El Kia Sportage T-GDI 177 CV DCT 4×4 GT-Line, unno de los líderes del segmento se renueva y evoluciona
Los SUV son, a día de hoy, una carrocería imprescindible para cualquier fabricante. Kia ya lo sabe, y conoció el éxito con el Sportage. Ahora ha llegado el nuevo Kia Sportage, una nueva generación dispuesta a hacerse con el liderato, en un segmento cada vez más competido donde milita la calidad, el diseño y el equipamiento. Lo ponemos a prueba con motor gasolina “T-GDI” de 177 CV de potencia.
La anterior generación del Sportage funcionó muy bien a nivel comercial, con una figura que gustó a muchos gracias a su esencia deportiva en el diseño. Kia ha apostado por mantener las formas, una evolución palpable en cada línea, aunque realmente necesaria en un segmento muy joven.
El frontal es el más cercano a la anterior versión, con una parrilla que ahora gana en protagonismo, dejando los grupos ópticos principales en una posición muy elevada. La zaga es más impactante, con unos pilotos traseros unidos por una fina franja central, aunque Kia ha perdido la oportunidad de iluminarla con la luz de posición, creando un efecto más personalizado. Los intermitentes, curiosamente, siguen separados del piloto principal.
La imagen es más deportiva y estilizada, sobre todo cuando llega acompañada del paquete “GT Line”, un acabado que añade diversos elementos específicos, como paragolpes, llantas de 19 pulgadas o una doble salida de escape que remata el conjunto.
El habitáculo del Kia Sportage denota solidez en cada una de sus líneas, un interior bien rematado apoyado en el material mullido que cubre toda la parte superior de salpicadero y puertas. El diseño es sobrio, sencillo, dirigido hacia el conductor, pero también imponente.
Por encima de todo se sitúa la pantalla del sistema multimedia, una pantalla táctil de hasta 8 pulgadas fácil de manejar y con una buena respuesta. Muy verticales todos los controles llegan hasta la consola central asimétrica. Sorprende, conociendo las tendencias actuales, que haya tantos botones, aunque a cambio mantenemos los controles físicos de la climatización, un detalle muy positivo.
El volante presenta, igualmente, una enorme cantidad de botones, pero se han colocado y dispuesto de tal manera que no resulta complicado hacerse a ellos. Lo mismo ocurre con el cuadro de mandos, de aspecto sencillo y fácil de leer, aunque con una pantalla digital en el centro de gran tamaño que facilita la lectura del ordenador de a bordo.
El Kia Sportage se configura como un SUV para cinco ocupantes, aunque la fila trasera tiene ciertos matices. Para su tamaño la anchura en las plazas traseras es algo justa, amén de contar con un asiento central sin forma y algo más duro. Puede albergar a tres pasajeros, pero el del centro viajará más incómodo. Por su parte, el resto de asientos acoge con holgura a sus ocupantes en todas sus cotas.
Las plazas delanteras son amplias y cómodas gracias a dos butacones de gran tamaño que, además, recogen debidamente el cuerpo. El reposabrazos es suficientemente largo como para satisfacer a los de menor estatura. Y cierra un maletero que puede disponer de apertura y cierre eléctrico y manos libres. Sorprende este último sistema, que abre el maletero si nos detenemos con la llave en el bolsillo en la parte trasera, sin necesidad de realizar ningún gesto.
Dispone de 503 litros de capacidad ya sea en versiones de tracción delantera como total, una buena cifra a pesar de que la boca de carga resulta un tanto alta, algo común en este tipo de carrocería. Las formas no son del todo cúbicas pero se aprovecha bien el espacio, que puede ampliarse hasta los 1.492 litros abatiendo los asientos traseros. La nota negativa es que no hay ningún tirador situado en el espacio de carga.
La gama de motores disponible para el Kia Sportage es amplia, sobre todo si tenemos en cuenta que parte de 115 CV de potencia y alcanza los 185 CV. La unidad de pruebas equipaba el motor de gasolina más potente en la gama, un bloque 1,6 litros “T-GDI” con turbocompresor y una potencia de 177 CV.
La gracia de este motor es que solo puede ir asociado al acabado deportivo “GT Line” y siempre a un sistema de tracción total. La única opción pasa por elegir entre un cambio manual de seis relaciones o uno automático de doble embrague “DCT” con siete velocidades.
El propulsor se postula como una alternativa potente pero donde el refinamiento toma un valor superlativo. Es absolutamente imperceptible al ralentí o a bajas vueltas, dando buena cuenta del desarrollo de los motores de gasolina en Kia/Hyundai. Solo a altas vueltas notaremos su presencia, algo que no será realmente frecuente.
