El Mazda3 estrena un motor gasolina dotado de microhibridación.
Diseño y tecnología dan un paso más en el nuevo compacto de la marca japonesa, el Mazda3. Un coche importante en su negocio, presente en el catálogo desde 2003, que experimenta un más que evidente salto cualitativo.
En este caso, nos desplazamos hasta Portugal para conocer en persona y tomar el primer contacto con el nuevo Mazda3.
El diseño, pilar fundamental de Mazda
Desde hace tiempo, el diseño es una de las piedras angulares de la firma. En esta cuarta generación, si cabe, con una propuesta aún más arriesgada y diferente a otros modelos del segmento. Más allá de gustos personales, la carrocería del nuevo Mazda3 destaca por sus líneas deportivas; un poderoso frontal y sobre todo una zona trasera, desde el pilar B, realmente llamativa, centran la atención del vehículo.
Hablo de la versión de cinco puertas, porque hay que recordar que la oferta para el mercado español también contempla una carrocería sedán de tres cuerpos. Este último mide 4,66 metros de largo, por 4,46 metros del otro. Es un tamaño grande para la categoría en ambos casos, característica que también habíamos visto en sus predecesores.
Los dos son idénticos en anchura, altura y distancia entre ejes. Incluso calcan la medida del voladizo delantero, marcando su diferencia en el trasero, mucho más grande en el sedán.
El Mazda3 hatchback abre la gama
En esta presentación internacional para la prensa solo pudimos probar el modelo de cinco puertas. Con él arranca la gama en nuestro país, mientras que el sedán llegará durante el segundo trimestre del año. Una vez dentro, el coche muestra buenas hechuras.
Solo hay algunos detalles peor resueltos, como el del soporte donde va anclado el retrovisor interior, cuya base de plástico no ajusta a la perfección; misma situación encontrada en alguna moldura del parabrisas, aunque no en todos los modelos probados.
La primera impresión es la de estar conduciendo una berlina. De hecho, me sentí muy cómodo desde el primer momento, en la línea del recientemente renovado Mazda6. A diferencia de otros coches de Mazda anteriores, destaca el generoso tamaño de la consola central, con unos cuantos huecos para depositar bebidas y otros objetos.
Mazda3, prima la comodidad
Del mismo modo, la instrumentación es inusualmente grande. De perfecta lectura, combina relojes analógicos con una gran pantalla central sin mucho margen para personalizar las indicaciones. No obstante, la verdad es que distrae poco.
Se complementa de serie, dato relevante, con la información proyectada en el parabrisas (Head-up Display) y otra pantalla de 8,8 pulgadas sobre el centro del salpicadero, que incluye navegador. No es táctil, pero el mando de control junto al cambio ofrece un manejo rápido y sencillo.
La peculiar forma de la zaga comporta un acceso a la zona trasera no incómodo, pero sí más forzado que en otros rivales de su segmento. Al menos la puerta abre casi 90 grados. Dentro, las medidas son razonables en altura y hueco para piernas, dejando al eventual pasajero de la plaza central con poco margen respecto al techo.
Supeditado el diseño, el nuevo Mazda3 deja esa zona algo oscura. Al mismo tiempo, teniendo en cuenta la generosa longitud del vehículo, los 358 litros de maletero son un dato poco relevante. Por ejemplo, un Volkswagen Golf o un Ford Focus, partiendo de carrocerías algo más pequeñas, dan más capacidad.
Y llegó la hibridación
La oferta mecánica evoluciona impulsando nuevas soluciones mecánicas, inéditas en el Mazda3. En diésel, el 1.8 Skyactiv-D sustituye a la doble propuesta anterior 1.5 y 2.2. Este nuevo motor entrega 116 CV y aunque la marca considera que su demanda representará un porcentaje muy limitado de las ventas (un 2 %), en marcha ofrece un funcionamiento muy bueno.
