Mercedes-Benz A 180 d, motivos suficientes en pleno cuestionamiento al diésel

El que da primero, da dos veces. Van a tener muy difícil los rivales superar al nuevo Mercedes-Benz Clase A.

Diésel sí, diésel no… Muchos (sobre todo los políticos) se apuntan al último bando. Una pena, porque modelos como nuestro protagonista, un Mercedes-Benz A180 d, riguroso cumplidor con la normativa de emisiones vigente, resuelven la papeleta con el gasto de un mechero.

Parece mentira, y no es exagerar, que el esfuerzo y la inversión de los fabricantes de automóviles enfocado a mejorar la tecnología, por ejemplo en el plano del diésel, se haya dado de bruces con los intereses políticos, que no medioambientales, de algunos. Confundir ‘churras con merinas’, porque la guerra es otra (la de los coches viejos, al menos con diez años a cuestas), conduce a que exponentes como el sofisticado Mercedes-Benz A 180 d caigan, ya desde su estreno, en un inopinado y mal calculado ostracismo, al menos en nuestro país.

Centrar la cuestión

Mal asunto tratándose, como es, de un modelo respetuoso con la normativa vigente Euro 6c, que limita las emisiones de los tan de moda NO_x al nivel de sus equivalentes de gasolina y las de CO₂ sensiblemente por debajo (¿nadie recuerda la batalla contra el efecto invernadero que causaban las últimas…?)

Para colmo de males, se pongan nuestros gobernantes como se pongan, modelos como el Mercedes-Benz A 180d siguen siendo una gran alternativa para conductores que realizan largos kilometrajes anuales (ya por encima de 15.000), que en muchos casos circulan por carretera y periferia sin llegar a entrar en ciudad (territorio proscrito en ciernes) y a los que, desde luego, ni híbridos ni otros equivalentes de gasolina les salen a cuenta.

En todo, a la última

En fin, hechas estas consideraciones, que no son cuestiones menores, entramos a detallar las capacidades del último compacto de la estrella, aquí con mecánica de 1,5 litros y 116 CV. Arroja un notable par motor (260 Nm) desde bajas vueltas que traduce en un empuje satisfactorio en casi cualquier circunstancia, sobre todo cuando gana inercia.

No es una versión rápida ni de tintes deportivos. Adelanta y recupera velocidad con corrección, sin más. En realidad, cabría tacharla de rodadora de fondo. Eso sí, con fuerza para viajar cargados con solvencia. Aliado de nivel es su cambio automático 7G-DCT mediante doble embrague y levas de volante.

Solo los Mercedes-Benz Clase A de gasolina 180 y 200 pueden ser manuales, lo que es tanto como decir que esta es la única transmisión prevista por el fabricante para este propulsor. Aglutina siete marchas, como apunta su nombre y ofrece transiciones fluidas y desarrollos finales ajustados que apuran la mecánica sin penalizar consumos.

Al respecto, son favorables (sucede en casi todos los Mercedes-Benz de gasóleo), con valores promedio que rondan 5,5 l/100 km sin afinar, y que bajan a poco más de 4 l/100 km si nos lo proponemos. De este modo, y aunque el depósito no es muy grande (para ahorrar peso), es posible completar unos 1.000 km entre repostajes circulando a un ritmo legal homogéneo.

Habla con él

Floritura de serie es el software interactivo MBUX. Una tecnología de comunicación usario-coche que, parece, BMW llevará a su nuevo Serie 1, previsto para este año. Permite comandos como subir la temperatura, elegir un destino del navegador o llamar por teléfono sin soltar las manos del volante ni pulsar un solo botón. Basta decir “hola Mercedes” para que el coche conteste con una educada voz femenina y actúe. Es más, con la reiteración de indicaciones termina aprendiendo para agilizar ciertas acciones. Un invento que se aprende a usar en medio segundo. Y que, además de práctico, impresiona a todo aquel que lo ve funcionar.

Por lo demás, la dotación de serie, sin estridencias, contempla desde climatizador a cámara de retroceso, si bien las posibilidades de personalización son propias de un Mercedes-Benz; es decir, ‘interminables’, suntuosas y sofisticadas, según elecciones. Ni qué decir tiene, el acabado es fantástico, por encima de lo que mostraba su antecesor. Y es un automóvil fácil de llevar desde el primer instante: frena con potencia y resistencia, obedece al milímetro las indicaciones de la dirección y, en suma, transmite mucha seguridad a los mandos.

Handicap previsible

Habitáculo y maletero no sobresalen en el segmento C (compactos). Pero acomodan a cuatro adultos de buena talla con un equipaje medio. Solo el precio, superior al de sus rivales directos (sensiblemente más veteranos), lo alejará de muchos. Bueno, el precio y la pesadilla diésel, que marea a propios y ajenos.

Fotos: Paloma Soria

Ficha técnica Mercedes-Benz A 180 d

Equipamiento del Mercedes-Benz A 180d

De serie: Climatizador; sensor crepuscular y lluvia; faros LED High Performance cornering; pilotos LED; fijaciones infantiles i-Size; control de velocidad; DYNAMIC SELECT; cámara retroceso; detector cambio de carril; volante multifunción; retrovisores eléctricos y calefactados y llantas 17 pulgadas.

Opcional: Cuadro completamente digital (545 €); pack Premium: incluye ayuda activa aparcamiento, control de aparcamiento, acceso sin llave KEYLESS-GO, apoyabrazos central trasero, asientos delanteros con calefacción, iluminación ambiental 64 colores, retrovisores negros plegables eléctricamente, cuadro digital, disco duro, navegador, audio especial y umbrales iluminados (3.110 €), AMG Line (1.222 €); vidrios calorífugos tintados (399 €); pack aparcamiento con cámara 360º: incluye ayuda activa para aparcar, control distancia de aparcamiento delantero y trasero, y cámara de 360º (545 €), pack asistentes conducción con reconocimiento de señalética: incluye asistente DISTRONIC PLUS con asistente de tráfico, PRE-SAFE y reconocimiento de señales (2.402 €); chasis ajustable (1.319 €); Head-up display (1.198 €), faros MULTIBEAM LED (557 €); apoyo lumbar (206 €); asientos climatizados (799 €); techo panorámico (1.240 €); decoración en madera (345 €) y parrilla AIRPANEL (109 €).