Ponemos a prueba el KIA Optima PHEV, un vehículo adaptado al medio

Texto: Juan Pablo Esteban / Fotos: Paloma Soria

Los tiempos modernos abogan por la sostenibilidad y la contención de emisiones. Y el Optima, en su versión híbrida enchufable, colabora como berlina de largo alcance eléctrico y extenso equipamiento.

El Optima , modelo de mayor calado en el catálogo KIA (Stinger aparte), se encuadra en  un segmento que, sin ser el más demandado, es de paso obligado para las marcas. Es un exponente de prestigio y de la más avanzada tecnología, más si cabe esta variante híbrida enchufable (fue la primera en la marca, ahora complementada por el Niro PHEV), que asoma en la cima con un producto de gran capacidad y alcance. Y es que su autonomía eléctrica, antes de comprobar si los 54 km homologados son posibles, es de las mejores del panorama.

Binomio enérgico

A priori, el Optima PHEV se presenta sin deslumbrar; el motor atmosférico de gasolina 2.0 GDi (de inyección directa) desarrolla 156 CV y una cifra más justa de par máximo: solo 189 Nm. Un problema menor al asociarse en este caso a un propulsor eléctrico que entrega 67 CV y un par de 205 Nm. Así las cosas, el binomio resultante ya es más apetecible, porque con 205 CVy 375 Nm la cosa cambia  sobremanera. Ese  segundo dato da una idea más cercana del empuje del vehículo, en la línea con lo que ofrecen un Optima GT (gasolina turbo de 245 CV) o un Optima diésel.

Números aparte, en marcha el Optima PHEV comienza a moverse de manera muy agradable. Ya que a baja velocidad es la unidad eléctrica la que recibe el primer encargo del desplazamiento, no  hay ruido mecánico y predomina la suavidad. Calificativos que de pisar con mayor ímpetu el pedal de acelerador también se mantienen, aunque ya con el tetracilíndrico de gasolina trabajando en paralelo.

Este suena poco, y no traslada al interior mucha sonoridad. La transición de uno a otro modo de funcionamiento solo se percibe por el cambio de ruido, pues no hay tirones. Además, naturaliza la conducción con un cambio automático de seis velocidades (integrado con el motor eléctrico). Es el pedal de freno, que también permite regenerar energía (en fases de  frenado y deceleración), el que exhibe un tacto más artificial menos progresivo frente a sistemas convencionales.

Ante todo, eficiente

La aceleración es buena (no espectacular, en todo caso) y casi inmediata hasta 50 km/h, y la fuerza continúa todavía con registros positivos hasta 100 km/h (llega en 9,4 segundos desde parado). No obstante, la clave reside en la eficiencia del sistema. Al dejar que sea el coche el que gestiona el uso de los motores (el predeterminado en el arranque), el Optima aprovecha muy bien cada kWh de carga. En uso mixto carretera/ciudad es capaz de moverse con un gasto bajo. Incluso con muy pocas reservas de energía, y a tenor de lo bien que regenera parte de la misma, es fácil hacer medias por debajo de 6 l/100 km. Pero el verdadero baluarte de este modelo está en su alcance eléctrico. Según el fabricante, con la batería llena (de polímeros ión litio y 9,8 kWh) podría llegar a 54 km. ¿Quimera? No, a la vista de nuestras pruebas.

En este sentido, hemos conseguido acercarnos mucho a ese dato, y además en condiciones poco favorables: recorrimos 52 km de forma totalmente eléctrica (un botón en la consola fuerza ese modo de marcha) en una ruta con algo de ciudad y gran parte de autovía, intentando mantener 120 km/h (la velocidad máxima eléctrica), y con un ritmo medio de 96  km/h. Pues bien, salió airoso de semejante examen porque el movimiento eléctrico, donde más se rentabiliza, es en ciudad, no en vías
rápidas.

Dos notas importantes

Quizá para el conductor comprometido con el medioambiente lo de cargar el coche, aun cuando puede circular perfectamente sin esa obligatoriedad, no suponga una incomodidad. Pero sí hay que pensar en disponer de una toma potente para sacar partido a un Optima PHEV, pues mediante un enchufe doméstico exige unas cinco horas para cargarse por completo, mucho para uso cotidiano.

Por su parte, el maletero, al ubicar la batería, merma significativamente capacidad y baja de 510 a 307 litros, justos en un coche así. Por lo demás, en el Optima habitabilidad (excelente, sobre todo detrás) y equipamiento (ver ficha, muy completo en seguridad y confort) se combinan para ofrecer una berlina de lo más completa. Igualmente, en lo dinámico, más que solvente a la vista de un rodar muy sólido, agradable y que transmite tacto de gran coche. Y todo con la etiqueta ‘0 Emisiones’ de la DGT y sus consiguientes ventajas de acceso y aparcamiento en las grandes ciudades.

Ficha Técnica del KIA Optima PHEV

Equipamiento del KIA Optima PHEV

De serie: Control de ángulo muerto; ayuda de arranque en pendiente; asistente de mantenimiento de carril; reconocimiento de señales de tráfico; control de crucero adaptativo; frenada de emergencia automática; freno de estacionamiento electromecánico; airbag de rodilla para conductor; faros adaptativos y ópticas de LED;  asistente de luces de carretera; techo solar panorámico; llantas de 17 pulgadas; acceso y arranque sin llave; portón eléctrico con función manos libres; cámara de visión 270º; sensores de aparcamiento delanteros y traseros; asistente de aparcamiento; asientos delanteros con regulación eléctrica y ventilación; asientos delanteros y traseros calefactables; volante
calefactable; climatizador bizona; instrumentación con pantalla digital de 4,3 pulgadas; sistema multimedia con navegador y pantalla táctil de 8,0 pulgadas; Android Auto y servicios  de conectividad Tom Tom; audio premium Harman/Kardon; USB; Bluetooth y cargador inalámbrico para móviles Qi.

Opcional: Pintura metalizada (450 t).