Nos ponemos a los mandos del Mercedes-Benz GLB por primera vez o, lo que es lo mismo, del primer SUV compacto con aspiraciones familiares de la firma de la estrella. Con hasta siete plazas y una gama de motores que contempla incluso el potente AMG de 306 CV, tiene varios argumentos para dar mucho de qué hablar. Abajo mostramos nuestro vídeo del contacto.
Texto: Karam el-Shenawy
Mercerdes-Benz sigue apostando por los SUV. No en vano, la firma de la estrella es una de las marcas Premium que más opciones presenta en su catálogo, un número que ahora acaba de aumentar con la llegada del nuevo Mercedes-Benz GLB que acabamos de conocer y conducir.
Un modelo que ya conocimos en su última fase conceptual días antes del Salón de Ginebra y que fue presentado por todo lo alto en el Salón de Fráncfort para ahora, iniciar su comercialización desde los 42.675 €.
Teóricamente y dada la elección de su nombre, se sitúa entre los actuales Mercedes-Benz GLA y Mercedes-Benz GLC aunque por dimensiones está más cerca del segundo que del primero. Tal es así que sus 4,63 metros de largo le sitúan a tan solo 2,2 cm del Mercedes-Benz GLC, hecho que sorprende más si tenemos en cuenta que se sostiene sobre la misma plataforma que los Mercedes-Benz Clase A y Mercedes-Benz Clase B actuales, midiendo 21,5 cm más que el segundo.
Referencia que tomamos dado el carácter familiar que se le ha impuesto gracias a un habitáculo apto para siete ocupantes. Respecto a sus cotas externas, se completan con una anchura de 1,83 metros y con una altura de 1,66 metros, dimensiones que además presenta en un envoltorio ciertamente llamativo.
Estilo que, tal y como vimos en el prototipo, le acerca mucho al Mercedes-Benz Clase G, es decir, a un todoterreno más puro que los SUV actuales. Cierto es que aquel concept iba ataviado con un sinfín de elementos que enfatizaban su carácter off road, pero como veremos más adelante, este Mercedes-Benz GLB adquiere las mejores cualidades de los 4×4 más puros.
Su silueta es cuadrada y, por lo visto en la presentación, generará controversia o hablando más positivamente: dará de qué hablar. Sus líneas angulosas, con unos paragolpes prominentes, llantas de hasta 20 pulgadas (21 en el caso del AMG), una línea de hombros enfatizada o unos pilares altos y visibles provocarán tantos elogios como críticas.
Para quien quiera personalizarlo al máximo se ofrecerán dos paquetes claramente diferenciados: una variante AMG que sigue una línea más deportiva y otra off-road con un aspecto más robusto. Sea como fuere todos los Mercedes-Benz GLB incluirán un amplio elenco tecnológico, destacando los múltiples asistentes a la conducción o los faros Multibeam LED matriciales (de serie todos traen luces LED).
De puertas para dentro pocas sorpresas siempre y cuando esté familiarizado con los últimos productos compactos de Mercedes-Benz, véase los mencionados Mercedes-Benz Clase A y Mercedes-Benz Clase B a los que sumamos los Mercedes-Benz CLA o Mercedes-Benz Clase A Sedán.
El puesto de conducción mantiene la calidad de fabricación de estos así como la apuesta tecnológica protagonizada por el sistema multimedia MBUX con una doble pantalla digital (una para el cuadro de instrumentos y otra en el centro para el resto de funciones del vehículo), sistema de reconocimiento vocal con asistente personal o navegación con función de realidad aumentada. Del mismo modo ofrece los comandos táctiles del volante o el mouse pad central.
Las grandes diferencias vienen determinadas por los nuevos tapizados o las inéditas molduras estrenadas en este modelo así como por las amplias funciones de modularidad que ofrece. Comenzando por el desplazamiento longitudinal de la segunda fila, con nada menos que 14 cm, o por el plegado del asiento del copiloto, permitiendo meter objetos hasta de 2,66 metros.
Sin embargo, lo más destacado de este Mercedes-Benz GLB es, sin lugar a dudas, la posibilidad de sumar una tercera fila de asientos, convirtiéndole en el primer SUV compacto de la marca que lo propone. La culpa la tiene una batalla de 2,83 metros que, de nuevo, se queda a tan solo 3 cm de la ofertada por el Mercedes-Benz GLC.