Es suave, suena poco y a partir de 1.600 rpm acelera con brío. El rendimiento es adecuado para realizar una conducción fluida, aunque el coche va sobrado en dinámica y pide mecánicas más potentes.
Una potencia que llega también de forma moderada a la, de momento, única opción de gasolina, el nuevo 2.0 Skyactiv-G de 122 CV. No obstante, en este caso se trata de un bloque más avanzado y que por primera vez se apoya en el sistema Mild Hybrid.
Esta microhibridación, a través de una red adicional de 24V y batería de litio de 600 kj de capacidad, permite aprovechar la energía cinética para su posterior uso por parte del motor auxiliar eléctrico. Suministra energía a todo el sistema eléctrico y puede asistir al propulsor de gasolina para ser más eficiente. En este sentido, suma la tecnología de desconexión de cilindros en situaciones de baja carga.
A diferencia del motor diésel, la potencia fluye de manera más pausada a bajas revoluciones. Recordemos que es una motorización sin turbo y ante las alternativas sobrealimentadas de la competencia, el empuje inicial es menor. En todo caso, como el de gasóleo, es muy fino y suave, y ofrece una parte media y alta del cuentarrevoluciones divertida y más prestacional.
Aparte, gracias a la microhibridación, consigue la etiqueta Eco de la DGT, aspecto cada vez más valorado por el usuario.
Comportamiento impecable
He conducido el nuevo Mazda3 2019 con los dos motores y, a nivel dinámico y a falta de una prueba más exhaustiva, su comportamiento es excelente. Sin duda, estamos ante uno de los mejores compactos de la categoría.
Muestra una calidad de rodadura soberbia, de clase superior. Y guiado por una dirección perfectamente calibrada, en tramos revirados es efectivo y divertido a partes iguales. La caja de cambios manual es otro de esos elementos en los que la marca destaca de la media. Es precisa, los recorridos de palanca son cortos y las marchas entran sin esfuerzo, con un punto más de dulzura en el gasolina.
El 2.0 Skyactiv-G también puede asociarse a una caja de cambios automática de seis relaciones, válido para un uso normal pero sin alcanzar el nivel de la manual.
Gama, precios y lo que queda por venir
La comercialización comienza con el Mazda3 de cinco puertas, disponible con los dos motores comentados. En el segundo trimestre del año, la gama se completa con el sedán.
Ya para el tercero, Mazda prepara el desembarco de un revolucionario motor de gasolina con tecnología Skyactiv-X. Su singularidad reside en un método de combustión con encendido por compresión controlado por chispa.
Rondará los 180 CV y podrá asociarse a las dos carrocerías y a las cajas de cambios manual y automática. Aparte, el cinco puertas podrá pedirse con el nuevo sistema de tracción total i-Activ.
El nuevo Mazda3 2019 está disponible con tres acabados: Origin, Evolution y Zenith. Los equipamientos son cerrados aunque la dotación de serie es muy completa, situándose entre los mejores del segmento. Así, desde la versión inicial incorpora Head-up display, navegador, faros LED o control de crucero adaptativo, entre otros.
Además, podrá montar el avanzado Pack Safety, con un sobrecoste de 1.000 euros. En él destacan varias novedades importantes: el sistema de monitorización de fatiga con cámara, el asistente de conducción y crucero (interviene sobre la dirección), el control de tráfico trasero y ahora delantero, y la cámara 360º. Por su parte, el Pack Safety Black (1.800 euros) suma asientos de cuero calefactados con regulación eléctrica.
Los precios del Mazda3 parten de 23.415 euros, correspondiente al 2.0 Skyactiv-G en acabado Origin. El tope de gama, 2.0 Skyactiv-G Zenith Safety Black se eleva a 28.915 euros. El sedán comporta un incremento de 500 euros.
Sobre estas tarifas, la marca ofrece un descuento de 2.700 euros, además de otros 300 más de acogerse al sistema de compra FlexiOpción.