traseras (339 €) y sonido Burmester High-End 3D (6.413 €).