Cierto es que será opcional y que la capacidad del maletero se ve mermada en 70 litros (500 frente a 570 litros), pero aumenta las posibilidades de transporte. Según Mercedes-Benz esta tercera fila es apta para personas de hasta 1,68 metros aunque en particular caso, con mis 1,79 metros, me he colocado sin demasiadas dificultades.
Todo sea dicho que para viajar cómodos habrá que desplazar la segunda fila hacia delante, pero sin llegar a comprometer el confort de dichos ocupantes y que pasados un buen número de kilómetros empezaremos a sentir algo de agobio, pero para desplazamientos cortos o medios son una muy buena opción.
Las butacas son duras pero ofrecen una buena sujeción y podremos colocar los pies, al tiempo que la postura no es demasiado artificial ya que las rodillas no van colocadas muy arriba.
Cuanto más alto seamos, menos hueco tendremos para el techo pero en nuestro caso aún no sobraban dos dedos. Además Mercedes-Benz ha querido pensar en el confort de dichos ocupantes y ha dotado dichas plazas de dos tomas USB-C y de un posavasos situado en el centro apto para botellas pequeñas o latas.
Como decimos, esta configuración reduce en 70 litros el volumen del maletero. Sin embargo, los 500 litros que obtenemos son bastante aprovechables gracias, principalmente, a sus formas cuadradas. La boca de carga es amplia y está colocada a una buena distancia respecto al suelo. Cuenta con un hueco específico para guardar la bandeja aunque el plegado de los asientos resulta poco intuitivo.
Una vez lo conseguimos, el piso plano da como resultado un total de 1.680 litros (1.805 en el caso del cinco plazas). Por su parte, cuando desplegamos todas las butacas la capacidad resultante es de 130 litros que, en la práctica se traduce en espacio para colocar dos pares de bolsas de deporte apiladas, pero no para meter dos maletas de mano, ni siquiera verticalmente.
Bajo el capó, este Mercedes-Benz GLB podrá escogerse con cinco motores siendo la gasolina el combustible predominante con tres opciones. La gama arranca con el Mercedes-Benz GLB 200 y su 1.33 Turbo de 163 CV y 250 Nm asociado a la tracción delantera y a la transmisión automática 7G-DCT.
Por encima se coloca el Mercedes-Benz GLB 250 4MATIC con su bloque de 2.0 litros que genera 224 CV y 350 Nm de par, los cuales se transmiten a las cuatro ruedas (tracción 4MATIC) mediante la caja automática de ocho relaciones 8G-DCT.
Como tope de gama se coloca la versión ‘tocada’ por AMG (Mercedes-AMG GLB 35 4MATIC), que consigue potenciar el mismo 2.0 litros hasta los 306 CV, ofreciendo un par máximo de 400 Nm.
En combinación con la transmisión 8G-DCT y la tracción 4MATIC, lo más destacado además de su específico diseño tanto exterior como interior, son los 5,2 segundos que necesita para pasar de 0 a 100 km/h, los 250 km/h de velocidad máxima autolimitada o los 7,5 l/100 km de consumo medio que homologa, solo 0,3 l/100 más que el Mercedes-Benz GLB 250 4MATIC y 1,5 litros más que la versión de acceso.
En cuanto a los diésel, dos son las opciones: por un lado el Mercedes-Benz GLB 200 d con su dos litros de 150 CV, 320 Nm y transmisión automática de 8 relaciones que consume 4,9 l/100 km (5,2 en el caso de asociar la tracción 4MATIC) y el Mercedes-Benz GLB 220 d de 190 CV y 400 Nm con transmisión 8G-DCT que homologa 5,3 l/100 km.
Aunque no quisieron confirmarlo ni desmentirlo, no es descabellado pensar que este Mercedes-Benz GLB pueda ofrecer, a corto plazo, una versión híbrida enchufable, más aún tras estrenar hace escasas semanas esta misma versión en los Mercedes-Benz Clase A y Mercedes-Benz Clase B.
Durante la toma de contacto pudimos probar tanto el gasolina de acceso como el diésel más potente y tras los más de 200 kilómetros de ruta, la decisión está clara: el gasóleo manda. Por respuesta, confort, sonoridad pero, sobre todo, por consumo. La opción diésel sigue siendo la más atractiva para este tipo de vehículos.