Los 177 CV mueven con soltura el conjunto, gracias en parte al cambio automático de doble embrague que, si bien no es el más rápido de entre sus rivales, sí consigue una suavidad notable en los cambios entre marchas. Cuenta, además, con la ventaja de que se adapta rápidamente a las necesidades del conductor, reduciendo marchas cuando es necesario sin necesidad de hundir el pedal del acelerador.
A cambio tenemos un consumo francamente elevado. Es muy complicado en condiciones mixtas bajar de 9 l/100 km. Parte de la culpa podría residir en no contar con algunos de los sistemas más avanzados en materia de eficiencia, como un modo de conducción a vela para la caja de cambios o un mecanismo de arranque y parada automática del motor.
Si bien Kia ha apostado por posicionar su Sportage entre los SUV de aspecto deportivo, su comportamiento tiene otras prioridades. Efectivamente tiene un rodar muy suave y estable, sin notar unos balanceos excesivos, un control de la carrocería que imprime confianza pero sin dañar la comodidad de sus pasajeros. Su prioridad es la comodidad y no alcanza los niveles de agilidad de otros rivales. Nada que objetar en realidad.
La insonorización en el habitáculo es igualmente buena, al menos con este motor de gasolina que no introduce ni rumorosidad ni vibraciones. Ayuda también una terminación interior que disfruta de la ausencia de grillos o desajustes, un buen coche rutero con el que realizar grandes viajes sin apenas esfuerzo.
Las ayudas a la conducción toman un nuevo papel en esta nueva generación, con un sistema de alerta de cambio involuntario de carril y mantenimiento de carril que pueden activarse por separado. Ahora funcionan mejor, sin tener casi que conducir como en un Scalextric como ocurría con otros modelos.
Este tarado de la suspensión ayuda, por ejemplo, cuando nos adentramos en pistas sin demasiada dificultad, pues las intenciones del Sportage quedan lejos del todoterreno. Las irregularidades se filtran mejor y el tarado de otros elementos como la dirección, tirando a blando, facilitan las maniobras.
El Kia Sportage ha madurado y ha fortalecido aquellos puntos en los que la competencia podría morder su parte del pastel de ventas. Y con ello ha mantenido su esencia, un coche práctico y atractivo que ahora disfruta de mayor calidad y tecnología.
La pega en el Sportage es, probablemente, una gama de motores de la que se espera un nivel mayor de eficiencia. Por suerte también tenemos una oferta diésel más racional en términos de consumo, incluso más potente a igualdad de condiciones, con 184 CV para el más capaz.
Por lo demás, ofrece espacio, seguridad y calidad interior, sin descuidar aspectos tan importantes como el sistema multimedia o la comodidad. Tiene el enemigo casi en su propia casa, un Hyundai Tucson recién renovado con el que comparte multitud de piezas y que compite con unos argumentos muy similares.
Kia Sportage 1.6 T-GDI DCT 4×4 177 CV: ficha técnica | |
Tipo de motor | Gasolina, 4 cilindros en línea, turbo |
Cilindrada | 1.591 cm3 |
Potencia | 177 CV a 5.500 rpm |
Par máximo | 265 Nm a 1.500 – 4.500 rpm |
V. máxima | 201 km/h |
Aceleración | 9,1 s (0 a 100 km/h) |
Consumo | 7,5 l/100 km (mixto) |
Medidas | 4.480 / 1.855 / 1.635 mm |
Neumáticos | 235/ 45 R 19 |
Peso en vacío | 1.534 kg |
Maletero | 503 l |
Precio base | 33.546 € |
Lanzamiento | Enero de 2016 |
DE SERIE: Airbag frontales de conductor y pasajero, de cabeza delanteros y traseros, laterales delanteros, asistente de mantenimiento de carril, asistente de arranque en cuesta, asistente de luces de carretera, cámara de aparcamiento, control de velocidad de crucero y limitador de velocidad, faros bi-Xenón adaptativos, levas tras el volante, luz diurna de tipo LED, reconocimiento de señales de tráfico, control de descensos, retrovisor interior electrocrómico, sensores de aparcamiento delanteros y traseros, acceso y arranque sin llave, climatizador de dos zonas, elevalunas delanteros y traseros, sensores de luz y lluvia, retrovisores de plegado eléctrico, techo solar panorámico, pilotos traseros de tipo LED, llantas de 19 pulgadas, panel de instrumentos Supervision, volante y palanca de cambio en piel, 8 altavoces, pantalla de 8 pulgadas, navegador, radio CD MP3, sonido Premium JBL.
OPCIONAL: Paquete Luxury (alerta de tráfico trasero, alerta de colisión frontal y frenada automática de emergencia, detector de ángulo muerto, portón trasero manos libres), pintura metalizada.