El Mercedes-Benz GLB 200 ofrece un buen empuje pero no se muestra tan contundente como en los Mercedes-Benz Clase A o Mercedes-Benz Clase B. El mayor peso a arrastrar y sobre todo la mayor superficie de coche provocan que el motor no sea tan ágil y dinámico como en sus hermanos compactos. Todo ello sin obviar un consumo que fue imposible de bajar de 10 l/100 km siempre y cuando la mayor parte de la ruta lo realizamos por carreteras secundarias y con el modo Sport conectado.
En este sentido, el comportamiento dinámico también nos deja algo más fríos que en los A y B, sobre todo en los cambios rápidos de trayectoria y en los giros más pronunciados. Hay que agradecer la posibilidad de montar diferentes tipos de tren de rodaje, destacando sobre todo el adaptativo con amortiguación variable que mitiga bastante esos balanceos.
En cuanto a los frenos, más allá de los que monta el Mercedes-AMG GLB 35 4MATIC, el resto dieron ciertos síntomas de fatiga al final de la jornada. Por tanto, este Mercedes-Benz GLB se posiciona más como un coche rutero para circular por lo ‘negro’.
Porque, además de ese doble centenar de kilómetros por carretera, la marca nos preparó un exigente circuito off road para comprobar el buen trabajo realizado en esta materia. Para ello se rodea de varias cualidades camperas como unos ángulos de entrada, salida y ventral de 18º, 18,3º y 13,9º respectivamente, una altura libre al suelo de 20 cm o un ángulo de inclinación lateral de 35º.
A todo ello hay que sumar la mencionada y contrastada tracción total 4MATIC. Puede repartir equitativamente la fuerza entre ambos ejes cuando las circunstancias así lo determinen o un programa de conducción Off-Road específico que modifica los diferentes parámetros del vehículo para avanzar por cualquier terreno. Todo ello sin olvidar un efectivo control de descensos.
El resultado, un SUV con auténticas capacidades off-road que nos permitieron ascender y descender cuestas con 52º de inclinación, inclinar el coche hasta en 33º de manera lateral o realizar cruces de puentes con solvencia… ¡y sin neumáticos específicos!
Somos conscientes de que la inmensa mayoría de los compradores no emplearán ni el 20% de sus cualidades off-road pero, ¿y lo bien que queda uno dándole un susto (controlado eso sí) a algún amigo?).
Quien quiera optar por el nuevo Mercedes-Benz GLB ya puede acudir a la red de concesionarios de la marca y elegir una de las cinco motorizaciones disponibles, cuyas tarifas, de nuevo, se sitúan entre medias de los Mercedes-Benz GLA y Mercedes-Benz GLC al ser, a igualdad de motor, 4.775 € más caro (para la versión 200) y 8.025 € más barato (en el 200 d), respectivamente.
Sea como fuere, la tarifa de precios del Mercedes-Benz GLB queda estructurada de la siguiente manera:
TIPO DE MOTOR | Gasolina, 4 cilindros en línea, turbo |
CILINDRADA | 1.332 cm3 |
POTENCIA | 163 CV a 5.500 rpm |
PAR MÁXIMO | 250 Nm entre 1.620 y 4.000 rpm |
VELOCIDAD MÁXIMA | 207 km/h |
ACELERACIÓN | 9,1 s (0 a 100 km/h) |
CONSUMO (WLTP) | 6,0 l/100 km (mixto) |
MEDIDAS (L/A/AL) | 4.634 / 1.834/ 1.663 mm |
PESO EN VACÍO | 1.555 kg |
MALETERO | 130-500-1.680 l |
PRECIO BASE | 42.675 € |
LANZAMIENTO | Enero de 2020 |
TIPO DE MOTOR | Diésel, 4 cilindros en línea, turbo |
CILINDRADA | 1.950 cm3 |
POTENCIA | 190 CV a 3.800 rpm |
PAR MÁXIMO | 400 Nm entre 1.600 y 2.600 rpm |
VELOCIDAD MÁXIMA | 217 km/h |
ACELERACIÓN | 7,6 s (0 a 100 km/h) |
CONSUMO (WLTP) | 5,3 l/100 km (mixto) |
MEDIDAS (L/A/AL) | 4.634 / 1.834/ 1.663 mm |
PESO EN VACÍO | 1.735 kg |
MALETERO | 570-1.805 l |
PRECIO BASE | 47.350 € |
LANZAMIENTO | Enero de 2020 |